Tengo coronavirus: hoy termina mi aislamiento obligatorio y empieza el voluntario

Sé con exactitud el día en el que en una reunión estuve trabajando codo a codo con una persona que tenía el virus. Fue el miércoles 11 de marzo

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Soledad Cedro, periodista de Infobae en Miami, contrajo coronavirus (Infobae)
Soledad Cedro, periodista de Infobae en Miami, contrajo coronavirus (Infobae)

Hace unos días conté que tengo coronavirus. El proceso fue relativamente sencillo, con síntomas leves, pero lo que más me preocupó desde un comienzo fue aislarme para evitar la propagación del virus. Hoy termina técnicamente mi período de aislamiento, pero la verdad son muchas las dudas que quedan.

En medio de una pandemia, con los hospitales trabajando con falta de insumos (inclusive aquí, en los Estados Unidos) y con mucha gente en situación de gravedad, casos como el mío donde lo único que experimenté fue una fiebre leve, dolor de cabeza y malestar en el cuerpo, no tienen lógicamente ningún tipo de prioridad para el Sistema médico. Y está muy bien que así lo sea.

Pero eso implica que gran parte de las decisiones acerca de cómo proceder tenemos que tomarlas personalmente, siendo lo más conscientes posibles.

En mi caso sé la fecha en la que estuve expuesta al virus. No había hecho viajes transatlánticos previos, y sé con exactitud el día en el que en una reunión estuve trabajando codo a codo con una persona que tenía el virus. Fue el miércoles 11 de marzo. De más está aclarar que esa persona no sabía que tenía coronavirus al momento de la reunión y que era un caso asintomático. Dos días después se enteró de su estatus (por su trabajo estaba obligado a realizarse la prueba y esta le dió positivo) y allí es donde yo también me entero de que podía tenerlo. Allí comenzó el aislamiento para mí y mi familia. Un aislamiento en principio voluntario, que varios días después (tras un complicado proceso para lograr que nos hicieran la prueba después de que empezamos con síntomas) se convirtió en un aislamiento obligatorio porque eramos parte de los más de 1400 infectados “oficiales” de Florida.

El último contacto que tuve con personal médico del hospital donde me realizaron la prueba fue hace una semana atrás cuando me llamaron para decirme que era positiva y que la recomendación del CDC (el Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos) era que debía permanecer cien por ciento aislada hasta que se cumplieran 14 días desde el día en el que estuve expuesta al virus. Es decir, hoy se cumplen esos 14 días. Según me informó esa enfermera, todas las recomendaciones en mi caso eran controlar mis síntomas con medicamentos de venta libre, esperar al día de hoy en aislamiento absoluto y, si para esta fecha ya no tenía síntomas –cosa que ocurrió- a partir del jueves 26 de marzo podía volver a hacer vida normal. Normal para una pandemia. Se me aclaró que haber tenido el virus no implicaba estar inmunizada, por ende debía tener los mismos recaudos que todos para evitar volver a contagiarme.

A través de los medios me entero en esta semana que la recomendación del CDC para casos como el mío pasó a ser que para recibir el alta médica debía realizarme dos pruebas consecutivas en 24 horas, después del período de 14 días aislada, y que ambas pruebas debían dar negativo antes de reestablecer contacto normal con otras personas. Según me han explicado médicos cercanos, en la gran mayoría de los casos en 14 días el virus muere en el cuerpo. Pero se han dado casos en los que puede sobrevivir más tiempo.

Intenté encontrar un lugar en mi ciudad para hacerme dichas pruebas. Por el momento no tuve suerte. Los hospitales están colapsados de casos nuevos y no tienen pruebas ni siquiera para la gente que recién presenta síntomas. Mucho menos para hacerle dos pruebas a alguien que ya pasó la zona de riesgo.

En Florida hay algunos centros de diagnóstico particulares. Llamé a los dos que se encuentran dentro de mi región. En ambos las pruebas están destinadas exclusivamente para mayores de 65 años, personas con enfermedades de base o quienes realizan labores indispensables de contacto con otros como enfermeros, bomberos y policías. Obviamente no entro en ninguna de las categorías.

Por lo tanto, cumplir con lo que pide el CDC es muy difícil, sino imposible. Nuevamente impera el sentido común. En mi ciudad, Miami, decretaron desde anoche el toque de queda, haciendo aún más fácil la decisión que ya había tomado: seguir aislada por un tiempo prudencial más. Mi médica clínica particular me recomienda mantener el aislamiento al menos hasta el próximo lunes, pero me aclara que con un virus nuevo las cosas van cambiando hora a hora.

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