El Proyecto de Plasma Convalescente COVID-19 está constituido por médicos y científicos de más de 20 instituciones que se han unido en las últimas semanas para desplegar una fórmula para poder combatir de forma eficaz el nuevo coronavirus nacido en Wuhan, China en noviembre pasado y extendido a todo el mundo en los últimos tres meses. El procedimiento será utilizado por primera vez por el estado de Nueva York y se espera que tenga tanto éxito como hace más de un centenar de años cuando la gripe española se llevó la vida de millones de personas alrededor del planeta y sólo fue detenida con esta fórmula.
Unos de los primeros que comenzaron con este estudio fueron los investigadores de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore quienes iniciaron sus proyecciones en que la clave para desacelerar y tratar el coronavirus podría estar oculta en la sangre de aquellos que ya se han recuperado de la enfermedad. El gobernador Andrew Cuomo anunció los planes de la utilización de plasma convaleciente durante una rueda de prensa este lunes. El tratamiento data de siglos atrás y se usó durante la epidemia de gripe de 1918. Esa era no existían las vacunas modernas ni los medicamentos antivirales.
“Ha habido pruebas que muestran cuándo se inyecta a una persona los anticuerpos, que luego estimula y promueve su sistema inmunitario contra esa enfermedad. Es solo un ensayo. Es un ensayo para personas que están en estado grave, pero el Departamento de Salud del Estado de Nueva York ha estado trabajando en esto con algunas de las mejores agencias de atención médica de Nueva York, y creemos que es prometedor, y nosotros vamos a comenzar eso esta semana", señaló Cuomo.
Funcionarios de salud del estado de Nueva York confirmaron que planean comenzar a reclutar pacientes que se hayan recuperado completamente de COVID-19 en los próximos días. Ese esfuerzo probablemente comenzaría en New Rochelle, el suburbio de la ciudad que fue el centro del brote inicial del estado hace unas semanas.
A pesar de que podría sonar primitiva para algunos, expertos en la materia aseguran que la terapia podría ser la mejor esperanza para combatir el coronavirus hasta que se desarrollen métodos más sofisticadas que podrían durar meses o años. La Agencia de Alimentos y Droga (FDA, por sus siglas en inglés) informó que la aprobación de este tratamiento será expeditiva y que se está trabajando contrarreloj para “para facilitar el desarrollo y la disponibilidad” del plasma convalesciente.
“Es una gran noticia. Cuando comenzamos a hablar de esto hace unas semanas, era solo una idea, y ahora parece que se hará realidad”, dijo el Arturo Casadevall, un experto en enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, que ha estado pidiendo un uso generalizado de plasma convaleciente.
El método recolecta anticuerpos para combatir el virus de la sangre de pacientes previamente infectados. Las transfusiones se asociaron con síntomas más leves y estadías hospitalarias más cortas para pacientes durante el brote de SARS de 2002. Por su parte, los informes iniciales de China sugieren que la sangre podría ser eficaz para atenuar los efectos de COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus de Wuhan. de acuerdo a NBC News. Sin embargo, la terapia de la transfusión de plasma no está exenta de riesgos si al paciente se le aplica un tipo de sangre incorrecto o transmitir involuntariamente otros patógenos en una transfusión.
Los médicos de casi dos docenas de hospitales se han unido al esfuerzo dirigido por Johns Hopkins, entre ellos investigadores de la Clínica Mayo en Minnesota, el Centro Médico de la Universidad de Stanford en California y el Colegio de Medicina Albert Einstein, de Nueva York. Los investigadores han estado en contacto con la FDA durante el fin de semana.
“Soy un médico especialista en enfermedades infecciosas interesado en la historia. Conocía la historia de lo que se hizo a principios del siglo XX con epidemias. No tenían vacunas en ese entonces, no tenían ninguna droga en ese momento, al igual que la situación que enfrentamos ahora. Pero los médicos sabían que, para ciertas afecciones, se podía tomar la sangre del sistema inmune y usarla para prevenir enfermedades o tratar a quienes se enfermaron", indicó Casadevall, de 63 años y nacido en Sancti Spiritus, Cuba, en una entrevista pasada al mismo medio norteamericano.
Apoyo de Academias de Medicina y Ciencias
El nuevo tratamiento que será implementado en Nueva York durante esta semana recibió los respaldos de las academias de Medicina, Ciencias e Ingeniería, lo que constituye un gran avance para que la terapia sea conducida cuanto antes en los Estados Unidos. El comunicado lleva la firma de Marcia McNuttPresident, de la National Academy of Sciences, John L. AndersonPresident, de la National Academy of Engineering y de Victor J. DzauPresident, de la National Academy of Medicine.
“A la luz de la situación actual en los Estados Unidos creemos que es esencial explorar una amplia gama de opciones para tratar el creciente número de pacientes muy graves con enfermedad respiratoria COVID-19. Apoyamos firmemente los esfuerzos de científicos y médicos para desarrollar una vacuna efectiva, anticuerpos monoclonales y nuevos medicamentos o para reutilizar los medicamentos y terapias existentes. Uno de esos esfuerzos que es especialmente prometedor es el trabajo para determinar si un tratamiento probado y verdadero que se ha encontrado efectivo en el tratamiento de infecciones (la producción de inmunidad pasiva a través del suministro de plasma convaleciente de pacientes recuperados) tiene un papel en el manejo de COVID-19. De hecho, la FDA anunció recientemente que esta modalidad se encuentra entre los enfoques terapéuticos que se consideran activamente”, dice el documento.
El comunicado emitido este lunes concluye: “Aunque habrá que responder muchas preguntas sobre la dosificación, las indicaciones de uso, la seguridad y la eficacia antes de que este enfoque se pueda utilizar en pacientes, respaldamos firmemente los pasos necesarios para evaluar si el plasma convaleciente podría ser un componente importante de la lucha contra COVID-19. Alentamos la colaboración y cooperación de la academia, la industria y el gobierno federal para acelerar el progreso científico y la aprobación regulatoria de este enfoque prometedor. Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina están listas para ayudar a facilitar dicha colaboración”.
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