El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, señaló en una entrevista con Fox News que tanto él como los abuelos norteamericanos están dispuestos a morir de coronavirus para salvar a la economía de una depresión. “Estoy dispuesto a jugarme mi propia supervivencia”, dijo el funcionario ante el debate que se da en torno a la crisis que está provocando la pandemia del COVID-19 en todo el planeta.
“A mí nadie me ha preguntado si, como ciudadano mayor, estoy dispuesto a jugarme mi supervivencia a cambio de mantener a los Estados Unidos tal y como es para nuestros hijos y nuestros nietos. Porque mi respuesta es que sí, que estoy dispuesto”, señaló Patrick al periodista Tucker Carlson de aquella cadena televisiva. “Mi mensaje es que debemos volver al trabajo, volvamos a vivir, seamos listos acerca de todo esto y los mayores de 70 ya cuidaremos de nosotros mismos. No sacrifiquéis el país, no sacrifiquéis el gran sueño americano”, manifestó el vicegobernador.
Patrick continuó y dijo que poner al país y su futuro por delante no lo hace ni más ni menos “valiente”. “Creo que hay muchos más abuelos que se sienten como. No quiero que todo el país se sacrifique”, manifestó el republicano de 70 años. Estados Unidos es el tercer país con más contagios por la gripe china. La postura de Patrick va en la línea de la del presidente Donald Trump, quien este mismo lunes aseguró que la Casa Blanca no puede dejar “que el remedio sea peor que la enfermedad”.
La pandemia ya alcanzó los 50 estados de la Unión. Nueva York, que tiene el 6 por ciento de la población de Estados Unidos, acumula alrededor de la mitad del total de positivos en el país. El estado tiene el mayor número de casos, con más de 20.000 contagiados y 157 muertos. No obstante, las cifras siguen en aumento y cambian rápidamente porque el estado tiene ahora capacidad para realizar más pruebas, con 200 laboratorios, públicos y privados operando.
Para frenar el rápido crecimiento, Nueva York elevó las restricciones, que entraron en vigencia este lunes, en un plan que el gobernador Andrew Cuomo ha llamado “Nueva York en Pausa” y afectará a unos 19 millones de personas. Al sumar los residentes de los otros estados que se encuentran en condiciones similares, el resultado implica que más de un tercio de la población del país está bajo medidas más o menos severas de confinamiento.
Sin embargo, autoridades locales y estatales en todo el país han advertido sobre un empeoramiento de las consecuencias, de no mediar una intervención federal más contundente, que ellos consideran necesaria. “Lo peor aún está por venir”, dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. De Blasio predijo que los hospitales de la ciudad enfrentarán una escasez importante de equipamiento de protección en los próximos días a menos que se tomen acciones drásticas.
Por su parte, Trump firmó este lunes un decreto para prevenir el acopio de productos considerados esenciales en los esfuerzos del país contra el coronavirus, lo mismo que la manipulación de los precios de esos productos. “No vamos a dejar que aquellos que acopian y manipulan los precios dañen la salud de los Estados Unidos en este tiempo de necesidad”, indicó la secretaria de Prensa, Stephanie Grisham, en una publicación en su cuenta de Twitter.
Trump firmó la medida en privado, pero su administración proveyó más detalles sobre ella a través del fiscal general William Barr durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Barr explicó que la medida aplica al mercado mayorista, y no a los consumidores: “Si tienen una gran cantidad de papel higiénico en sus casas, no les va a pasar nada, pero si tienen un galpón lleno de barbijos, van a escuchar un llamado a sus puertas”, expresó Barr.
En tanto, importantes funcionarios del Congreso norteamericano y la Casa Blanca sostuvieron la noche del lunes duras negociaciones en el Capitolio sobre un rescate de casi 2 billones de dólares para hacer frente al brote de coronavirus, indicando que esperaban alcanzar un acuerdo este martes. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, dijeron haber hablado por teléfono con el presidente durante la larga noche de conversaciones. Aunque ambas partes resolvieron muchos detalles del amplio paquete, quedaban algunas discrepancias.
Ambos hicieron declaraciones por separado en la medianoche del lunes indicando que las negociaciones continuarían toda la noche.
“Estamos deseando tener un acuerdo mañana (martes)”, dijo Mnuchin a la prensa tras salir de la oficina de Schumer. “El presidente nos da indicaciones”, dijo el secretario del Tesoro. “El presidente querría tener un acuerdo y confía en que podamos concluir esto”.
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