No es la primera vez que se enfrenta ante una epidemia: el Doctor Anthony Fauci, líder experto en Estados Unidos sobre enfermedades infecciosas, es respetado por ser una voz de razón en tiempos de crisis. Asistió a gobiernos demócratas y republicanos durante la propagación del VIH, SRAG, MERS, Ébola, y ataques de anthrax.
También es admirado por su habilidad de explicar ciencia sin sonar confuso ni condescendiente y, recientemente, por corregir al presidente Trump. Cuando el presidente dijo que empresas farmacéuticas tendrían una vacuna contra el coronavirus “pronto”, Fauci aclaró que se tardarían un año o 18 meses.
No se casó hasta que los 44 años y tiene tres hijas adultas. Ha corrido maratones en menos de 4 horas y es un fanático de las carreras de fondo. Cuando él habla todos escuchan es por eso que se ha convertido en una voz de confianza que, durante más de 30 años, ha separado los hechos de la ficción.
Por sus contribuciones, fue otorgado la Medalla Presidencial de la Libertad por el expresidente Bush en junio del 2008, quien mencionó cómo desde joven enseñaba una actitud independiente. “En un vecindario lleno de fans de los Brooklyn Dodgers, Fauci apoyaba a los Yankees”, dijo.
Desde Ronald Reagan hasta Donald Trump, todos le permiten hablar por su capacidad de transmitir conocimiento y convertir un lenguaje científico y complicado a uno coloquial sin exagerar ni minimizar. Director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID), un componente del National Institutes of Health (NIH), Fauci nació en Brooklyn en 1940.
Se convirtió en director del NIAID en 1984 durante la crisis de VIH y SIDA que comenzó tres años antes en los Estados Unidos. Recuerda la enorme frustración de cuidar a pacientes moribundos sin nada que ofrecer o poder hacer. En 1990, cuando activistas entraron protestando al NIH, Fauci decidió tener un diálogo con ellos.
De acuerdo al Daily Mail, el ex secretario de salud, Mike Leavitt, afirmó que si uno pregunta a cualquier expresidente sobre quién influyó su punto de vista sobre enfermedades infecciosas, “el nombre de Tony sería el primero en la lista, y no tendrías que recordarles”. Leavitt trabajó con él durante la preparación ante la gripe aviar.
Se graduó de la Universidad de Cornell y afirmó en una entrevista con el NIH que su interés en la medicina viene de su fuerte interés en las personas, en realizar preguntas, y resolver problemas. Y mientras que con 79 años de edad se encuentra en el grupo de alto riesgo ante el coronavirus, se mantiene trabajando en la White House Coronavirus Task Force.
Fauci utilizó, en una reunión con el comité de la Casa Blanca, una metáfora de hockey sobre hielo para describir su estrategia contra la pandemia: uno no patina hacia donde está el disco de caucho, sino hacia donde va a estar. Espera que una respuesta dinámica ponga a Estados Unidos hacia donde vaya el disco. Sin embargo, también aseguró que es impredecible.
Aboga por la contención para evitar la propagación del virus, la mitigación para revisar su daño, el incremento de pruebas confirmatorias, y ciencia de corto y largo plazo que desarrolle un tratamiento y vacunas.
Fauci afirma que las pruebas no indican cuántos casos habrán sino cómo se responderá con contención y mitigación. Mientras que admitió ante el Congreso que el sistema de gobierno no está diseñado para hacer pruebas masivas de posibles infecciones, también aplaudió la decisión del presidente Trump por restringir los viajes de Europa. “Necesitábamos apagar la fuente de esa región”, dijo.
El presidente Donald Trump ha insistido que las medicinas utilizadas para combatir la malaria pueden ser una opción para el tratamiento del coronavirus. Sin embargo, durante una conferencia de prensa este viernes, Fauci afirmó que no existe una prueba que indique que la hidroxicloroquina sea efectiva para tratar el coronavirus.
Fauci reconoció que la esperanza y la ciencia, dos puntos de vista diferentes, pueden entrar en conflicto y remarcó que lo experimentó durante la epidemia del SIDA en los 80′s. También agregó que su trabajo como científico es probar que existe un tratamiento y una cura que sea segura y funcione.
Con información de Associated Press
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