Votar por correo y cambiar las fechas: las alternativas que surgieron para evitar que las primarias mueran

La pandemia del coronavirus ha traído muchas consecuencias. Entre ellas que se ha dejado de hablar del proceso de elecciones

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El votante Fred Hoffman llena
El votante Fred Hoffman llena su papeleta durante las elecciones primarias en Ottawa, Illinois, EEUU, el 17 de marzo de 2020. El centro de votación fue trasladado de un hogar de ancianos cercano a un antiguo supermercado debido a la preocupación por el brote de la enfermedad coronavirus (COVID-19). REUTERS/Daniel Acker

El Presidente del Partido Demócrata, Tom Perez, le ha pedido a los Estados que no cambien sus fechas de elecciones primarias. Sin embargo, dado el sistema electoral Americano, el partido a nivel nacional no tiene ningún poder por sobre las decisiones que tomen las autoridades del partido en cada Estado.

Pasando casi inadvertido para la prensa masiva, de los 23 Estados que aún deben expresar su voto, siete ya han cambiado las fechas.

Connecticut pasó su votación del 28 de abril al 2 de junio. La ley en este Estado indica que sólo pueden votar por correo aquellos que tengan una razón válida. El gobernador explicó a comienzos de esta semana que era más fácil administrativamente cambiar la fecha de la elección que modificar la ley electoral. Sin embargo, otras autoridades Estatales consideran que dada la situación con el coronavirus no hay certeza de que la crisis vaya a estar cien por ciento superada para comienzos de junio, y que por ende deben ampliar la posibilidad de votar por correo a toda la población. El mismo debate se está dando en Indiana, donde la fecha de elección se movió del 5 de mayo al 2 de junio. Georgia, por su parte, estaba supuesto a votar el 24 de marzo y cambió su fecha para el 19 de mayo.

Más complicado es el caso de Louisiana, que movió su fecha de votación del 4 de abril al 20 de junio. Esto implica que la nueva fecha de la elección queda por fuera del período establecido por el partido a nivel nacional que indica que todos los Estados deben tener sus contiendas antes del 9 de junio. Louisiana pudiera perder sus delegados si el partido en Washington no decide cambiar las reglas por una situacion excepcional. Lo mismo pasa con Kentucky que eligió como nueva fecha el 23 de junio. Allí el Gobernador Andy Beshear anunció que este era sólo el primer cambio de muchos otros que están por venir.

El Gobernador de Maryland postpuso la elección para el 2 de junio y le encargó a su gabinete que desarrollen un plan de elecciones seguras que debe estar listo para comienzos de abril, donde se consideraría inclusive eliminar el voto en persona, dejando solo la modalidad de voto por correo.

Ohio era uno de los cuatro Estados grandes que se suponía votarían el pasado martes 17. El Gobernador Mike DeWine canceló la elección y dio como fecha tentativa el 2 de junio porque la ley de su Estado no le da la autoridad para cambiar el día. Lo único seguro hasta ahora es que el próximo 24 de marzo, se reinician las sesiones legislativas de ese Estado y allí los Representantes –que son quienes tienen la autoridad de poner una nueva fecha- decidirán el futuro de esta primaria.

Otros Estados, como Wyoming, decidieron dejar la misma fecha (4 de abril), pero cancelar las votaciones en persona.

¿Qué va a pasar con la elección general de noviembre?

Noviembre aún está lejos, pero muchos comienzan a pensar en un posible escenario en el que la situación con el COVID-19 siga complicada. La primera opción sería pensar en hacer una gran elección por correo.

Hay antecedentes de este sistema en Colorado, Hawaii, Oregon, Utah y Washington. En estos Estados todas las elecciones son practicamente por correo, con la opción de llevar el sobre con la boleta completa en persona a un centro de votación.

El pasado 10 de marzo, en plena crisis por el coronavirus, Washington (el Estado más afectado hasta el momento por la pandemia) llevó a cabo la elección primaria con esta modalidad. Surgieron dudas acerca de si el virus podía vivir en el papel, pero por el momento no se han reportado problemas por este sistema.

Para que esto se instale a nivel federal, se calcula que haría falta una inversión de 500 millones de dólares y varios meses de anticipación para que los Estados estén listos para distribuir las boletas con la anticipación necesaria y educar a la población acerca de la modalidad. Debates que sólo surgen en medio de una pandemia.

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