Donald Trump anunció este miércoles el cierre temporal del tráfico “no esencial” en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, una decisión acordada con el gobierno de Justin Trudeau, en el marco de las medidas para frenar el avance del coronavirus.
“Por consentimiento mutuo, cerraremos temporalmente la frontera norte con Canadá para el tráfico no esencial. El comercio no será afectado”, anunció el mandatario estadounidense en su cuenta de Twitter.
Estados Unidos reporta al menos 6.500 casos de coronavirus, mientras que Canadá ha registrado cerca de 600 contagios.
El premier canadiense quedó en cuarentena y está gobernando por “teletrabajo”, ya que su esposa arrojó un diagnóstico positivo. Trudeau ha aclarado que no presenta síntomas de la enfermedad. En la víspera, comentó: “No sabemos exactamente cuánto tiempo llevará esto (la epidemia). Podrían ser semanas. Podrían ser meses”.
El lunes, Canadá había anunciado el cierre de fronteras a los extranjeros, pero había dado una excepción a los ciudadanos estadounidenses, debido al fuerte “nivel de integración” de las dos economías. “Casi 200.000 personas cruzan la frontera cada día y ese tráfico es literalmente un salvavidas para canadienses y estadounidenses de ambos lados”, advirtió el martes la viceprimera ministra de Canadá, Chrystia Freeland, al referirse a los posibles bloqueos, según la cadena CBC.
Por su parte, Estados Unidos ha cerrado sus fronteras con Europa, China y otros países fuertemente afectados por la pandemia.
El país ya cuenta con casos de coronavirus en cada uno de sus 50 estados.
El estado de Washington, el más afectado de Estados Unidos por la pandemia de coronavirus, con casi la mitad de las muertes registradas en todo el país (55 de 115, según la Universidad Johns Hopkins), es limítrofe con Canadá.
Las dos grandes ciudades de Seattle y Vancouver, la primera en Estados Unidos y la otra en Canadá, están a poco más de 200 km de distancia.
El estado de Nueva York, el segundo más afectado por la pandemia (16 muertos), en el noreste, también limita con Canadá.
Trump cambió esta semana su retórica frente a la enfermedad. Luego de haber intentado mantener la calma y desestimar los riesgos, lanzó una severa advertencia para que la población estadounidense tome los recaudos necesarios. Según la prensa norteamericana, buena parte del giro se debe a la publicación de un duro informe en el Reino Unido sobre el potencial alcance.
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