La economía funcionaba muy bien, y el presidente Donald J. Trump tenía una base de seguidores muy sólidos que parecían apoyarlo cada vez más fervorosamente, sobre todo a medida que las primarias demócratas tomaban un giro hacia el costado más izquierdista del partido. Las gorras rojas con la sigla MAGA (por la frase “Make America Great Again”: “Volvamos a hacer a América [por EEUU] grande”) se multiplicaban en cada aparición pública del Presidente.
Pero el coronavirus llegó para cambiarlo todo. Es la primera batalla verdaderamente dura que le toca enfrentar a Trump, y su imagen como líder está en juego. Los eventos públicos masivos están cancelados hasta nuevo aviso, y “leer” a esa masa de seguidores se está convirtiendo en una tarea complicada.
La base que apoya firmemente al Presidente podría decirse que era casi monolítica. En temas controversiales como inmigración, la crisis con Irán y hasta el juicio político, siempre lo ha apoyado sin disentir con él. Y esto se veía tanto en el pueblo que asistía a sus eventos como en figuras con impacto mediático que suelen pasearse por los canales de televisión.
En las últimas horas, casi que por primera vez en cuatro años, hemos visto una suerte de quiebre entre dos prominentes seguidores del presidente Trump. Y todo tiene que ver con la crisis sanitaria y económica desatada por la pandemia del coronavirus.
Bill Mitchell, el reconocido economista desarrollador de la teoría monetaria moderna y fiel seguidor de Trump, ha salido por todos lados a decir que el coronavirus no es más que una gripe y lo ha catalogado como el “cambio climático 2.0” (en referencia a lo que él considera es un invento mediático, el calentamiento global). Por otro lado, hay figuras como Jason Miller –asesor de la campaña de reelección con muy alto perfil mediático- que vienen alertando al Presidente acerca del riesgo del coronavirus desde enero (en privado y en público) que creen que la administración Trump debe ser lo más dura posible sobre este tema. Detrás de estos dos personajes, miles de estadounidenses seguidores del Presidente que se alinean detrás de uno u otro punto de vista.
En el medio, un presidente que hasta ahora nunca fue en contra de su base y que tiene que actuar como líder de una nación en crisis durante un proceso electoral. Una sola cosa es clara hasta ahora: buena parte de las posibilidades de reelección de Trump dependen de su accionar durante esta crisis.
El portal político Real Clear Politics, referente en tema de encuestas, ha publicado un promedio de diversas encuestas en el que el coronavirus se ubica como el primer tema en la mente de la gente a la hora de votar, inclusive por sobre la economía. Fuentes cercanas a la campaña del Presidente nos informaron que el COVID-19 se ha convertido en el principal tema de estudio para quienes manejan los sondeos en la campaña, y que los resultados suelen estar divididos.
Quizás, un hecho que explica el aparente cambio de discurso de una administración que durante semanas minimizó el impacto del coronavirus y que hoy tiene cerradas sus fronteras para varias regiones del mundo.
Desde la cadena de noticias Fox News, referente indiscutido de los seguidores del Presidente, se nota la existencia de estas dos tendencias. Es frecuente ver en un show como el de Tucker Carlson dar advertencias acerca de la severidad de la situación y una hora más tarde ver el show de Sean Hannity hablar de una creación mediática de izquierda alrededor de la crisis.
Entre estas dos tendencias el hombre que hoy parecería llevar a la administración en sus espaldas (y por ende la reelección): Jared Kushner. El Presidente le ha dado un rol preponderante a su yerno desde el comienzo de su presidencia. Allegados a la Casa Blanca aseguran que Kushner es quien aconsejó más firmemente al Presidente para que declarara el estado de emergencia, y quien estaría incluso reemplazando al vicepresidente Mike Pence en la mayor parte de las reuniones a las que asiste el Presidente con respecto a la crisis.
Mañana tendremos la primera elección primaria desde que la pandemia fuera declarada. Se suponía que cuatro estados irían a las urnas, pero Ohio anunció la suspensión momentánea de su elección por el coronavirus. Florida, Illinois y Arizona aún llevarán a cabo su jornada electoral, pero con muy poca expectativa, ya que en este país de lo único que se habla es del coronavirus.
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