Donald Trump minimizó este lunes a las muertes coronavirus en Estados Unidos, al compararlas con la cifra de víctimas fatales que cada año causa la gripe común en el país.
“El año pasado murieron 37 mil estadounidenses por la gripe común. Tiene un promedio de entre 27 mil y 70 mil por año. Nada se cierra, la vida y la economía continúan. Hasta ahora hay 546 casos confirmados de coronavirus, con 22 muertes. ¡Piensen en eso!”, escribió en Twitter. La epidemia tiene unas semanas en Estados Unidos y amenaza con expandirse por varias regiones.
El número de casos confirmados de coronavirus en Estados Unidos superó los 550 hasta la noche del domingo, con pacientes en 30 de los 50 estados del país y un saldo de al menos 21 muertos. De todas formas, Trump defendió la “perfectamente coordinada” respuesta de su gobierno a una emergencia sanitaria que obligó este domingo a cancelar el torneo de tenis de Indian Wells.
El mandatario ha sugerido que la epidemia, que ha matado a más de 3.500 personas desde que surgió en China, está “disminuyendo sustancialmente, no subiendo”. También prometió que pronto estaría disponible una vacuna, aunque los expertos indican que estará como mínimo en 12 meses, y aseguró que la estimación oficial de la tasa de mortalidad era “falsa”.
También, se refirió en Twitter a la jornada negra que sufren los mercados mundiales, una de las peores desde la crisis de 2008. Según explicó, las pérdidas se deben a las discusiones entre Rusia y Arabia Saudita por el precio del petróleo, y no hizo mención a la epidemia viral.
Desde principios de febrero, el gobierno de Trump se enfocó en bloquear los viajes desde China e imponer cuarentenas en un esfuerzo por mantener el virus fuera de Estados Unidos. La rápida decisión ha sido destacada varias veces por el presidente.
Los epidemiólogos aseguran que el esfuerzo de contención inicial puede haber retrasado la llegada del virus, pero acusan a la Casa Blanca de perder el tiempo con una estrategia más bien ligada a la narrativa política que a la preparación interna.
La principal queja ha sido que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) desarrollan sus propios kits defectuosos para realizar las pruebas, en lugar de utilizar los aprobados por la Organización Mundial de la Salud. Los críticos también señalan profundos recortes en los CDC.
Trump también ha acusado a la prensa y considera que los medios buscan dañar la imagen de su gestión destacando la cifra de contagios.
Por su parte, el senador republicano Ted Cruz, por su lado, anunció que decidió permanecer en cuarentena en su residencia de Texas tras estrechar la mano de una persona contagiada en la Conferencia de Acción Política Conservadores (CPAC) cerca de Washington el mes pasado y a la que también asistieron Trump y Pence.
(Con información de AFP)
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