La aspirante demócrata a la Casa Blanca Elizabeth Warren, que llegó a liderar las encuestas de intención de voto a nivel nacional, abandonó el jueves la carrera por la nominación partidaria tras los malos resultados en las internas en varios estados.
En una carta dirigida a sus seguidores y titulada “La pelea continúa”, Warren confirmó lo que medios estadounidenses habían anticipado más temprano: “Hoy, suspendo nuestra campaña para la presidencia”.
Casi de inmediato, la progresista anunció que aún no estaba lista para dar su apoyo a ninguno de los candidatos que aún siguen en la pelea.
“Hoy no”, dijo Warren a periodistas afuera de su casa en Cambridge, Massachusetts, cuando se le preguntó si estaba lista para respaldar a sus compañeros progresistas Sanders o al moderado Biden. “No tenemos que decidir eso en este momento”, dijo, y agregó: “Quiero tomarme un poco de tiempo para pensar un poco más”.
La decisión de la senadora, representante del ala izquierdista de los demócratas, era esperada tras haber registrado un pobre resultado en el Supermartes, en el que no pudo ganar un solo estado, ni siquiera el suyo. Se retiró de la carrera un día después de que el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, también se bajó tras un decepcionante Supermartes.
Su salida de la carrera después de la partida de la senadora Amy Klobuchar deja el campo demócrata con solo una candidata mujer: la representante de Hawai, Tulsi Gabbard, que ha reunido solo un delegado para la nominación. Fue un giro inesperado para un partido que había utilizado los votos y la energía de las mujeres para retomar el control de la Cámara, principalmente con candidatas, hace solo dos años.
La campaña de Warren comenzó con una enorme promesa de que ella podría llevar ese impulso a la carrera presidencial. El verano pasado, atrajo a decenas de miles de seguidores al parque Washington Square de Manhattan, una escena que se repitió en lugares como los estados de Washington y Minnesota.
Warren, una ex profesora de derecho que forjó una reputación nacional por su dureza con Wall Street, incluso antes de entrar en política, centró su campaña en luchar contra la influencia del dinero en la política, argumentando que en cada tema importante (control de armas, cambio climático, atención médica) el poder de los cabilderos corporativos y multimillonarios obstaculizaría cualquier oportunidad de lograr un cambio significativo. Otra de sus propuestas más populares entre las bases demócratas era el impuesto del 2% que quería imponer a los hogares con un patrimonio de más de 50 millones de dólares.
La senadora, de 70 años, comenzó su carrera a la Casa Blanca como una de las favoritas para alcanzar la nominación. Sin embargo, el apoyo inicial se evaporó rápidamente. La senadora no pudo consolidar el apoyo del ala más liberal del Partido Demócrata contra el otro progresista de raza, Bernie Sanders. Ambos proponían la atención médica universal, patrocinada por el gobierno bajo el programa “Medicare para Todos”, la universidad pública gratuita y medidas agresivas de lucha contra el cambio climático como parte del “Green New Deal" (Nuevo Acuerdo Verde), mientras que renunciaron a grandes recaudaciones de fondos a favor de pequeñas donaciones alimentadas por internet.
Su partida podría dar un impulso a Sanders si parte de su apoyo gira hacia el senador de Vermont, aunque los votantes no siempre siguen líneas ideológicas.
Donald Trump, quien suele llamar a Warren “Pocahontas”, por sus frecuentes referencias a su ascendencia nativa americana, comentó la noticia a través de Twitter.
“Elizabeth “Pocahontas” Warren, que no iba a ir a ninguna parte excepto a la cabeza de Mini Mike, acaba de abandonar la primaria demócrata ... TRES DÍAS DEMASIADO TARDE”, escribió el mandatario. “Le costó a Crazy Bernie, al menos, Massachusetts, Minnesota y Texas. ¡Probablemente le haya costado la nominación! Llegó tercera en Massachusetts”, agregó.
La próxima cita electoral será el próximo 10 de marzo, cuando se celebrarán las primarias en otros seis estados: Idaho, Michigan, Mississippi, Missouri, Dakota del Norte y Washington.
Para obtener la nominación final en la convención de Milwaukee son necesarios 1.991 delegados.
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