La senadora por el estado de Minnesota, Amy Klobuchar, se bajó este lunes de la carrera por la candidatura presidencial del partido demócrata. Según consignó The Associated Press, Klobuchar planea apoyar al ex vicepresidente Joe Biden, que volvió al frente de la carrera el pasado sábado con una resonante victoria en las primarias de Carolina del Sur. De hecho, The Guardian informó que planea viajar a la ciudad de Dallas, en Texas, esta noche y participar junto a él en un evento de campaña.
Klobuchar, veterana senadora de Minnesota y quien apenas había logrado un tercer puesto en las primarias de New Hampshire, no logró aglutinar el voto de los moderados con su mensaje de pragmatismo y capacidad para conectar con los votantes del Medio Oeste del país.
La decisión llega horas después de que terminaran con sus campañas el ex alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg, y el multimillonario Tom Steyer. Tanto Buttigieg como Klobuchar intentaban presentarse como alternativas moderadas del partido, capaces de atraer votantes centristas y hasta algunos republicanos que tuvieran dudas sobre si apoyar nuevamente a Donald Trump en las elecciones de noviembre.
Sin embargo, ninguno de los dos logró obtener un porcentaje relevante en las primarias de Carolina del Sur. Buttigieg se alzó con el 8,2% de los votos, mientras que Klobuchar logró el 3,2%. De acuerdo al promedio de encuestas nacionales compilado por Five Thirty Eight, Buttigieg contaba con una intención de voto del 10,2% mientras que la de Klobuchar era del 4,7%.
Los pobres resultados y expectativas, contrastadas con la amplia victoria de Biden, quien también puja por el primer lugar del “carril moderado”, parecen haber influido en su decisión. De hecho, distintos reportes indicaron que, al igual que la ex senadora, Buttigieg también está considerando manifestar su apoyo formal al candidato.
De esta manera, el campo demócrata queda con cinco candidatos: el senador de Vermont Bernie Sanders, Biden, la senadora Elizabeth Warren, el ex alcalde de Nueva York y magnate Mike Bloomberg y la congresista Tulsi Gabbard. No obstante, esta última no ha clasificado a los últimos debates ni obtenido cantidades de votos significativos para mantener vivas sus esperanzas presidenciales. De hecho, a esta altura no cuenta con delegados.
La carrera presidencial aumentará su intensidad exponencialmente mañana con el llamado “Súper Martes" (Super Tuesday), cuando los votantes de 14 estados -entre ellos California y Texas, primero y tercero en términos de cantidad de delegados que reparten a nivel nacional, respectivamente- se dirijan a las urnas. California reparte 415 delegados y Texas 228. El estado que se encuentra en segundo lugar, en tanto, es Nueva York. En total se necesitan 1.991, la mitad más uno de los totales.
En total, la elección reparte aproximadamente un tercio de los delegados totales y juega un rol trascendental para definir a los candidatos principales del partido. Luego de los resultados de Carolina del Sur y las últimas defecciones, todo parece indicar que Biden y Sanders contenderán por la nominación.
El senador de Vermont obtuvo la victoria en New Hampshire y Nevada, y terminó virtualmente empatado con Pete Buttigieg en Iowa. También parte como favorito en las encuestas en al menos ocho de esos estados, incluidos California y Texas.
Biden, por su parte, apostará a aprovechar el envión logrado en Carolina del Sur y atraer a los votantes moderados de Buttigieg y Klobuchar. En las tres primeras elecciones, donde Sanders se perfiló como el líder, los partidarios del sector moderado enfatizaron en el hecho que la suma de sus votos superaba con creces a la obtenida por el senador, estandarte del sector considerado como progresista.
No obstante, no está claro a quién podría beneficiar la salida de Buttigieg. Un sondeo de Morning Consult realizado entre el 23 y el 27 de febrero, antes de su adiós, indicó que el 21% de sus seguidores nombró a Sanders como segunda opción, el 19% a Biden, otro 19% a la senadora Elizabeth Warren y un 17% a Mike Bloomberg.
Los abandonos reducen proporcionalmente la dispersión de votos y repartición de delegados, lo que aumentaba notoriamente la posibilidad de que ningún candidato alcanzara la mayoría simple para la convención demócrata de julio.
No obstante, la posibilidad de que ello ocurra continúa presente. Si ningún candidato llega a la cifra, hay dos posibilidades: lograr un consenso entre los delegados o pasar a una segunda instancia, de los superdelegados, más ligados a la corriente tradicional del Partido Demócrata. Ninguno de los dos escenarios favorece a Sanders, que no reúne el consenso de los líderes históricos.
Las elecciones del Súper Martes jugarán un rol clave en confirmar o refutar los distintos análisis.
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