La declaración de bancarrota de este martes por parte de la organización de los Boy Scouts of America (BSA) llegó luego de una acumulación masiva de denuncias de abuso sexuales y de los correspondientes acuerdos extrajudiciales con las víctimas.
Según medios estadounidenses, la organización cree que más de 7.800 de sus ex líderes han estado presuntamente involucrados en abusos sexuales a más de 12.000 niños en el transcurso de 72 años. Este número de afectados puede, incluso, superar a los de la Iglesia católica, según diversas fuentes citadas por EFE.
El pedido de bancarrota, que la organización asegura que tiene como fin poder pagar las compensaciones, es, a su vez, polémico, ya que, de aprobarse, quedarán suspendidos todos los litigios civiles contra la ONG, que afectan a miles de presuntas víctimas de abusos, durante un largo proceso de reestructuración financiera de la entidad.
Los últimos casos
La acusación más reciente librada contra la organización fue presentada el lunes, cuando un grupo de ocho hombres demandaron a BSA en Washington D.C. por no crear un ambiente seguro y por encubrir los casos de abuso que los tuvieron como víctimas. Los demandantes dicen haber sido abusados cuando eran niños, en algunos casos cuando tenían apenas 8 años de edad, y formaban parte de la institución.
En este caso específico, los demandantes fueron abusados en diferentes estados de EEUU, pero se unieron para realizar la demanda en Washington DC, ya que en sus jurisdicciones de origen el paso del tiempo les ha impedido actuar legalmente. No así en el Distrito de Columbia, donde las víctimas de abuso sexual infantil pueden demandar hasta los 40 años de edad (y en algunos casos, sin límite de edad), donde BSA está registrada.
Al momento. solo 8 estados y jurisdicciones, entre estas el D.C., permiten estas demandas.
Otro caso fue abierto en agosto de 2019 en Pennsylvania, cuando un hombre de 50 años demandó a BSA por un abuso sexual sufrido en la década de 1970.
En la demanda se acusó a BSA de esconder el alcance de la “epidemia de pedofilia” en la organización y de encubrir a sus jefes de exploradores (scoutmasters) bajo sospecha.
El hombre, que está encarando la demanda, recibe apoyo de la alianza de abogados Abused in Scouting (Abusado en los exploradores), una organización que representa a 1.551 víctimas solo en Pennsylvania.
Un caso que cobró fuerte resonancia fue el de Robb Lawson, de 45 años, quien en 2016 inició acciones legales contra BSA por encubrimiento, una de las primeras que destacaron el masivo caso de abuso y encubrimiento.
Lawson era un adolescente cuando participó de una actividad al aire libre de BSA en el estado de Georgia y fue violado por uno de sus líderes en una carpa.
Aunque la demanda pudo ser presentada gracias a una extensión de tiempo implementada por la Justicia del estado de Georgia, Lawson finalmente tuvo que abandonar el proceso, ya que la responsabilidad de BSA, al igual que sucede con la Iglesia católica y otras entidades, estaba limitada por leyes locales.
La reacción de los exploradores
En respuesta a estas últimas denuncias, BSA ha reconocido en un comunicado citado por The New York Times: “(Ha habido) momentos en la historia de la organización en la que los casos no fueron tratados o manejados en forma consistente con nuestro compromiso para proteger a los exploradores, ni con nuestros valores ni procedimientos actuales”.
Así, la institución señaló estar “muy preocupada por los casos de abuso infantil” y pidió "sinceras disculpas”.
Además, BSA asegura que su pedido de quiebra es parte de una “reestructuración financiera” con el objetivo de “compensar en forma justa a las víctimas que sufrieron de abusos durante su tiempo en los exploradores”.
La declaración de quiebra, que se acoge al Capítulo 11 del Código de Bancarrotas estadounidense, tiene dos objetivos claves, según los exploradores: “compensar equitativamente a las víctimas que fueron dañadas durante su permanencia en los Scouts y continuar cumpliendo su misión en los años venideros”.
“BSA tiene la intención de utilizar el proceso del Capítulo 11 para crear un fideicomiso de Compensación de Víctimas, que proporcionaría una compensación equitativa a los afectados”, agrega la organización en un comunicado.
Pero no todos están satisfechos con este esquema.
Para Paul Mones, un abogado con sede en Los Ángeles, que representa a “cientos de víctimas de abuso sexual en demandas individuales”, la bancarrota de la organización es una “tragedia”, según dijo a la CNN.
“Estos jóvenes hicieron un juramento. Se comprometieron a ser obedientes, se comprometieron a apoyar a los Scouts y se comprometieron a ser honorables. Muchos de ellos están extremadamente enojados porque eso no fue lo que les sucedió, y los Boy Scouts de América no dieron un paso adelante como deberían haberlo hecho” ante estas situaciones, dijo Mones.
Una organización masiva y centenaria
Boy Scouts of America ofrece, según explica en su página web, el programa juvenil más importante de Estados Unidos para el desarrollo del carácter y la capacitación en liderazgo basado en valores, que ayuda a los jóvenes a estar “preparados”.
”La organización Scouting está integrada por casi 2,2 millones de jóvenes de edades entre los 5 y 21 años y por aproximadamente 800.000 voluntarios en consejos locales en todo Estados Unidos y sus territorios", indica.
Tras celebrar el 110 aniversario de su constitución el pasado 8 de febrero, y al presentar sus cuentas, aseguró que contaba con un pasivo de entre 100 y 500 millones de dólares y que sus activos no llegaban a los 50.000 dólares.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: