“Es suficiente”, escribió Tom Perez, jefe del Comité Nacional del Partido Demócrata, en su cuenta de Twitter, después de que la primera elección dentro de la interna demócrata quedara empañada por una serie de problemas técnicos que complicaron el recuento de votos y demoraron los resultados por varios días.
“A la vista de los problemas que surgieron en el plan de selección de delegados y con el objetivo de asegurar la confianza pública en los resultados, llamaré al Partido Demócrata de Iowa a inmediatamente comenzar una revisión de los resultados”, agregó Pérez.
En otro tuit publicado unos minutos más tarde, Perez aclaró: “Una revisión es un recuento de los votos de las planillas de cada sitio del caucus para garantizar la precisión del conteo. El Partido Demócrata de Iowa continuará informando resultados”.
Casi cuatro días después de los caucus de Iowa el lunes —las asambleas colectivas en los que seleccionan a los aspirantes y que son la primera parada de las primarias en EEUU—, aún no se conocen los resultados definitivos, y se han planteado dudas sobre la precisión de lo publicado hasta ahora. Por eso, la medida es un paso significativo y plantea nuevas preguntas sobre cuánto tiempo más pueden estar pendiente los resultados de Iowa.
En una revisión, todos los números que fueron publicados por el partido estatal se verificarán con los resultados que se registraron en los sitios del caucus.
El partido de Iowa decidió verificar manualmente los resultados, y lo viene haciendo lentamente desde el martes. Pero han surgido errores e incoherencias en los resultados publicados online. Por ejemplo, variaciones imposibles entre la primera y la segunda ronda, o totales que no cuadran.
Con el 97% de los votos escrutados, el ex alcalde de la ciudad de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg, se imponía el miércoles con el 26,2 por ciento de los votos sobre el senador de Vermont, Bernie Sanders, que acumulaba el 26,1 por ciento.
Bastante detrás de ellos dos les siguen la progresista Elizabeth Warren con 18,2 por ciento, el ex vicepresidente Joe Biden con 15,8 por ciento y la senadora de Minnesota Amy Klobuchar con 12,2 por ciento.
Los aspirantes demócratas se encuentran ya haciendo campaña en la segunda parada de la batalla electoral, en el estado de Nuevo Hampshire, que celebrará sus primarias el próximo martes.
El jueves, Sanders publicó un mensaje en Twitter en el que se dio por ganador en Iowa y agradeció a sus votantes y simpatizantes. Según él, en el recuento superó a Buttigieg por unos 6.000 votos, aunque podría estar debate en número de delegados estatales. La campaña de Sanders anunció, mientras tanto, que había recaudado la friolera de USD 25 millones en donaciones en enero, su mayor mes de recaudación de fondos hasta la fecha.
“Los estadounidenses de la clase trabajadora que donan de a USD 18 están colocando a nuestra campaña en una posición sólida para competir en estados de todo el mapa”, dijo el gerente de campaña, Faiz Shakir, en un comunicado.
Iowa, un estado rural con apenas 3 millones de habitantes, concentra cada cuatro años la atención tanto dentro como fuera del país ya que es el primer asalto en la contienda electoral de EEUU, y sus resultados determinan en gran medida el de los siguientes comicios.
Así, mientras el apoyo de Buttigieg en New Hampshire aumentó del 12 por ciento el lunes al 19 por ciento ahora, según una encuesta realizada por Boston Globe/WBZ-TV/Suffolk University, el de Biden cayó del 18 al 12 por ciento durante el mismo período.
El jueves, durante un discurso en el que celebró su absolución en el juicio político llevado adelante en el Senado, el presidente Donald Trump se burló de los demócratas y lo sucedido en Iowa.
“Los demócratas no pueden contar unos simples votos, pero quieren hacerse cargo del sistema de salud”, dijo Trump. “Imagínense”, agregó.
Con información de AFP y EFE
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