Donald Trump apuntó buena parte de sus críticas contra Mitt Romney, el senador republicano que arruinó sus planes de lograr un rechazo unánime en filas oficialistas para la votación del juicio político contra el mandatario.
Tras ser absuelto en la Cámara Alta, Trump publicó un video en el que acusó a Romney de actuar como un “agente secreto de los demócratas” y aseguró que el senador “trató de infiltrarse en la Casa Blanca en 2016”, en referencia a las reuniones que ambos sostuvieron cuando era voceado como posible secretario de Estado, cargo que finalmente quedó en manos de Rex Tillerson al inicio del mandato.
Posteriormente, escribió: “Si el fallido candidato presidencial Mitt Romney hubiese puesto la misma energía y enojo en vencer a Barack Obama como lo hace santurrónmente conmigo, podría haber ganado las elecciones”.
En los últimos días, la prensa estadounidense reportó que Trump ha estado confeccionando una “lista de enemigos”, integrada entre otros por John Bolton, su ex asesor que se mostró dispuesto a testificar y comprometer la defensa del presidente, aunque finalmente no fue convocado por el Senado.
En momentos en que Trump se dispone a buscar de lleno la reelección, el voto de Romney lo priva de afirmar en su campaña que los republicanos lo absolvieron por unanimidad en lo que según él fue un intento estrictamente partidista para echarlo de la Casa Blanca. De hecho, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, aprovechó el voto de Romney para anunciar la “votación bipartidista para declararlo culpable” en el Senado.
Romney se opuso de manera activa a Trump durante las primarias republicanas de 2016 y pidió al resto de candidatos que unieran fuerzas en su contra, lo que le costó los insultos y el desprecio del entonces magnate inmobiliario. Sin embargo, rectificó cuando Trump ganó las elecciones a Hillary Clinton.
Antes de la votación del miércoles, dijo que fue la “decisión más difícil” que ha enfrentado y que esperaba recibir críticas severas de correligionarios. “Soy consciente de que hay personas en mi partido (...) que desaprobarán enérgicamente mi decisión, y en algunos sectores se me denunciará con vehemencia”, agregó el senador de Utah. Pero dijo que su decisión era un tema de conciencia y de acuerdo con su fe mormona. “Como senador jurado, juré ante Dios impartir justicia imparcial”, dijo. “Con mi voto, les diré a mis hijos y a sus hijos que cumplí con mi deber lo mejor que pude”.
En un indicio de la furia que Romney podría enfrentar, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, emitió un comunicado en el que se afirma que “solamente los rivales políticos del presidente –todos demócratas y un fracasado candidato presidencial republicano– votaron a favor de los artículos fabricados en el juicio político”.
Rápidamente, el primogénito del mandatario, Donald Trump Jr., pidió que Romney sea expulsado del Partido Republicano. “Mitt Romney siempre estará amargado de que nunca será presidente. Era demasiado débil para vencer a los demócratas entonces, así que ahora se une a ellos”, dijo.
En cambio, la decisión fue alabada por los demócratas. “En un momento en que muchos se preguntan qué honor queda en la vida pública, ahí está Mitt Romney”, tuiteó el senador demócrata Chris Murphy.
(Con información de EFE, AP y AFP)
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