Tal y como se preveía, el senado de los Estados Unidos votó este miércoles la absolución en el juicio político del presidente Donald Trump. El resultado de la votación de los dos cargos de los que había sido acusado -abuso de poder y obstrucción al Congreso- difirió: el primero terminó con 52 en contra y 48 a favor, debido a que el republicano Mitt Romney votó por condenar al Presidente, lo mismo que todos los demócratas en el recinto. El segundo, en tanto, culminó con 53 votos en contra y 47 a favor.
Más de la mitad de los senadores (todos los demócratas y algunos republicanos) habían expresado su inquietud por los hechos que derivaron las acusaciones. Pero los oficialistas aseguraron que no ameritaba condenarlo. Por ello, el resultado estuvo lejos de los dos tercios necesarios -67 votos- para cumplir el estándar de la Constitución y remover al Presidente de su puesto.
De esta manera, la absolución culminó un proceso de casi cinco meses, que comenzó en los comités de Inteligencia y Judicial de la Cámara de Representantes -donde los demócratas, impulsores del juicio político, tienen mayoría- y terminó en el Senado, liderado por el republicano Mitch McConnell. Su desarrollo reflejó la implacable división partidista de la nación a tres años del inicio de la presidencia de Trump.
De hecho, inmediatamente después de que se conocieran los resultados, los líderes demócratas aseguraron que el resultado era ilegítimo y producto de una voluntad de encubrir los crímenes del presidente. Además, prometieron continuar con sus investigaciones contra el Presidente.
El de Trump fue el tercer juicio político a un Presidente de los Estados Unidos. Antes habían sido juzgados el demócrata Bill Clinton (1999) y Andrew Johnson (1868). Todos fueron absueltos. Richard Nixon, por su parte, renunció antes de enfrentar el proceso luego de que su propio partido le retirara su respaldo producto del escándalo Watergate.
Minutos después de que la decisión se oficializara, Trump eligió expresarse a través de un video, publicado en su cuenta de Twitter. Las imágenes muestran una sucesión de carteles de campaña y sugieren un escenario en el que se perpetúa en el poder. Luego de pasar por miles de años, el cartel finaliza con la consigna “Trump para siempre”. También anticipó que realizará una declaración pública el jueves a las 12 PM (ET, 17 GMT).
La Casa Blanca también publicó un comunicado oficial, en el que aseguró que la decisión significaba “la completa reivindicación y absolución del Presidente”. “En lo que se ha convertido en una tradición para los demócratas, esto fue otro caso de caza de brujas que privó al Presidente de su debido proceso y estuvo basado en una serie de mentiras. El representante Adam Schiff (líder de los demócratas que actuaron como fiscales en el proceso) le mintió al Congreso y al pueblo de Estados Unidos y manufacturó declaraciones sobre la conversación telefónica del Presidente. ¿No habrá retribución?", expresa un párrafo de la declaración.
Y concluye: “El presidente se complace de dejar atrás este último capítulo de una actitud vergonzosa de los demócratas y espera continuar con su trabajo en nombre de los estadounidenses en 2020 y más allá”.
Pese a que las chances de los demócratas eran bajas desde el principio, el certificado de defunción del proceso tuvo lugar el pasado jueves, cuando no lograron torcer suficientes voluntades en el partido republicano para llamar nuevos testigos al recinto.
El testimonio más requerido era el del ex asesor de seguridad nacional del Presidente, John Bolton, quien en el manuscrito de su libro daba a entender que el cargo del que se acusaba a Trump -retener ayuda milita a Ucrania a cambio de que investigara a su rival político y posible candidato presidencial demócrata, Joe Biden- efectivamente había sucedido.
Trump negó las acusaciones en una serie de tuits. “NUNCA le dije a John Bolton que la ayuda a Ucrania estaba vinculada a las investigaciones a los demócratas, incluidos los Biden... Si John Bolton dijo esto, es solo para vender un libro”, escribió.
En declaraciones públicas, el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, aseguró que la absolución “virtualmente no tiene valor” precisamente por la negativa a escuchar testigos. ""Ahora que los republicanos rechazaron un juicio justo, la verdad es el gran asterisco en la absolución del presidente", dijo.
De los cuatro republicanos que necesitaban los demócratas para lograr una mayoría, solo consiguieron dos adhesiones: la de Susan Collins (del estado de Maine) y Mitt Romney (Utah). Romney, un influyente senador y candidato presidencial del partido en 2012, año en el que perdió con Barack Obama, fue el único en romper filas.
“El presidente es culpable de un terrible abuso de la confianza pública”, expresó durante el discurso en el que manifestó su posición. “Soy consciente de que hay personas en mi partido... que desaprobarán enérgicamente mi decisión, y en algunos sectores se me denunciará con vehemencia”, agregó.
Además, el republicano añadió que fue la “decisión más difícil” que ha enfrentado, pero dijo que su decisión era un tema de conciencia y de acuerdo con su fe mormona. “Como senador jurado, juré ante Dios impartir justicia imparcial”, dijo. “Con mi voto, les diré a mis hijos y a sus hijos que cumplí con mi deber lo mejor que pude”.
Casi de forma inmediata, Donald Trump Junior, hijo del primer mandatario, se pronunció sobre el tema y pidió la expulsión de Romney del Partido Republicano. “Mitt Romney siempre estará resentido por no haber podido ser presidente. Era demasiado débil para vencer a los demócratas, así que ahora se une a ellos. Ahora es oficialmente miembro de la resistencia y debería ser expulsado del Partido Republicano”, escribió en su cuenta de Twitter.
Los dos demócratas que podrían haber llegado a votar a favor de la absolución -Joe Manchin III de West Virginia y Kytsten Sinema de Arizona, ambos representantes de estados que suelen votar por candidatos republicanos- finalmente no lo hicieron, impidiéndole a Trump anunciar que había tenido apoyo bipartidario. El senador Doug Jones, de Alabama -otro estado históricamente republicano- admitió que su voto a favor de condenar probablemente le costaría su elección.
Si bien el cierre del juicio político no significa el fin de las pesquisas de los demócratas contra el mandatario (son varias las líneas de investigación), otorga a Trump impulso en su carrera por la reelección tras un tumultuoso primer mandato.
Pese a que nunca tuvo cotas de aprobación superiores al 50% durante su presidencia, y poco más de la mitad de la población apoyaba la destitución, Trump registró su mejor cifra en víspera del veredicto: 49%, según Gallup.
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