El déficit en el comercio internacional de bienes y servicios de Estados Unidos disminuyó un 1,7% en 2019, para situarse en los 616.800 millones de dólares, el primer descenso en seis años, informó este miércoles el Departamento de Comercio, en el marco de la guerra comercial abierta con China que marcó un importante aumento arancelario.
El pasado año, las exportaciones estadounidenses bajaron un 0,1% (hasta los USD 2,5 billones), mientras que las importaciones se redujeron un 0,4 por ciento (hasta los USD 3,1 billones). El rubro más destacado es el del petróleo: EEUU importó 19,3% menos crudo, hasta los USD 126.600 millones.
En cuanto a la balanza comercial con China, principal socio y rival estadounidense, el déficit cayó 17,6% hasta los USD 345.600 millones. En enero, ambas potencias firmaron un acuerdo que frenó los aumentos de aranceles planeados.
Sin embargo, el déficit creció un 26,2% con respecto a México hasta un récord de USD 101.800 millones. También se marcó una cifra histórica para el balance negativo con la Unión Europea, que creció un 5,5% hasta los USD 177.900 millones.
Uno de los pilares de la campaña de Trump fue el de reducir los enormes y persistentes déficits comerciales de Estados Unidos, lo que él ve como una señal de debilidad económica y el resultado de acuerdos comerciales desequilibrados que ponen a los exportadores estadounidenses en desventaja. En ese marco, además de la guerra comercial, ha negociado un nuevo acuerdo comercial con el Canadá y México que, según él, aportará un mayor equilibrio al comercio en América del Norte.
Los economistas de la corriente principal sostienen que los déficits comerciales no son inherentemente malos, ya que en gran medida son el resultado de una gran realidad económica que no responde mucho a los cambios en la política comercial: Los estadounidenses gastan más de lo que producen, y las importaciones llenan el vacío.
(Con información de AP)
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