Este martes, Raymond Rodio III, un hombre de 48 años de Nueva York, se declaró culpable de los cargos que enfrentaba por tráfico sexual y venta de estupefacientes, tras reconocer que durante más de cuatro años retuvo a 22 mujeres en el sótano de sus padres y las obligó a prostituirse.
El acusado fue arrestado en agosto de 2018, cuando dos agentes le ordenaron detenerse en un control rutinario de tráfico.
Al inspeccionar el vehículo, los policías encontraron dentro a una mujer que parecía víctima de trata. Durante la investigación, descubrieron que el arrestado la había obligado a prostituirse desde la primavera de 2018; y ella no era la única.
Desde el sótano de la casa de sus padres, ubicada en Lower Rocky Point Road, el detenido operaba un burdel. En aquel pequeño espacio había encerrado a 22 jóvenes de entre 20 y 30 años, para forzarlas a “trabajar” para él.
A través de sitios webs como Backpage.com o Craiglist.com, Raymond Rodio III ofrecía los servicios sexuales de las chicas, a las que drogaba para nublar su juicio. De acuerdo a la investigación, todas fueron retenidas en contra de su voluntad.
El método del arrestado era siempre el mismo. Rodio se aprovechaba de la adicción de las mujeres a la heroína y al crack, y las atraía hasta el domicilio de Sound Beach ofreciéndoles drogas gratis. Cuando ellas llegaban, las encerraba en el sótano y las obligaba a tener relaciones sexuales para beneficiarse económicamente.
Si ellas se negaban, o intentaban escapar, las reprimía usando la fuerza, o les quitaba la droga para hacerlas sufrir los efectos de la abstinencia.
Además, según la Unidad de Investigaciones de Trata de Personas de la Policía de Suffolk, y de los investigadores especializados en trata de mujeres del Fiscal del Distrito, en ocasiones era él quien forzaba a drogarse a las jóvenes para que perdieran la voluntad, y así poder esclavizarlas sexualmente.
Cuando un cliente le contactaba para solicitar el servicio de alguna de las chicas, Raymond la sacaba del sótano y la llevaba a un motel, donde tenía lugar el encuentro.
“Además de en la casa, Rodio presuntamente obligó a sus víctimas a ejercer la prostitución en varios moteles en todo el condado de Suffolk”, explica un comunicado de prensa del fiscal del distrito.
Las condiciones en las que el acusado mantenía a las chicas en el sótano, asemejaban la habitación a una mazmorra. Como no había aseo, las obligaba a hacer sus necesidades en una cubeta, y debían lavarse con agua de un balde.
Según confirmaron las autoridades, ninguna de las chicas fue acusada por cargos de prostitución, al entender que todas fueron forzadas por el detenido, quien actuaba como su proxeneta y utilizaba gran parte de las ganancias para costear su propia adicción al crack.
En opinión de los investigadores, los padres del procesado -ambos de 74 años- no estaban al tanto de lo que ocurría en su propia casa.
"La puerta del sótano tiene una cerradura exterior y Rodio tenía la única llave”, explicó en un comunicado el fiscal del distrito.
De hecho, al ser interrogada, Nancy Rodio, madre del acusado, negó que su hijo fuera culpable de tráfico sexual e insistió en que su casa “no estaba ocurriendo nada".
En cambio, su esposo, Raymond Rodio, contó que su hijo había tenido durante mucho tiempo problemas con las drogas y que aunque trató de ayudarlo en el pasado, sus intentos siempre fracasaron.
Tras declararse culpable este martes de los numerosos cargos que enfrentaba por tráfico sexual, venta criminal de una sustancia ilegal, y promoción de la prostitución, se espera que Raymond Rodio III reciba una sentencia de hasta nueve años de prisión, y cinco de libertad condicional. De acuerdo al diario Patch.com, el fallo se conocerá el próximo 9 de marzo.
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