El gobierno de Estados Unidos incluyó este jueves en su lista negra de sanciones al responsable de la Organización de Energía Atómica de Irán, Ali Akbar Salehi, en el marco de la campaña de presión con la que Washington pretende que el régimen de Teherán renuncie a sus ambiciones nucleares.
La medida implica la congelación de cualquier activo que Salehi pueda tener bajo soberanía norteamericana, así como límites a las transacciones y contratos con uno de los principales responsables de la industria nuclear iraní, en el punto de mira desde hace décadas.
Washington acusó a Salehi de haber “jugado un papel importante en el incumplimiento de Irán de sus compromisos nucleares claves, al exceder los límites de almacenamiento de uranio y el nivel de enriquecimiento”.
“Estados Unidos renueva por 60 días cuatro exenciones sobre Irán que permiten la realización de proyectos, sin riesgo de proliferación, y enmarcan la actividad nuclear iraní”, anunció en una conferencia de prensa en Washington el enviado estadounidense para la política iraní, Brian Hook.
“Vamos a supervisar de cerca todo”, advirtió, y aseguró que el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, puede “poner fin a estos proyectos” en cualquier momento en caso de no cumplir con lo establecido.
A pesar de su “campaña de presión máxima” contra Teherán que llevó a Washington a salirse en 2018 del acuerdo nuclear iraní, el gobierno de Trump ha renovado regularmente estas exenciones sin darle mucha publicidad.
Estas conciernen principalmente a la central de Bouchehr, la planta de Teherán destinada a la investigación, así como al reactor de agua pesada de Arak, modificado bajo el control de la comunidad internacional para que sea imposible producir plutonio para uso militar.
Consultado sobre las posibles contradicciones entre esta prolongación y las severas sanciones impuestas por Washington a Teherán, Brian Hook aseguró que se trata de negar a la República Islámica cualquier necesidad de enriquecer uranio más allá de los límites previstos en el acuerdo de 2015.
El régimen de los ayatolás se ha ido desvinculando en estos últimos meses de los compromisos firmados en el acuerdo de 2015, del que ya en 2018 se salió la administración de Trump por considerar que no garantizaba que Irán no obtuviese en algún momento la bomba atómica.
El Departamento del Tesoro norteamericano también anunció este jueves la conclusión de una primera fase de ayudas a enfermos iraníes, gracias a un “canal humanitario” establecido a través de Suiza y con el que Estados Unidos quiere ayudar principalmente a pacientes de cáncer y trasplantados.
“Estados Unidos está decidido a garantizar que el pueblo iraní tiene acceso a comidas, medicinas de primera necesidad y otros bienes humanitarios a pesar de la mala gestión económica del régimen y del derroche en actividades perversas en toda la región”, aseguró el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Mnuchin explicó que las “transacciones humanitarias” quedan fuera de las sucesivas rondas de sanciones, a las que Washington ya ha dejado claro que no renunciará salvo que Teherán modifique sus actuales políticas industriales y bélicas.
Con información de Europa Press y AFP
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