Michael Bloomberg, el último en sumarse a la carrera por ser elegido candidato del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre en EEUU, sacudió la campaña electoral al proponer que Puerto Rico se convierta en el estado 51 del país.
“Por décadas, los puertorriqueños y sus intereses han sido ignorados por Washington. Y hay una razón sencilla: no tienen voto en el Congreso. Así que a los políticos no les importa cómo se sienten. Por eso es que no tienen los mismos fondos que otros americanos para programas esenciales, incluyendo Medicaid, aún cuando el nivel de pobreza en Puerto Rico, casi 43%, es más del doble que el del estado más pobre. Y es por eso que cuando enfrenta un desastre natural, Washington responde lentamente”, escribió el ex alcalde de Nueva York en una columna publicada el lunes en El Nuevo Día.
“Hay una solución clara a este reto que la mayoría de los puertorriqueños apoya. Y es una solución que las encuestas demuestran que dos terceras partes de todos los americanos apoyan: la estadidad. Pero la mayoría de los candidatos presidenciales han tenido miedo de apoyarla. Bailan alrededor de ella para evitar enajenar a algún votante. Yo no. Yo lo voy a decir claramente: apoyo la estadidad para Puerto Rico. Y como presidente, voy a pasar una ley para hacerlo una realidad, sujeto a la aprobación de personas en Puerto Rico, quienes tendrán la última palabra”, sostuvo el magnate.
Puerto Rico es desde 1898 uno de los 14 territorios no incorporados de Estados Unidos. Si bien en 1952 pasó a ser un estado libre asociado, y puede elegir a su gobernador, carece de muchas de las atribuciones que tienen los 50 estados de la unión.
En los hechos, se trata de un híbrido. Si bien los boricuas pueden darse sus propias reglas a nivel local, no tienen incidencia sobre lo que se resuelve en el ámbito federal de Estados Unidos.
Por ejemplo, la isla no elige congresistas para la Cámara de Representantes. Tiene un delegado, que es designado por el gobernador. Los habitantes tampoco pueden votar al presidente. Para ejercer ese derecho tienen que radicarse en el país.
No obstante, sí participan de las primarias para elegir al candidato demócrata. El 29 de marzo los afiliados al partido podrán elegir a 51 delegados, que participarán de la Convención Nacional que designará al adversario de Donald Trump en los comicios de noviembre. Con este sorpresivo anuncio, Bloomberg apuesta a ganar en la isla.
“Creo que el futuro de Puerto Rico debe ser una parte importante del debate presidencial. Pero mis compañeros aspirantes, quienes han estado en campaña por más de un año, no han invertido suficiente tiempo y recursos, aunque Puerto Rico tiene más delegados en las primarias Demócratas que Iowa o New Hampshire. Nuestra campaña es diferente. Creemos que tomar a los puertorriqueños en serio empieza desde la primaria y es por eso que estoy abriendo oficinas en San Juan y estableciendo una operación de campo, porque la mejor manera de dejar de ignorar a Puerto Rico en el futuro es dejar de ignorarlo desde ahora”, escribió Bloomberg.
El empresario no dio muchos detalles de su plan para la isla, pero anticipó que podría incluir un recorte de su abultada deuda. Su equipo de campaña dijo que prevé una auditoría y un programa de alivio, además del fin de las exigencias de aplicar medidas draconianas de ajuste fiscal.
“Creo que la estadidad no solo será buena para Puerto Rico, sino también para toda la nación. Esta es la razón: hasta que Puerto Rico se convierta en estado, continuará sufriendo la falta de herramientas y recursos necesarios para construir una economía fuerte y recuperarse de desastres y el Congreso continuará enviando sólo el dinero suficiente para poner parches en los problemas, sin arreglarlos. Ayudar a Puerto Rico a moverse de un estado de crisis continua a un estado de estabilidad y crecimiento constante es un gran reto administrativo, pero combinando la estadidad con un plan económico y de reconstrucción robusto, yo sé que lo podemos hacer”, concluyó Bloomberg.
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