Miles de manifestantes se reunieron en Washington el sábado para la cuarta edición de la Marcha de las Mujeres, una reunión anual para protestar contra las políticas de Donald Trump y para luchar por los derechos femeninos y de las minorías.
“Estoy aún más indignada que hace tres años”, escribió Kim Elliott, una residente de Washington de 40 años, en el afiche que portaba.
“Sabíamos que Trump iba a ser horrible, pero es aún peor de lo que pensamos”, dijo a la AFP junto a su hija de 7 años, que participó con entusiasmo en su primera marcha de mujeres.
Como ellas, una pequeña multitud de mujeres de 7 a 77 años, feministas que venían con amigos o familiares y vestían la tradicional gorra rosa, caminaban y cantaban detrás de la Casa Blanca, en medio del frío y bajo la nieve.
En 2017, simbólicamente, la primera edición de la protesta se realizó el día después de la toma de poder del magnate inmobiliario, en la primera gran reacción de la sociedad civil a su acceso al poder.
En aquella oportunidad, hubo cerca de 500.000 manifestantes en Washington y millones en todo el país para protestar por la victoria de Trump sobre Hillary Clinton y su acceso al poder pese a su actitud hacia las mujeres.
Tres años después, el número de participantes disminuyó, como se observaba en la pequeña plaza de la capital estadounidense donde comenzó la marcha.
“Vi gabinetes más inteligentes en Ikea”. Los mensajes políticos se combinaban con ironía y humor, pese a la gravedad del tema.
¿Hasta el año próximo?
Lauren Sloniger, de 26 años, escribió “OK Boomer”, jugando con la ironía generacional en su cartel al presidente Donald Trump, de 73 años, quien dijo que “no había hecho nada malo” en el caso que lo llevó a un procedimiento de destitución en el Congreso.
“Vimos lo que hiciste, te vamos a denunciar”, dijo la joven, en un mensaje dirigido a Trump.
Catherine Stevens, de 57 años, viajó desde Boston durante la noche para asistir a la marcha. “Tengo amigos conservadores que están horrorizados por los ataques a ‘Roe v. Wade’”, el fallo de la Corte Suprema que legalizó el aborto en 1973 y que se ha cuestionado desde la llegada al poder de Trump, destaca.
Desde el escenario, los organizadores agradecieron a los manifestantes presentes a pesar de las condiciones climáticas adversas por “su compromiso, su ardor, su insolencia y su tenacidad”.
También se organizaron manifestaciones en otras ciudades de Estados Unidos, incluida Nueva York, donde unas 2.000 personas se dieron cita en el Times Square. También hubo una concentración significativa en la ciudad de Chicago.
Allí estaba Evelyn Yang, esposa del precandidato demócrata Andrew Yang, que relató recientemente en la prensa cómo fue agredida sexualmente por su médico durante su embarazo.
“Poco importa quién será el candidato que se enfrentará a Donald Trump. Esa persona deberá hacer del derecho de las mujeres una prioridad para ayudar a nuestra gran nación”, dijo Rebecca Snell, vestida de negro y con un gorro rojo para interpretar “El violador eres tú”, la coreografía chilena que se ha convertido en himno internacional del rechazo a la violencia contra las mujeres.
Todos están de acuerdo en algo: si Donald Trump es reelegido en noviembre, el movimiento volverá como nunca antes.
Leo Mouren para AFP
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