“No fue suerte”: por qué el bombardeo de Irán sobre las bases en Irak no causó ninguna víctima mortal

El Pentágono se preparó para enfrentar el ataque del régimen teocrático, que también tomó las medidas para evitar una escalada de la tensión en Medio Oriente

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Restos de un misil iraní
Restos de un misil iraní en el pueblo kurdo de Bardarash, provincia de Dohuk, Irak. (AFP)

Un lanzamiento de 16 misiles balísticos que no dejó ningún muerto. “No fue suerte”, aseguró un funcionario estadounidense, mientras que el régimen iraní, sediento de venganza por la muerte del general Qassem Soleimani, se encargó de remarcar que su intención no es abrir un frente de guerra con Estados Unidos.

En conferencia de prensa, Donald Trump subrayó que no hubo bajas y que los daños materiales fueron “limitados", negando así los informes de la propaganda iraní que señalaba decenas de víctimas estadounidenses.

Nosotros sabíamos con varias horas de anticipación”, contó un alto funcionario norteamericano, bajo condición de anonimato, al Washington Post. El propio gobierno iraquí, que mantiene vínculos de inteligencia con el Pentágono, confirmó que había recibido un aviso por parte del propio Irán sobre el despliegue del ataque.

Sin embargo, no estaba claro qué bases serían las atacadas. Las tropas extranjeras estaban bajo advertencia y cumplieron con el protocolo de seguridad, refugiándose en bunkers y con las ropas de protección. Allí permanecieron por horas, incluso después de terminado el bombardeo, que dejó un impacto de 12 cohetes en dos sedes militares.

Daños materiales en la base
Daños materiales en la base de Al Asad, en Irak (Reuters)

“No fue suerte que no haya muerto nadie. La suerte siempre es un factor, pero los comandantes en el lugar tuvieron buen criterio y respondieron adecuadamente”, indicó otro funcionario al Post. Según detalló, también se trató de no concentrar a todas las tropas en un solo lugar, como medida de precaución.

“Irán parece estar reculando”, comentó Trump. Según varios analistas, el gobierno iraní se apresuró a responder para contentar a su opinión pública. Eso sí, lo hizo mesurando su respuesta para evitar desencadenar una confrontación a gran escala con su archienemigo. El escenario habría sido muy distinto si se hubieran producido bajas estadounidenses, teniendo en cuenta que el sorpresivo operativo contra Soleimani fue decidido por Trump luego de la muerte de un contratista norteamericano.

“Los iraníes intentaron la cuadratura del círculo, un ataque muy proporcionado cuya naturaleza no busca necesariamente provocar la respuesta prometida por Trump”, indicó por su parte François Heisbourg, experto de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS, por sus siglas en francés).

El Pentágono comparte el análisis. “Creo que hemos restaurado cierto nivel de disuasión con ellos (Irán)”, señaló Mark Esper, secretario de Defensa. “Pero ya veremos. El tiempo dirá”, agregó.

Con los bombardeos, “los iraníes limpian su nombre, lo que es un factor muy importante, debido al valor de Soleimani. La cuestión es saber si eso les bastará”, apuntó John Raine, experto en geopolítica en el centro de reflexión británico International Institute for Strategic Studies.

(Con información de AFP)

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