El gobierno de Trump anunció una prohibición parcial de cigarrillos electrónicos aromatizados en Estados Unidos

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Un empleado hace una demostración
Un empleado hace una demostración de vaping en una sala de degustación para clientes en la tienda de cigarrillos electrónicos de Dampfi en Zúrich, Suiza, el 1 de febrero de 2019 (REUTERS/Arnd WIegmann)

El gobierno de Donald Trump anunció este jueves la prohibición en Estados Unidos de la mayoría de los cartuchos aromatizados para cigarrillos electrónicos, sin llegar a la prohibición total con la que se había comprometido en septiembre.

La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) anunció que a partir de febrero no se permitirá la venta de las recargas con aromas distintos a tabaco y mentol, salvo que hayan obtenido una autorización específica de las autoridades.

El objetivo es prevenir el vapeo entre los más jóvenes, dijo el secretario de salud Alex Azar.

La industria del tabaco y del vapeo se movilizó todo el otoño boreal para presionar a Trump para que diera marcha atrás en su compromiso, advirtiéndole del costo potencial de empleos en el sector y de votos durante las próximas elecciones presidenciales.

A fines de noviembre, el Congreso aprobó una ley que aumentó de 18 a 21 años la edad mínima para comprar productos de vapeo, que entrará en vigencia después del verano.

El compromiso anunciado el jueves por la FDA inicialmente dejará en el mercado cigarrillos electrónicos que no funcionan con este tipo de cartuchos y que se venden principalmente en tiendas especializadas, las "vape shops".

“Son los sistemas de cartuchos y cápsulas los que crearon el problema, eso es lo que atrae a los niños”, dijo Azar en una conferencia telefónica. “Los niños en su mayoría no usan sistemas de tanque abierto”.

"Nuestro objetivo es ver si los cigarrillos electrónicos pueden servir como una salida para los fumadores adultos que son adictos a los cigarrillos combustibles (convencionales), creemos que es una posibilidad", dijo.

El mismo ministro había anunciado en septiembre, después de una reunión en la Oficina Oval con Trump, que se prohibirían todos los sabores, inclusive el mentol, para frenar el vapeo entre los jóvenes.

Al final del verano, un pico de enfermedades pulmonares graves y en algunos casos fatales vinculadas al vapeo incrementó la preocupación general causada por el éxito de la empresa Juul entre los jóvenes.

El 27,5% de los estudiantes de nivel secundario dijo haber vapeado en los últimos 30 días, según la encuesta gubernamental sobre el tabaco de 2019, en comparación con el 11,3% en 2016.

Tras el anuncio este jueves se desató una gran presión de la industria del tabaco y del vapeo para que el gobierno retroceda, argumentando consecuencias electorales para el presidente, que buscará la reelección en noviembre.

Trump había anunciado que se contentaría con aumentar la edad legal de 18 a 21 años para comprar productos de vapeo. “Nos ocuparemos de la industria”, dijo el martes por la noche.

A fines de diciembre, el Congreso estadounidense votó a favor de subir la edad legal del consumo a 21 años, lo que debería aplicarse concretamente para septiembre en todo Estados Unidos. Hasta ahora, solo 19 de los 50 estados han adoptado esa edad mínima.

Fumador de cigarrillo electrónico en
Fumador de cigarrillo electrónico en una estación de Londres (REUTERS/Kevin Coombs)

Tiendas de vapeo, salvadas

El nuevo panorama regulatorio para el vapeo se está volviendo más claro tras años sin restricciones.

Desde 2016, la FDA tenía autoridad sobre el vapeo y se requería una autorización para la venta de productos.

Pero la agencia federal había decidido no aplicar esta regla, con la esperanza de que el vapeo fuera una solución para quienes quisieran dejar de fumar. El Reino Unido ha adoptado esta posición.

Ahora la FDA hará cumplir la prohibición, pero de manera selectiva.

De aquí a febrero, los cartuchos aromatizados que no sean tabaco y mentol serán prohibidos. Y sus fabricantes podrán solicitar autorización si quieren distribuirlos.

Para todos los demás productos, los fabricantes y distribuidores, incluidas las "tiendas de vapeo" que hacen mezclas, deben presentar una solicitud de autorización antes de mayo.

Mientras tanto, podrán continuar sus ventas hasta 12 meses después de la presentación de la solicitud.

Todos tendrán que demostrar un interés de salud pública, y que sus productos no están dirigidos a los jóvenes.

Este esquema “debería tener un impacto mínimo en las tiendas de vapeo” que se centran en vapeadores de tanques y que controlan bien la edad de sus clientes, dijo Mitch Zeller, director del centro de tabaco de la FDA.

Por Ivan Couronne (AFP)

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