Un contratista estadounidense murió este viernes en un ataque con cohetes contra una base militar en Kirkuk (Irak), según informó el Mando Central del Pentágono. En ese mismo ataque, en el que se emplearon al menos 30 proyectiles, resultaron heridos varios militares estadounidenses e iraquíes. No se especificó la cantidad de oficiales heridos ni la gravedad de sus estados.
“Un subcontratista civil estadounidense murió y varios miembros del servicio estadounidense y personal iraquí resultaron heridos en un ataque con misiles en un base militar iraquí en Kirkuk”, indicó el escueto comunicado. El Pentágono detalló a su vez que la base militar que fue objeto del ataque alberga tropas internacionales de la coalición contra el Estado Islámico (EI).
“Las fuerzas de seguridad iraquíes están liderando la respuesta (al ataque) y la investigación”, agregó el comunicado, que no especifica la autoría del ataque.
El ataque ocurre luego de que a principios de diciembre cinco misiles cayeran dentro de la base militar estadounidense de Ain al Asad, en la provincia de Al Anbar (oeste de Irak), sin que se produjesen víctimas. Días antes, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, había visitado la base con motivo de Acción de Gracias.
Desde finales de octubre, puntos de interés estadounidenses han sido blanco por una serie de ataques con misiles que no han sido reivindicados. No obstante, Washington culpa a grupos paramilitares chiitas apoyados por el Gobierno de Irán, que aumenta su influencia en su vecino Irak, especialmente a través de grupos armados.
Washington ya ha reclamado a Bagdad que proteja los puntos de interés estadounidenses en el país. El secretario de Defensa, Mark Esper, dijo a periodistas a principios de mes que había expresado al entonces primer ministro en funciones iraquí, Adel Abdel Mahdi, su “preocupación sobre los ataques a bases en Irak donde podría haber tropas y material de Estados Unidos”.
Estados Unidos tiene “derecho a la autodefensa, por lo que pediremos a nuestros socios iraquíes que tomen acciones proactivas. para que tomen el control”, agregó Esper.
Los ataques llegan en un momento en el que Irak se encuentra sin un primer ministro en funciones desde el 29 de noviembre. En ese entonces, Adil Abdul Mahdi renunció en medio de una ola de protestas iniciada en octubre en contra del gobierno, los altos costos de vida y la corrupción. Las protestas fueron brutalmente reprimidas, en parte con ayuda del régimen de Irán, con un saldo de al menos 500 muertos y miles de heridos.
La coalición mayoritaria Al Bina propuso a Asad al Eidani,apoyado por Irán y Hezbollah, pero el presidente Barham Salih rechazó su candidatura y puso a disposición su renuncia. “Pongo mi cargo en manos de los miembros del Consejo de Diputados para que decidan a la luz de sus responsabilidades como representantes del pueblo lo que vean oportuno”, dijo en una carta dirigida al Legislativo iraquí, citada por la agencia EFE.
Por esa decisión, grupos apoyados por Irán criticaron a Salih por su decisión y aseguraron que con ella buscaba beneficiar a los Estados Unidos. Por ello, le advirtieron que no designada a nadie que fuera un “agente de los americanos”.
Estados Unidos tiene a cerca de 5.000 efectivos militares en Irak, aunque The New York Times informó este martes de que el Pentágono estudia retirar a la mitad de ellos en el marco de una estrategia a gran escala para reducir contingentes en conflictos locales y centrar esfuerzos en hacer frente a China y Rusia.
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