Los talibanes reivindicaron este lunes el ataque que se cobró la vida de un militar estadounidense en Afganistán y afirmaron que también hirieron a varios soldados estadounidenses y afganos.
En un comunicado enviado a la AFP a través de un sistema de mensajería, el portavoz Zabihulá Mujahid dijo que los talibanes “hicieron estallar un vehículo estadounidense en el distrito Char Dara de Kunduz”.
Antes del comunicado talibán, el ejército estadounidense había anunciado la muerte de un soldado “en acción” en Afganistán, sin dar más detalles. El Ejército recalcó que de acuerdo con la política del Departamento de Defensa de Estados Unidos, el nombre del militar no se reportaría en 24 horas hasta completar la notificación a su familia.
Esta muerte se produce en un momento en el que Washington y los talibanes intentan alcanzar un acuerdo sobre la retirada de las fuerzas estadounidenses.
El presidente estadounidense Donald Trump había suspendido este diálogo a principios de septiembre después de un atentado en Kabul reivindicado por los insurgentes que causó 12 muertos, entre ellos un soldado estadounidense.
Las frágiles conversaciones se reanudaron a principios de diciembre. Pero volvieron a quedar “temporalmente paralizadas” tras otro ataque a la base aérea de Bagram en el que murieron dos civiles afganos y otros 70 más resultaron heridos. En aquel caso, los talibanes también reclamaron la autoría del ataque, pero el ejército estadounidense lo desmintió.
Según reportes de medios estadounidenses, Trump tiene la intención de anunciar la retirada de cerca de 4.000 efectivos del actual despliegue militar en el país. La cifra representa una tercera parte de la fuerza total del contingente, según múltiples fuentes oficiales le indicaron a la cadena NBC.
La reducción de tropas en Afganistán es un “escenario prioritario” en la agenda de Trump en política exterior hasta el punto de que el secretario de Defensa de EEUU, Mark Esper, confirmó que la retirada ocurrirá de todas maneras, se firme o no un acuerdo de paz con los talibán.
Según Esper, el comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, el general Scott Miller, ha confirmado que el contingente norteamericano está capacitado para asumir una reducción en sus efectivos.
“El comandante está bastante seguro de que podemos reducir militares sin poner en peligro nuestra capacidad para impedir que Afganistán se convierta en refugio seguro para los terroristas”, expresó Esper el pasado fin de semana en el Foro Nacional de Defensa Reagan.
Teniendo en cuenta la muerte del lunes, un total de 20 soldados estadounidenses han perdido la vida en Afganistán en 2019. Este es al año más letal para las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Afganistán desde el fin oficial de las operaciones de combate a fines del 2014.
En total, más de 2.400 soldados estadounidenses murieron en combate en Afganistán desde la invasión liderada por Estados Unidos en octubre de 2001.
El ataque de este lunes tuvo lugar al día siguiente del anuncio de que el actual presidente afgano Ashraf Ghani tendría asegurada la reelección, según los primeros resultados de las elecciones presidenciales celebradas hace dos meses.
Los talibanes consideran que Ghani es un títere de Estados Unidos.
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