La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este miércoles el juicio político contra el presidente Donald Trump. De momento, sus miembros lo encontraron culpable de los dos cargos de los que se lo acusaba: abuso de poder y obstrucción al trabajo del Congreso.
La primera moción se aprobó con 230 votos a favor, 197 en contra y una abstención. El apoyo a cada lado fue estrictamente partidario. Con la excepción de dos representantes, todos los miembros del partido demócrata apoyaron la iniciativa, mientras que sus homólogos republicanos la rechazaron. La segunda, en tanto, contó con 229 apoyos, 198 rechazos -un nuevo demócrata manifestó su oposición a este cargo- y una abstención.
El proceso ahora continuará en el Senado, donde se necesita el voto de dos tercios de todos los miembros de la cámara para efectivamente remover al Presidente de su puesto. Allí los republicanos tienen mayoría, y sus líderes ya han anticipado en reiteradas ocasiones la intención del partido de votar en contra de la acusación.
Trump, por su parte, ha mantenido siempre su inocencia. El Presidente se mantuvo activo en sus redes sociales durante buena parte del día, replicando mensajes que apoyaban su inocencia y publicando otros propios: “¡Mentiras atroces por parte de los demócratas! Son izquierdistas radicales y vagos. ¡Esto representa un asalto contra los Estados Unidos y contra el partido republicano!", expresó Trump, que se ha mostrado abierto a comparecer frente al Senado, donde enfrentaría un ambiente más cordial que en la Cámara Baja.
El Presidente ha apuntado en particular contra la líder del partido demócrata en la Cámara Baja, Nancy Pelosi. El martes publicó una dura carta donde la acusó de “minar la democracia” del país con el proceso en su contra.
“Ustedes son los que interfieren con las elecciones estadounidenses. Ustedes subvierten la democracia. Ustedes obstruyen la Justicia. Ustedes le traen dolor y sufrimiento a la República por su beneficio personal y partidario”, expresó en un párrafo, ilustrativo del sentimiento que dominó la carta.
Pelosi, por su parte, expresó al dar inicio al debate en la Cámara Baja que “el Presidente es una amenaza constante a nuestra seguridad nacional”.
Mientras el debate llegaba a su final y la votación se acercaba, el Presidente subió a un escenario en el estado de Michigan para presidir un mitín partidario. Allí denunció que los demócratas están “consumidos por el odio”.
“Por cierto, realmente no parece que estemos siendo acusados, el país está mejor que nunca”. "No hicimos nada malo y tenemos un tremendo apoyo en el partido republicano, como nunca antes ”, dijo Trump al comienzo del acto.
Poco después, la Casa Blanca expresó su reacción oficial mediante una serie de tuits: “Hoy termina en la Cámara de Representantes uno de los episodios políticos más vergonzantes de la historia de nuestra nación. Sin un solo voto republicano ni prueba de actos ilegales, los demócratas impusieron artículos ilegítimos de juicio político”, comienza.
A lo largo del resto de las publicaciones, la administración acusa al partido opositor de no respetar el debido proceso y asegura que “el pueblo no será engañado por este comportamiento desgraciado”. “El Presidente confía en que el Senado restaurará el orden, la justicia y el debido proceso y continuará trabajando sin descanso para atender las necesidades y prioridades de la gente, como él lo ha hecho desde el día en que asumió”, concluye.
Las investigaciones que devinieron en el juicio político se abrieron luego de que un denunciante anónimo del gobierno reportara como inapropiada una conversación telefónica entre Trump y Volodimir Zelensky, presidente ucraniano. En la llamada, el estadounidense le pidió “un favor”: que investigue a Hunter Biden, el hijo del ex vicepresidente y precandidato Joe Biden, por su trabajo con la compañía de gas ucraniana Burisma. En ese momento, EEUU tenía en suspenso una asistencia militar de casi USD 400 millones. Cuando Trump se enteró de la denuncia, liberó el dinero.
La acusación catalizó la investigación que culminó con las presentación de los dos cargos en contra del Presidente: en el primero se acusa a Trump de anteponer sus preocupaciones políticas al interés nacional; y en el segundo de obstruir los intentos del Congreso de investigación, según un acta de nueve páginas publicada por el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, el órgano que decidió enviar la moción al recinto.
Los demócratas habían analizado la idea de acusar a Trump también por cargos de soborno, obstrucción de la justicia e incluso traición, pero analistas consideraron que eso podría politizar demasiado el debate y requerir evidencias de mayor peso. Por ello, optaron por enfocarse en los dos artículos más directos y con mayores pruebas contra el presidente, complicando la tarea de la defensa.
Si la Cámara Baja vota a favor de destituir a Trump (posiblemente la próxima semana), el presidente estadounidense se convertiría en el tercer mandatario en ser sometido a un juicio político. Los anteriores fueron Andrew Johnson, en 1868, y Bill Clinton en 1998. En 1974, Richard Nixon, ante la cierta posibilidad de ser destituido como consecuencia del escándalo de espionaje conocido como “Watergate”, renunció antes de enfrentar el proceso. Nixon había sido acusado de tres crímenes, dos de los cuales fueron abuso de poder y obstrucción del Congreso.
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