El juicio político contra el presidente Donald Trump avanza día a día en la Cámara de Representantes. El Comité de Inteligencia, presidido por el demócrata Adam Schiff, presentó este martes su informe final, tras varias semanas de investigaciones y audiencias públicas.
“Este informe refleja las pruebas reunidas hasta ahora por el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes (...) como parte de la investigación sobre el juicio político contra Donald J. Trump, el 45º Presidente de los Estados Unidos. Es la culminación de una investigación que comenzó en septiembre de 2019 y que se intensificó en los últimos tres meses a medida que surgieron nuevas revelaciones y pruebas de la mala conducta del Presidente hacia Ucrania”, dice el prefacio del documento.
“Las pruebas de la mala conducta del presidente son abrumadoras, al igual que las pruebas de su obstrucción al Congreso”, indica más adelante, en uno de sus tramos más contundentes. El informe aconseja presentar cargos formales contra Trump, y servirá como evidencia central de la acusación.
Estas son las cinco claves del informe elaborado por el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes:
1. Ucrania como herramienta para la reelección
La tesis central de la acusación es que Donald Trump trató de introducir al gobierno de Ucrania en la política doméstica estadounidense con un objetivo muy definido: aumentar sus probabilidades de reelección. "La investigación encuentra que el presidente Trump, personalmente y actuando a través de agentes de dentro y de fuera del Gobierno estadounidense, solicitó interferir a un Gobierno extranjero, el de Ucrania, para favorecer su reelección”, dice el documento.
¿Por qué Ucrania? Porque Hunter Biden, hijo del ex vicepresidente y precandidato demócrata a la Presidencia Joe Biden, podía ser investigado por las autoridades ucranianas por sus actividades económicas en el país.
“El Presidente se involucró en este curso de acción en beneficio de su propia reelección presidencial, para perjudicar las perspectivas electorales de un rival político e influir en las próximas elecciones presidenciales de nuestra nación. Al hacerlo, el Presidente puso sus propios intereses personales y políticos por encima de los intereses nacionales de Estados Unidos, buscó socavar la integridad del proceso de elecciones presidenciales de Estados Unidos y puso en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos”, afirma el informe.
"El 3 de octubre de 2019, mientras nuestro Comité estaba realizando esta investigación, el Presidente Trump declaró públicamente que otros países deberían abrir investigaciones sobre su principal rival político, diciendo: ‘China debería iniciar una investigación sobre los Biden”, y que “el Presidente (Volodymyr) Zelensky (de Ucrania), si fuera yo, recomendaría que iniciaran una investigación sobre los Biden’”.
2. Quid pro quo
Otras de las claves de la investigación es que el mandatario estadounidense intentó presuntamente extorsionar a Ucrania, para forzar a su gobierno a cooperar. Trump habría ofrecido un intercambio de favores, un quid pro quo, que consistiría en mantener un encuentro y en liberar recursos militares congelados a cambio de que avancen las investigaciones contra su oponente.
“Varias semanas antes de su llamada telefónica con el Presidente Zelensky, el Presidente Trump ordenó la suspensión de casi 400 millones de dólares de asistencia de seguridad consignada por el Congreso a Ucrania, que proporcionó apoyo esencial a Kiev en su intento de repeler a las fuerzas rusas que estaban ocupando Crimea e infligiendo bajas en la región oriental del país. La decisión del Presidente de congelar la ayuda, tomada sin explicación, provocó una conmoción en el Departamento de Defensa, el Departamento de Estado y el Comité Nacional de Seguridad, que apoyaron uniformemente la prestación de esta ayuda a nuestro socio estratégico", dice el texto del Comité.
“El embajador (ante la Unión Europea) Gordon Sondland había transmitido un mensaje al presidente Zelensky seis días antes en el sentido de que ‘las garantías de llevar a cabo una investigación totalmente transparente’ y ‘dar vuelta cada piedra’ eran necesarias en su llamada al presidente Trump. El embajador Sondland entendió que estas frases se referían a dos investigaciones políticamente beneficiosas para la campaña de reelección del presidente: una sobre el ex vicepresidente Joe Biden y una compañía ucraniana de gas llamada Burisma, en la que su hijo estaba sentado en la junta, y la otra sobre una desacreditada teoría de conspiración que alegaba que Ucrania, y no Rusia, había interferido en las elecciones de 2016 en Estados Unidos. Las acusaciones sobre el vicepresidente Biden no tenían pruebas, y la comunidad de inteligencia de Estados Unidos había determinado unánimemente que Rusia, y no Ucrania, había interferido en las elecciones de 2016 para ayudar a la candidatura de Donald Trump”.
3. Una llamada incriminatoria
El escándalo escaló luego de que el gobierno estadounidense difundiera la transcripción de la conversación telefónica que mantuvieron Trump y Zelensky. Para el Comité de Inteligencia, esa llamada resulta una evidencia crucial.
“En el centro de esta investigación está el memorándum preparado después de la llamada telefónica del presidente Trump el 25 de julio de 2019 con el presidente de Ucrania, que la Casa Blanca desclasificó y divulgó bajo una importante presión pública. La transcripción por sí sola es una prueba contundente de mala conducta; una demostración de que el Presidente da prioridad a su beneficio político personal sobre el interés nacional. En respuesta a la apreciación del presidente Zelensky por la vital ayuda militar de Estados Unidos, que el presidente Trump congeló sin explicación, Trump le pidió ‘un favor’: dos investigaciones específicas diseñadas para ayudar en sus esfuerzos de reelección”.
4. Complicidades
El documento difundido deja en claro que Trump no actuó solo. Por acción u omisión, los investigadores de la Cámara de Representantes destacan la complicidad de diferentes individuos. La mayoría, funcionarios de la más alta jerarquía.
“Nuestra investigación determinó que la llamada telefónica no fue ni el comienzo ni el final de los esfuerzos del presidente Trump por doblegar la política exterior de Estados Unidos para su beneficio personal. Más bien, fue un dramático crescendo dentro de una campaña de meses de duración impulsada por el presidente Trump en la que altos funcionarios de Estados Unidos, entre ellos el vicepresidente, el secretario de Estado, el jefe de gabinete en funciones, el secretario de Energía y otros, conocían o participaban activamente en un esfuerzo por extraer de una nación extranjera los beneficios políticos personales buscados por el presidente”.
Pero nadie tuvo una implicación comparable a la de Rudy Giuliani, abogado personal del presidente, que desempeñó un papel clave en la trama. “El Sr. Giuliani intensificó su campaña para presionar al recién elegido presidente de Ucrania para que iniciara investigaciones sobre Joe Biden, que había entrado oficialmente en la carrera por la nominación demócrata el 25 de abril, y la teoría de conspiración sin fundamento sobre la interferencia ucraniana en las elecciones de 2016. El 9 de mayo, el New York Times publicó un artículo en el que el Sr. Giuliani declaró que tenía la intención de viajar a Ucrania en nombre de su cliente, el Presidente Trump, con el fin de inmiscuirse en una investigación. Después de la reacción del público, el Sr. Giuliani canceló el viaje, culpando a ‘algunas personas malas’ en torno al Presidente Zelensky”.
5. Obstrucción de la justicia
La parte final del informe está destinada a destacar que Trump habría cometido otra falta grave una vez que se conoció la primera: el intento de obstruir la investigación que empezó a llevarse a cabo en el Congreso.
“La investigación reveló la naturaleza y el alcance de la falta de conducta del Presidente, a pesar de una campaña sin precedentes de obstrucción por parte del Presidente y su Administración para impedir que los Comités obtuvieran pruebas documentales y testimonios. Una docena de testigos siguieron las órdenes del presidente Trump, desafiando las peticiones voluntarias y las citaciones legales, y negándose a testificar. La Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa, la Oficina de Administración y Presupuesto y el Departamento de Energía se negaron a presentar un solo documento en respuesta a nuestras citaciones (...) sería difícil imaginar un caso de obstrucción más fuerte o más completo que el demostrado por el Presidente desde que comenzó la investigación”.
Entre las acusaciones más graves en términos de obstrucción el Comité de Inteligencia destaca las presiones ejercidas por el gobierno contra testigos clave como la embajadora Marie Yovanovitch, el embajador Bill Taylor, el Teniente Coronel Alexander Vindman y Jennifer Williams, que es la principal asesora del vicepresidente Mike Pence sobre Europa y Rusia.
“El Presidente Trump atacó públicamente e intimidó a los testigos que se presentaron para cumplir con las citaciones debidamente autorizadas y testificar sobre su mala conducta, lo que suscitó graves preocupaciones sobre posibles violaciones de las leyes penales destinadas a proteger a los testigos que comparecen ante los procedimientos del Congreso (...) Es un delito federal intimidar o tratar de intimidar a cualquier testigo que comparezca ante el Congreso. Esta prohibición se aplica a cualquiera que, a sabiendas, ‘utilice la intimidación, amenace o persuada corruptamente’ a otra persona con el fin de ‘influir, retrasar o impedir el testimonio de cualquier persona en un procedimiento oficial’. Las violaciones de esta ley pueden conllevar una sentencia penal de hasta 20 años de prisión”.
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