El quinto debate demócrata expuso las divisiones entre moderados y radicales pese a la unión contra Donald Trump

Cuando faltan 75 días para la primera votación de las primarias demócratas, volvió a quedar clara la brecha en el partido entre los centristas, como el ex vicepresidente Joe Biden y el alcalde Pete Buttigieg, y los que se ubican en el ala izquierda, como los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders

Guardar
Los candidatos Joe Biden, Bernie Sanders y Kamala Harris (REUTERS/Brendan McDermid)
Los candidatos Joe Biden, Bernie Sanders y Kamala Harris (REUTERS/Brendan McDermid)

El quinto debate televisado de la carrera demócrata por la Casa Blanca en 2020 expuso el miércoles la grieta entre moderados y radicales a pesar del frente unido contra el presidente Donald Trump, y proyectó a Pete Buttigieg, una promesa en alza.

En medio de las audiencias públicas en el Congreso para un eventual juicio político de Trump por abuso de poder, los candidatos en Atlanta, Georgia, respaldaron la investigación que podría terminar en la destitución del presidente republicano, considerándolo “corrupto”, “mentiroso patológico” y “criminal”.

Pero cuando faltan 75 días para la primera votación de las primarias demócratas, volvió a quedar clara la brecha en el partido entre los centristas, como el ex vicepresidente Joe Biden y el alcalde Buttigieg, y los que se ubican en el ala izquierda, como los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders.

La atención en salud probó nuevamente ser uno de los temas más divisivos.

Biden, quien como Buttigieg prefiere expandir el programa creado por el ex presidente Barack Obama en vez del plan de cobertura universal Medicare para Todos que impulsan Sanders y Warren, dijo que mucha gente está contenta con el seguro privado.

(REUTERS/Brendan Mcdermid)
(REUTERS/Brendan Mcdermid)

Warren, quien prometió rebajas de medicamentos apenas asuma, aseguró que quiere el ingreso de 135 millones de personas a Medicare para Todos en sus primeros 100 días en el cargo.

Pero Buttigieg cuestionó la idea de “ordenar a la gente” a estar en el programa “les guste o no”. “No es el enfoque correcto para unificar al pueblo estadounidense en torno a una transformación muy, muy grande que ahora tenemos la oportunidad de ofrecer”, afirmó.

“No tenemos que derribar el sistema, pero tenemos que hacer lo que el pueblo estadounidense quiere”, dijo empero Sanders. “Y el pueblo estadounidense comprende hoy que el sistema de salud actual no solo es cruel, es disfuncional”.

Su afirmación parecía responderle a Obama. El ex presidente, muy popular tras dejar el cargo hace tres años, no ha dicho a quién apoya, pero el viernes advirtió sobre la tentación de dar un giro brusco hacia la izquierda, perdiendo sintonía con “el estadounidense promedio” que no quiere cambiar el sistema.

“Tengo la experiencia”

Biden, compañero de fórmula de Obama en sus dos mandatos, lidera la contienda con 27% de apoyo a nivel nacional, seguido por Warren (20,3%) y Sanders (18,8%), todos septuagenarios como Trump, según el promedio del sitio RealClearPolitics (RCP).

Pero el benjamín Buttigieg, un ex militar de 37 años que estuvo en Afganistán y que desde 2012 es el alcalde de South Bend, Indiana, les pisa cada vez más los talones con 8,3%, con particular fortaleza en Iowa, donde el 3 de febrero serán las primeras primarias, y en New Hampshire, que le seguirá el 11.

“Tengo la experiencia para desafiar a Donald Trump, sé que no coincide con la experiencia tradicional del poder en Washington, pero diría que necesitamos algo muy diferente ahora”, dijo este miércoles cuando se le preguntó por sus credenciales.

Pete Buttigieg y Elizabeth Warren (REUTERS/Brendan McDermid)
Pete Buttigieg y Elizabeth Warren (REUTERS/Brendan McDermid)

Pero cuando la senadora Kamala Harris (4,8% según RCP), la única mujer negra en liza, cuestionó el poco apoyo que concita entre los votantes afroamericanos, Buttigieg reconoció que aún tenía que atraer ese electorado, clave para vencer a Trump el 3 de noviembre de 2020.

“Agradezco el desafío de conectarme con votantes negros”, dijo Buttigieg. “Me importa eso, porque aunque no tengo la experiencia de haber sido discriminado por el color de mi piel, tengo la experiencia de sentirme como un extraño en mi propio país”, agregó, en alusión a su condición de gay.

Buttigieg, el hombre de apellido raro (se pronuncia Buddha-judge) y mensaje esperanzador en su discurso moderado, ha sido comparado con Obama, quien tras una arrolladora campaña se convirtió en 2008 en el primer presidente negro de Estados Unidos.

“Es la revelación de esta primaria”, dijo en CNN esta semana Jim Messina, ex gerente de campaña de Obama en 2012, aunque advirtió que a la hora de decidir quién es el mejor preparado para ganarle a Trump, “todo sigue siendo incierto”.

El escenario en Atlanta se completó con el empresario Andrew Yang (3,0% según RCP), los senadores Cory Booker (1,8%) y Amy Klobuchar (1,8%), la congresista Tulsi Gabbard (1,3%) y el multimillonario filántropo Tom Steyer (1,0%).

En este debate no están el ex congresista de Texas Beto O’Rourke, que se retiró en noviembre, ni el ex secretario de Vivienda de Obama y único candidato hispano, Julian Castro, que no alcanzó los requisitos de puntaje en los sondeos y financiamiento exigidos para participar.

La carrera cuenta actualmente con 17 contendientes tras la salida este miércoles de Wayne Messam, alcalde de Miramar, Florida, un candidato marginal. Pero tras la reciente llegada de Deval Patrick, ex gobernador de Massachusetts, el número de candidatos puede crecer aún más si el multimillonario Michael Bloomberg decide lanzarse al ruedo.

(Con información de AFP)

Guardar