El gobernador de Kentucky, el republicano Matt Bevin, se negó a reconocer su aparente derrota en la ajustada elección estatal del martes, atribuida por el fiscal general Andy Beshear, demócrata que celebró lo que representa un golpe para Donald Trump.
Bevin aludió a presuntas “irregularidades” en el proceso de votación y dio a entender que pedirá un recuento de votos. Aunque las autoridades electorales notaron la diferencia que favorece al candidato opositor, la agencia AP optó por no declarar una proyección de ganador, ya que la diferencia entre los candidatos era de apenas 0,4 puntos (49,2 a 48,8, cerca de 5 mil votos).
El aparente triunfo de Beshear en un estado de marcado carácter conservador se produce apenas un día después de que el presidente Donald Trump viajara a a Kentucky para dar un mitin de apoyo a Bevin. Ironizando sobre el frenesí mediático, el mandatario había llamado la noche del lunes a sus electores a acudir a las urnas en Kentucky con palabras que podrían resultar premonitorias: “Si perdemos, eso enviaría un muy mal mensaje (...) No pueden dejar que me pase eso a mí”, dijo ante la multitud.
En las elecciones del 2016, Trump sacó una ventaja de 30 puntos sobre su rival demócrata, Hillary Clinton. Por ello, intentó hacer de estos comicios un referéndum sobre su gobierno. Sin embargo, también se enfrentó a una muy baja popularidad del gobernador entre los votantes, afectada por las huelgas de maestros y los problemas con los fondos de pensiones.
El presidente reaccionó en Twitter y afirmó que Bevin “ganó al menos 15 puntos en los últimos días”. “Pero puede que no sea suficiente (y los medios falsos culparán a Trump)”, escribió.
De todas formas, una victoria demócrata no asegura que el resultado se repita en las presidenciales del 2020. Hace ocho años, el candidato demócrata ganó la gobernación por una diferencia de 20 puntos, pero un año después Mitt Romney, rival de Barack Obama, obtuvo un margen positivo de 23 puntos.
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