Estados Unidos incluyó este lunes en su lista negra a nueve miembros del entorno del líder supremo iraní Ali Khamenei, que ocupan cargos en varias instituciones clave, anunció el Departamento del Tesoro al conmemorarse el 40 aniversario de la toma de rehenes en la embajada estadounidense en Teherán.
“Esta medida reduce aún más la capacidad del líder supremo de implementar su política de terror y de opresión”, dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en un comunicado, estimando que las personas sancionadas están “vinculadas a gran número de actos nefastos llevados a cabo por el régimen”.
El gobierno de Donald Trump ya había sancionado en junio al ayatollah Khamenei. Esta vez dispuso medidas punitivas contra varios funcionarios nombrados por él, a quienes se les congelarán los haberes que pudieran tener en Estados Unidos y se les prohibirá realizar negocios con estadounidenses.
Entre los sancionados el lunes figuran el jefe del sistema judicial, Ebrahim Raisi, y Mojtaba Jamenei, segundo hijo del líder supremo a quien su padre le habría delegado gran parte de sus responsabilidades, según el Tesoro estadounidense.
El jefe de gabinete de Khamenei, Mohamad Mohamadi Golpayegani, y quien es a menudo presentado como la mano derecha del ayatollah, Vahid Haghanian, también fueron incluidos en la lista negra, junto a otros asesores.
Estas sanciones se agregan a una larga lista de medidas tomadas por Estados Unidos para cortar el apoyo financiero a Teherán desde que el presidente Trump denunció, en mayo de 2018, el acuerdo internacional destinado a impedir que la república islámica se dotara de la bomba atómica.
En ocasión del 40 aniversario del comienzo de la toma de rehenes en la embajada de Estados Unidos en Teherán, el secretario de Estado del país norteamericano Mike Pompeo llamó a las autoridades iraníes a “liberar de inmediato a todos los estadounidenses declarados desaparecidos o detenidos injustamente”.
Mencionó expresamente al ex agente del FBI Robert Levinson, al investigador Xiyue Wang y al hombre de negocios irano-estadounidense Siamak Namazi.
También anunció una recompensa de hasta 20 millones de dólares por toda información que permita encontrar y repatriar a Robert Levinson, un ex colaborador de la CIA desaparecido en marzo de 2007 en Irán “con la implicación del régimen”, cosa que Teherán niega. Washington lo considera “el rehén con más antigüedad de la historia estadounidense”.
La Casa Blanca afirmó que, 40 años después de aquel ataque, “el régimen iraní sigue atacando a civiles para usarlos como peones de sus fallidas relaciones internacionales”, por lo que le ha instado a modificar sus actuales políticas si quieren lograr algún cambio por parte de Washington.
El 4 de noviembre, poco después de la caída del shah Reza Pahlevi, un grupo de estudiantes radicales tomó la Embajada y dio inicio a un secuestro que se prolongó 444 días. La Presidencia de Donald Trump ha recordado en un comunicado a las víctimas del ataque, en particular a los más de 50 estadounidenses secuestrados.
“Hasta que Irán cambie sus comportamientos hostiles, seguiremos imponiendo sanciones devastadoras. El régimen iraní puede elegir. En lugar de ser el principal patrocinador del terrorismo del mundo, puede anteponer al pueblo iraní”, planteó la Casa Blanca. “Puede elegir la paz por encima de la toma de rehenes, los asesinatos, el sabotaje, el secuestro marítimo y los ataques contra mercados petroleros”, agregó.
La Presidencia norteamericana sostiene que “Estados Unidos busca la paz” y “apoya al pueblo iraní”. “Es momento de que el régimen iraní haga lo mismo”, ha reclamado en su nota.
Con información de AFP y EuropaPress
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