La influencia nociva de Irán en la crisis del Líbano e Irak

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Las fuerzas de seguridad libanesas
Las fuerzas de seguridad libanesas intervienen para separar a los manifestantes que protestaban en el distrito céntrico de la capital, Beirut, durante el 13º día de protestas antigubernamentales el 29 de octubre de 2019. - Un movimiento intersectario sin precedentes ha paralizado las principales ciudades del Líbano desde el 17 de octubre, mientras los manifestantes siguen exigiendo una reforma completa del sistema político. (Photo by ANWAR AMRO / AFP)

Cada día que transcurre es mas fácil observar y reconocer hasta qué punto el régimen iraní se ha vuelto impopular en Irak y El Líbano. Esta situación no tiene nada que ver con las coberturas mediáticas de Al-Arabiya TV o los hashtags de un ejército electrónico, como afirman los funcionarios del régimen iraní. En todo Irak no hay internet ni redes sociales. El gobierno de Irak ha bloqueado Internet para complacer al régimen khomeinista, mientras en Teherán reafirman que las olas de incitación provienen del ciberespacio. Sin embargo, el levantamiento sigue vivo y continua tanto en Irak como en Libano.

Teherán afirma que Arabia Saudita e Israel han influenciado a los millones de manifestantes que han inundado las calles de las ciudades iraquíes y libanesas en las últimas dos semanas. Irán quiere cerrar sus oídos a los manifestantes ya que ha sido el gran responsable de causar su pobreza a través del dominio de las milicias chiitas khomeinistas en ambospaíses, todo lo cual llevo al fracaso de ambos gobiernos tanto en Beirut como en Bagdad. La realidad y el caos actual indican que todas las acusaciones contra el régimen iraní coinciden con la realidad.

Todas las milicias armadas en Irak están afiliadas a Irán o sus aliados. En Líbano, Hezbollah es más fuerte que el ejército nacional libanés, y la organización chiita es el ejército de ocupación de Irán en el país, por lo cual la mayoría de los gobiernos del mundo se han visto obligados a abstenerse de tratar con Irak y Líbano debido a la influencia de Irán en ambos estados.

Un manifestante contrario al gobierno
Un manifestante contrario al gobierno ondea una bandera libanesa durante una protesta en Beirut, Líbano, el 25 de octubre de 2019. (AP Foto/Hassan Ammar)

Arabia Saudita apoyó la moneda del Líbano depositando fondos en su banco central, mientras que Irán causó una depreciación absoluta y total debido al dominio de las instituciones estatales por parte de Hezbollah. Libano esta siendo sujeto de sanciones financieras durísimas para su economía por directa responsabilidad de Irán y Hezbollah. Estos son hechos bien conocidos y las personas no necesitan canales de televisión o hashtags para conocer la fuente de su miseria económica y el monstruo que esta cercenando sus derechos y libertades.

En Irak, el proyecto iraní se basó en la incautación y el secuestro de las instituciones estatales: el Parlamento, los partidos políticos y las fuerzas armadas se vieron obligados a incorporar a las milicias de Irán en su suelo. Así, la situación empeoró y la gente se levantó en Irak, no como sunitas contra chiítas, ni como un partido contra otro. El levantamiento no fue liderado por los restos del Partido Baath de Saddam Hussein, tampoco se levantó la bandera negra del extremismo criminal del ISIS. El levantamiento iraquí es puramente pacífico y patriótico, a pesar de los intentos de los medios iraníes de describirlo como impulsado por Estados Unidos e Israel. Su espectro es amplio y sus demandas refutan sus acusaciones.

Se han producido protestas pacíficas en Bagdad, Basora, Karbala, Nayaf y otras partes de Irak, casi todas esas gobernaciones tienen una mayoría chiíta que plantea demandas que todos apoyan. Exigen el fin de la corrupción, una mejora en el desempeño del gobierno y la eliminación de las milicias terroristas armadas bajo la influencia de Irán.

Los manifestantes piden la independencia de Irak y el respeto por su identidad árabe. Al tiempo que Irán amenaza con demoler todo sobre las cabezas de 30 millones de iraquíes si se interponen en su proyecto persa-islamico expansionista de gobernar y controlar el país.

En Líbano, el movimiento tiene características similares. Las protestas son contra la corrupción, las mafias y el sectarismo del gobierno. Las protestas masivas no solo tuvieron lugar en Beirut, sino también en grandes ciudades como Trípoli (mayoritariamente sunita) y Nabatieh y Baalbek (mayormente chiitas).

Manifestantes en contra del gobierno
Manifestantes en contra del gobierno gritan consignas y ondean banderas en el centro de Beirut, el domingo 20 de octubre de 2019. (AP Foto/Hussein Malla)

Los manifestantes cristianos han exigido la eliminación de los ministros cristianos corruptos, también los sunitas fueron los primeros en exigir la renuncia del primer ministro Saad Hariri (sunita), y muchos clérigos chiítas expresaron su rechazo a Hezbollah (completamente chiita pro-irani). Ha quedado en claro que la calamitosa situación económica de la ciudadanía libanesa ha puesto a prueba la paciencia de las personas y les ha hecho romper su silencio.

Se sabe que en materia de armas, el equilibrio de poder no está del lado de los manifestantes ni en Líbano ni en Irak, pero su resolución y determinación, como su apoyo público masivo, provocarán cambios significativos y de mínima, su mensaje ya ha sido enviado a la comunidad internacional.

Lo que resta saber es “si ese mensaje de rechazo al terrorismo expansionista del régimen iraní, como a la corrupción de sus políticos locales y las mafias en las sombras del poder fue recibido por el mundo libre”. Y en tal caso, que temperamento tomara la comunidad internacional con los responsables regionales de estas endemias.

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