El notorio asesino en serie australiano Ivan Milat, condenado en 1996 a varias cadenas perpetuas por el asesinato de siete turistas y el secuestro de otro, falleció este domingo a los 74 años debido a un cáncer de esófago y estómago.
Milat, que nunca se arrepintió ni confesó sus crímenes, murió en el ala hospitalaria de la prisión de Long Bay en el estado de Nueva Gales del Sur (sureste), tras haber pasado la mayor parte de su condena en reclusión solitaria, informó el portal ABC.
Su muerte ha causado un gran impacto en muchos australianos que han expresado su alivio en las redes sociales, mientras que otros lamentan que los medios hayan dado la noticia y reavivado el dolor de sus asesinatos.
Entre 1989 y 1992, Milat asesinó a dos británicos, tres alemanes y dos australianos, en total cinco mujeres y dos hombres. Las víctimas, de entre 19 y 22 años, eran recogidas en coche por el asesino mientras realizaban autostop.
Milat, de padre ucraniano y madre australiana, fue detenido en 1994 después de que siete cadáveres, fueran encontrados enterrados en el bosque de Belanglo State, al suroeste de Sídney.
Los cuerpos de sus víctimas fueron encontrados cubiertos de ramas y hojarasca en el bosque entre septiembre de 1992 y noviembre de 1993. Una víctima fue decapitada, otra recibió 10 disparos en la cabeza. Muchos fueron apuñalados tan salvajemente que sus huesos estaban astillados, algunos habían sido amordazados o atados, y se sospechaba que algunos habían sido agredidos sexualmente.
“Estos siete jóvenes estaban en el umbral de sus vidas, con todo por delante: viajes, carrera, felicidad, amor, familia e incluso la vejez”, dijo el juez David Hunt, quien encarceló a Milat de por vida en 1996. "Es evidente que fueron sometidos a un comportamiento que, por su cruel indiferencia ante el sufrimiento y su total desprecio por la humanidad, es casi increíble. Obviamente habrían estado absolutamente aterrorizados, y es poco probable que la muerte haya sido aplicada rápidamente.” El fiscal lo acusó de “increíble arrogancia e increíble confianza en sí mismo”.
Gracias a la información de un turista británico que fue secuestrado pero pudo escapar de Milat, la Policía pudo identificar al asesino al encontrar diversas pruebas en su vivienda.
Los crímenes ocuparon los titulares de todo el mundo, dañando la imagen de Australia como refugio seguro para los jóvenes viajeros que se preocupan por su presupuesto. A lo largo de los años, Milat también ha estado vinculado a la desaparición de otros jóvenes, hombres y mujeres, en zonas donde trabajaba con una cuadrilla.
Nacido en una familia disfuncional y violenta, Milat era el quinto de 14 hermanos y, amante de las armas, fue condenado por primera vez con 17 años por robo. Ingresó varias veces en prisión.
En 2009, el convicto se cortó la falange de su dedo meñique con la intención de enviarlo al Tribunal Supremo de Australia y en 2001 trató de suicidarse ingiriendo cuchillas de afeitar.
Con información de EFE
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