Maria Butina, la abogada rusa que construyó una extensa agenda de contactos entre los políticos republicanos en Estados Unidos y los grupos pro-armas, y que fue condenada por espionaje, fue liberada este viernes en Washington, confirmaron las autoridades penitenciarias de EEUU.
Butina -la única rusa detenida y condenada en la investigación de tres años sobre la interferencia de Moscú en las elecciones estadounidenses de 2016- fue arrestada en julio de 2018 y condenada a una pena de 18 meses de cárcel que cumplió en una prisión de Tallahassee, en Florida. La magistrada que la condenó el pasado abril, Tanya Chutkan, ordenó entonces que la agente rusa fuese enviada a su país tan pronto como terminase su condena.
Efectivamente, tras su liberación fue entregada al Servicio de Inmigración de Estados Unidos (ICE en inglés), según confirmó a la AFP la administración penitenciaria.
Butina entró en Estados Unidos con un visado para estudiar en la American University, algo que nunca hizo. Entre 2015 y febrero de 2017 trabajó bajo las órdenes del alto funcionario del banco central ruso Alexander Torshin. Tanto él como Butina se declaraban fervientes admiradores y seguidores de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés). Torshin no fue acusado de ningún cargo durante el proceso judicial, pero fue sancionado por el departamento del Tesoro de EEUU en abril de 2018.
De acuerdo con la fiscalía, Butina estaba comprometida en “una ambiciosa” conspiración y era plenamente consciente de que la información que obtenía era remitida al Kremlin. “Las acciones que llevó a cabo fueron en beneficio de la Federación Rusa y esas acciones tenían el potencial de dañar a la seguridad nacional de Estados Unidos”, decía el informe de los fiscales.
En Estados Unidos Butina había logrado establecer una red de contactos con la que llegó hasta el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Todo ocurrió durante la campaña para las elecciones de 2016 cuando el empresario era candidato.
La mujer -que durante todo el proceso sostuvo que su objetivo era mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Rusia- fue detenida por acusaciones de espionaje, aunque no tenía vínculos con las agencias formales de Rusia.
En diciembre pasado, Butina, de 30 años, alcanzó un acuerdo con la justicia en el que reconoció haber actuado como una agente extranjera sin registro y fue condenada a 18 meses de prisión, de los cuales ya había cumplido la mitad.
El caso de Butina fue separado de la investigación del fiscal especial Robert Mueller y sus 22 meses de pesquisas para determinar la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
Con información de AFP
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