El presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el obispo Nunzio Galantino, negó que las finanzas de la Santa Sede estén a punto de entrar en quiebra como afirma el periodista italiano Gianluigi Nuzzi en su nuevo libro de investigación Giudizio Universale (Juicio Universal) publicado este lunes.
“Aquí no hay colapso o default. Solo hay necesidad de una revisión de los gastos. Y eso es lo que estamos haciendo. Puedo probártelo con números”, señaló Galantino en una entrevista con el diario católico italiano Avvenire, en la que contradice y rechaza las afirmaciones de Nuzzi que puso en entredicho la solvencia económica del Vaticano.
Nuzzi asegura en su libro que tras la reforma económica de 2018 impulsada por el Papa en los registros del APSA -el banco vaticano- surgió una contabilidad paralela, “con cuentas secretas de cardenales y presuntos testaferros que cubrirían a políticos y empresarios cercanos a la Santa Sede”. Según la reconstrucción de Nuzzi, el Papa habría pedido cerrar las cuentas sospechosas, pero los inspectores le habrían hecho saber que “el doble fondo vaticano es prácticamente imposible de eliminar”.
Así Nuzzi afirma que el Papa está al corriente de una contabilidad paralela en el APSA con cifras de hasta dos millones de euros y una disponibilidad en las cuentas de hasta 200.000 euros de liquidez, por parte de purpurados como Giovanni Lajolo, que estuvo en la cúpula de la gobernación y fue elector en el último cónclave, Eduardo Martínez Somalo, Paul Josef Cordes, William Baum y Agostino Cacciavillan.
También se incluyen datos sobre las ofrendas al Obolo de San Pedro, que ya no se comunican desde hace algunos años: “La mayor sorpresa escribe Nuzzi es la composición: los privados son solo el tercer donante. En el primer lugar están las diócesis. En el segundo, las fundaciones”, destacó el autor. Según el ensayo de Nuzzi, existiría un “secreto de Estado” sobre los fondos personales a disposición del Papa que ni el pontífice mismo conocería en sus detalles.
Sin embargo, en la entrevista, Galantino ha explicado de dónde proceden los bienes gestionados por la APSA -en parte como resultado de la Convención Financiera anexa al Pacto de Letrán de 1929-, y dice que “la situación actual de la administración de la Santa Sede no es nada diferente de lo que ocurre en cualquier familia o incluso en los Estados de los diferentes continentes”. “En un momento dado se mira lo que se gasta, se ve lo que entra y se intenta reequilibrar los gastos”, enfatizó.
En cuanto al balance de la APSA, Galantino niega que el resultado negativo sea consecuencia de “una gestión clientelar y sin reglas, de la contabilidad fantasma y del obstinado sabotaje a la acción del Papa”, como se ha escrito. “De hecho la gestión ordinaria de la APSA en 2018 cerró con un beneficio de más de 22 millones de euros”, aseguró. “Los datos contables negativos se deben exclusivamente a una intervención extraordinaria destinada a salvar el funcionamiento de un hospital católico y los puestos de trabajo de sus empleados”, ha referido.
Galantino también negó que el APSA tenga cuentas encriptadas o una contabilidad paralela. “Confirmo e insisto: el APSA no tiene cuentas secretas o encriptadas. Demuestren lo contrario. Tampoco hay cuentas de personas naturales u otras personas jurídicas, excepto los dicasterios de la Santa Sede, los órganos anexos y el Governatorato”, ha asegurado.
Según dijo, un Estado que no tiene impuestos o deuda pública solo tiene dos maneras de vivir. “Obtener rédito de sus propios recursos y depender de las contribuciones de los fieles, incluso de los que están en el Óbolo di San Pietro. Aquí quieren que la Iglesia no tenga nada y que, en todo caso, dé un pago justo a sus empleados y responda a muchas necesidades, en primer lugar a las de los pobres. Es evidente que no puede ser así”, ha añadido.
Así, ha admitido que se necesita una revisión de los gastos para contener los costes de personal y la compra de materiales, y que se está trabajando en ello con "mucho cuidado y atención". "Así que no hay alarma sobre el hipotético default. Más bien, hablamos de una realidad que se da cuenta de que hay que moderar los gastos. Como sucede en una buena familia o en un Estado serio", ha asegurado.
“Decir que el Vaticano corre el riesgo de quiebra es falso”, declaró por su parte el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, quien forma parte del grupo de seis purpurados que asesoran al papa Francisco para las reformas económicas de la Curia, el gobierno central. “Me parece que lo que está en marcha es una estrategia para desacreditar al papa”, explicó el cardenal en una entrevista publicada este martes por el diario italiano Repubblica.
Nuzzi, conocido por ser autor de libros escandalosos sobre el Vaticano, entre ellos “Via Crucis” y “Su Santidad”, con las cartas filtradas por el mayordomo de Benedicto XVI, fue juzgado y absuelto por el Vaticano en 2016 por esas filtraciones.
El presidente de la APSA ha proporcionado datos sobre las propiedades gestionadas por su dicasterio: 2.400 apartamentos, la mayoría en Roma y Castel Gandolfo, y 600 entre tiendas y oficinas. Asimismo, ha precisado que los que no generan ingresos son los apartamentos de servicio o las oficinas de la Curia.
“En cuanto a su valor de mercado, es imposible hacer una estimación. Tomemos los edificios de la Piazza Pio XII: ¿cuánto valen en la práctica? Si se convierten en un hotel de máximo lujo, es una cosa; si albergan las oficinas de la Curia Romana, tal y como lo hacen ahora, no valen nada”, ha asegurado.
Además, ha puntualizado que alrededor del 60 por ciento de los apartamentos se alquilan a empleados que tienen necesidades, a los que se les cobra un alquiler reducido. “Se trata de una forma de vivienda social. Si esto lo hacen las grandes empresas privadas, son acciones encomiables que cuidan del personal. Si lo hace el Vaticano, somos incompetentes, o peor aún, no sabemos cómo administrar el patrimonio”, lamenta.
Finalmente, ha señalado que poner al Papa contra la Curia es “un cliché periodístico desgastado”. “Todos seguimos trabajando para equilibrar los ingresos y los gastos, y por eso tratamos de hacer exactamente y solo lo que el Papa quiere. Otras lecturas se acercan más al Código Da Vinci, es decir, una aproximación absolutamente novelesca a la realidad”, concluyó.
(Con información de Europa Press y AFP)