El Parlamento británico afrontará un escenario endiablado este sábado, cuando el primer ministro, el conservador Boris Johnson, presente un acuerdo del Brexit que no tiene todavía asegurado el respaldo de la mayoría de los diputados. El primer ministro necesita 320 votos, pero solo cuenta con 288 diputados conservadores, de los cuales una parte ha amenazado con rebelarse contra él, como ya hicieron con su antecesora, Theresa May.
Con todo, el Gobierno británico confía en que en esta ocasión puede reunir los apoyos necesarios para ganar la votación. “No contemplamos la derrota”, ha dicho el ministro del Gabinete, Michael Gove. Por su parte, el premier sostuvo que se trata de un acuerdo con el que el Reino Unido puede cumplir con la promesa de abandonar la UE el 31 de octubre y tener capacidad de decidir “sobre fronteras, dinero, leyes y sobre cómo queremos dirigir el Reino Unido”.
Johnson consideró que el acuerdo “es un resultado justo” para ambas partes que “refleja el duro trabajo de los negociadores”.
“Espero que mis colegas diputados en Westminster se unan para llevar a cabo el Brexit, para ratificar este excelente acuerdo y llevar a cabo el Brexit sin más retrasos, para que podamos centrarnos en las prioridades de nuestros ciudadanos”, incidió el primer ministro británico.
Estas son las posturas de las principales facciones parlamentarias:
Conservadores euroescépticos
En torno a 28 diputados forman el núcleo de los “tories” partidarios del “brexit” más duro posible.
Su principal demanda es que el Reino Unido se desligue de las normas y las instituciones de la Unión Europea para facilitar los tratados comerciales con terceros países, en particular con Estados Unidos. Por ello, estuvieron entre los principales responsables de que el Parlamento tumbara en tres ocasiones el acuerdo al que llegó la anterior primera ministra, que mantenía algunos compromisos con Bruselas.
En esta ocasión, sin embargo, algunos de ellos han señalado que evalúan votar a favor del pacto de Johnson, por lo que el primer ministro podría contar con el respaldo de al menos una parte de ellos. “Quiero leer (el acuerdo) en detalle antes de tomar una decisión, pero ‘bien hecho, Boris’, por llegar tan lejos y hacer lo que otros dijeron que era imposible”, dijo la diputada Andrea Jenkhyns, que votó en contra del anterior pacto las tres veces que se presentó.
Unionistas de Irlanda del Norte
El norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), con diez diputados en los Comunes, es sobre el papel socio parlamentario de los conservadores. Aún así, al primer ministro le va a resultar difícil lograr su apoyo.
Por el momento, sostienen que votarán en contra del tratado de salida, que prevé algunos controles aduaneros entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido.
Los unionistas, contrarios a la reunificación de la República de Irlanda, consideran que la solución adoptada compromete la “integridad” del Reino Unido y sería perjudicial para la economía del Úlster.
Partido Laborista
El grueso del Partido Laborista (244 diputados) se opondrá, previsiblemente, al acuerdo de Johnson. Jeremy Corbyn, líder de la formación, ha recalcado en los últimos meses que su objetivo es llegar al Gobierno y negociar su propio tratado de salida.
Un ala de los laboristas presionará para que se intente forzar un segundo referéndum de confirmación en caso de que se apruebe el texto del Gobierno.
Laboristas favorables a un acuerdo
Johnson puede tratar de suplir la falta de apoyo del DUP y de algunos euroescépticos con el voto de un grupo de diputados laboristas elegidos por circunscripciones favorables al Brexit.
Hasta 19 parlamentarios del primer partido de la oposición firmaron este mes una carta en la que se muestran contrarios a retrasar la salida de la UE y a favor de respaldar un acuerdo.
El líder laborista ha sugerido esta semana que no está en sus planes expulsar del grupo parlamentario a diputados que pudieran rebelarse de la disciplina de partido.
Conservadores independientes
Johnson expulsó hace pocas semanas a 21 diputados conservadores de su grupo parlamentario por oponerse a un Brexit duro. La mayoría de ellos se decantarán probablemente a favor del acuerdo, dado que esa opción acaba con el peligro de una salida abrupta de la UE.
Algunos de ellos, sin embargo, podrían oponerse. El ex ministro de Economía Philip Hammond ha defendido una relación con la UE más cercana de la que propone Johnson tras la ruptura y otros diputados de ese grupo, como Antoinette Sandbach, han defendido un segundo referéndum.
Demócratas liberales
Con 19 diputados en la Cámara de los Comunes, el Partido Liberal Demócrata se ha mostrado receptivo a respaldar un acuerdo si está condicionado a un segundo referéndum de confirmación.
Escocia
El Partido Nacionalista Escocés (SNP), la tercera fuerza en el Parlamento de Westminster con 35 diputados, votará en contra del acuerdo porque otorga a Escocia “un trato injusto”.
Así lo anunció la ministra principal escocesa y líder de la formación, Nicola Sturgeon, que señaló que la región que preside será sacada de la UE, el mercado único y la unión aduanera “en contra de la voluntad mayoritaria de los escoceses”, en alusión al 62 % que optó en el referéndum de 2016 por la permanencia en el club comunitario.
“Escocia no votó por el Brexit en ninguna de sus formas y los diputados del SNP no votarán a favor del Brexit en ninguna de sus formas. Especialmente cuando queda claro que Escocia, frente al resto de naciones del Reino Unido, es tratada de forma injusta”, dijo en un comunicado.
Mientras Inglaterra y Gales secundaron en su mayoría el Brexit, Escocia e Irlanda del Norte lo rechazaron pero, de acuerdo con el tratado alcanzado, esta última seguirá alineada con ciertas normas del mercado único europeo, aunque dentro del territorio aduanero del Reino Unido.
El objetivo es preservar los acuerdos de paz del Viernes Santo, evitando que se forme una frontera visible entre la provincia británica y la República de Irlanda.
En anteriores ocasiones Sturgeon ha defendido que Escocia pudiese contar también con ciertas concesiones en relación a la pertenencia a los espacios de libre comercio comunitarios, un extremo que Londres no ha considerado.
La Unión Europea
Por otro lado, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, consideró este jueves que no será necesaria una nueva prórroga del Brexit tras el acuerdo cerrado por los negociadores europeos y británicos, y confió en que todas las ratificaciones necesarias puedan ejecutarse antes del 31 de octubre.
“Tenemos un acuerdo. Este acuerdo significa que no hay necesidad de ningún tipo de extensión. Es un acuerdo justo y equilibrado, testamento de nuestro compromiso para encontrar una solución”, afirmó Juncker en una declaración junto a Johnson.
El presidente del Ejecutivo comunitario aseguró que el acuerdo “crea certidumbre donde el Brexit trae incertidumbre” y protege tanto los derechos de los ciudadanos como la paz y la estabilidad en la isla de Irlanda, el asunto que había sido el gran escollo final para alcanzar un acuerdo.
Juncker mostró su disposición a comenzar la negociación sobre la futura relación con el Reino Unido “inmediatamente”, el mismo 1 de noviembre, la jornada posterior a que se produzca el divorcio si el acuerdo supera todos los trámites de ratificación en las próximas semanas, incluyendo a los Parlamentos de ambas partes.
“Estoy feliz con el acuerdo, pero me entristece el Brexit”, concluyó el político luxemburgués.
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