Un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva York (NYU) ha redescubierto un poderoso insecticida desarrollado por el régimen nazi en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial que podría resultar clave en el combate contra la malaria y otras enfermedades transmitidas por mosquitos.
Se trata del químico de rápida acción conocido como DFDT, el cual podría actuar más eficientemente contra los insectos que transmiten esta enfermedad sin causar tanto daño medioambiental como el DDT, actualmente en uso.
“Nos dispusimos a estudiar el crecimiento de cristales en un insecticida poco conocido y descubrimos una historia sorprendente, incluyendo el impacto que tuvo la Segunda Guerra Mundial en la elección del DDT por sobre el DFDT como el principal insecticida del siglo XX”, explicó Bart Kahr, profesor de química en NYU, en un comunicado citado por el periodista Luke Tress en un artículo en el Times of Israel.
El artículo titulado “Manipulando formas sólidas de insecticidas de contacto para la prevención de enfermedades infecciosas” fue publicado por la American Chemical Society y está firmado por Xiaolong Zhu, Chunhua T. Hu, Jingxiang Yang, Leo A. Joyce, Mengdi Qiu, Michael D. Ward, y el ya mencionado Kahr.
Allí se hace notar que la industria química estadounidense ya había analizado el posible uso del DFDT, desarrollado por el enemigo, en la década de 1940, pero los estudios se perdieron durante la Segunda Guerra Mundial.
Ahora, el DFDT ha sido “redescubierto” durante una examinación a fondo del ubicuo DDT para intentar reducir sus devastadores efectos medioambientales.
Los investigadores realizaron cambios en la estructura del DDT, cambiando cloro por flúor, y el químico resultante acabó siendo el DFDT, aunque no lo sabían.
Cuando lo probaron con moscas y mosquitos, incluso aquellos que llevan malaria, zika y dengue, hallaron que mataba los insectos con un rapidez entre dos y cuatro veces mayor que el DDT, lo cual resulta muy importante porque reduce las chances de los animales desarrollen resistencia y procreen antes de morir.
Motivados por este gran descubrimiento, comenzaron a investigar posibles usos en el pasado para este insecticida y hallaron que científicos alemanes habían creado ya el DFDT durante la Segunda Guerra Mundial, y que incluso lo habían usado en el Norte de África y la Unión Soviética para controlar a los mosquitos durante las campañas militares de la Wehrmacht, las fuerzas armadas del régimen nazi.
En aquel mismo tiempo, Estados Unidos utilizaba el DDT para la misma función. Especialmente en Teatro del Pacífico, donde combatían contra el imperio japonés y la malaria y otras enfermedades tropicales producían enormes bajas.
Luego de la derrota de Alemania en mayo de 1945, los aliados entrevistaron a diferentes científicos germanos que aseguraban que su DFDT mataba más rápido que el DDT y lo hacía sin producir tanto daño a otros animales domésticos o económicamente importantes.
Pero los aliados desestimaron esta información, acusando a los alemanes de no tener suficiente evidencia ni haber realizado las pruebas pertinentes. Había también consideraciones nacionalistas en la negativa y, al mismo tiempo, preocupación por los vínculos del producto con la oscura industria química alemana, la misma que había desarrollado el Zyklon B, el pesticida utilizada en las cámaras de gas para exterminar judíos y otras minorías.
Y entonces el DDT se impuso como el insecticida estándar en el mundo.
Incluso después de que Paul Müller, el químico suizo que descubrió el DDT, asegurara en 1948, durante su discurso de aceptación del Premio Nobel, que el DFDT era un insecticida superior, como recordó el Times of Israel.
Para Kahr, el DDT se impuso por cuestiones económicas y geopolíticas, no por consideraciones científicas. “Una insecticida más rápido y menos dañino como el DFDT podría haber cambiado el siglo XX”, señaló.
Y esto se debe a que la malaria mata a un niño cada dos minutos, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), y los mosquitos se muestran cada vez más resistentes a las medidas de control, sin el tremendo daño que el dengue y el zika han causado en América Central y Sudamérica.
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