Los diputados franceses aprobaron el martes un proyecto de ley de bioética que extiende el derecho de reproducción médica asistida a las mujeres solteras o lesbianas y prevé nuevos derechos para los niños nacidos de donaciones de esperma, la primera gran reforma social de Emmanuel Macron.
Está previsto que el sistema de salud cubra el costo de los procedimientos de reproducción asistida para todas las mujeres menores a 43 años.
El proyecto de ley fue aprobado en primera lectura en la cámara baja francesa por 359 votos a favor, 114 en contra y 72 abstenciones, tras más de 80 horas de intensos debates. El texto será examinado en el Senado, la cámara alta, en enero.
“Se trata de un texto equilibrado, a veces progresista, a veces conservador, (...) que no compromete ninguno de los principios éticos a los que nuestro país está apegado”, declaró antes del voto la ministra de Salud, Agnès Buzyn.
Además de la apertura a todas las mujeres de la reproducción médica asistida, el texto prevé una reforma de la filiación para los niños de madres lesbianas y del acceso a sus orígenes para los niños fruto de la donación de esperma.
Autoriza también la congelación de óvulos, actualmente prohibido en Francia a excepción de ciertos casos médicos (cáncer o endometriosis), o la investigación con células madre embrionarias.
Sandrine Rudnicki, de 38 años, madre soltera de una bebé de 10 meses, fue a Dinamarca para quedar embarazada a través de fecundación in vitro. Ella dijo que está “encantada” de que el procedimiento finalmente será legalizado en Francia porque la situación actual la hace sentir como si su familia “no fuera aceptada”.
Rudnicki estimó que el procedimiento de fertilización in vitro en otro país costó unos 10.000 euros (10.997 dólares), con el viaje incluido. “Esto elimina todo tipo de desigualdades”, agregó.
El texto recibió el apoyo de una gran mayoría de los diputados de LREM (La República en Marcha, oficialista de centro y el partido mayoritario) y de MoDem (centrista, aliado del gobierno), así como de los socialistas, los comunistas y la izquierda radical.
Los diputados LR (Los Republicanos, conservadores), que se pronunciaron a favor del derecho de cada niño a tener un padre, votaron en su mayoría en contra y la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, dijo antes del voto que no aprobaría el texto “tal y como está”.
Para esta ley que aborda varios temas delicados, o que en algunos casos atañen a la vida personal, todos los partidos políticos autorizaron la libertad de voto.
‘Equilibrio’
El artículo más emblemático de esta ley y que ha centrado la mayor parte de los debates es la extensión del derecho de la reproducción médica asistida a las parejas lesbianas y a las mujeres solteras, una promesa de campaña del presidente Emmanuel Macron y antes del socialista François Hollande (2012-2017).
Esta reforma debe permitir “abrir los ojos sobre lo que es la familia francesa contemporánea (...) que tiene diferentes formas”, declaró la ministra de Salud, Agnès Buzyn, una de las tres responsables, con sus pares de Justicia y de Investigación de redactar el proyecto de ley.
Según el gobierno, el texto mantiene “un equilibrio entre el respeto de la dignidad humana, la libertad de elección de cada uno y la solidaridad entre todos”.
Actualmente, la ley solo autoriza la reproducción médica asistida para las parejas heterosexuales, mediante una fecundación in vitro o una inseminación artificial en caso de esterilidad.
Según estimaciones, la extensión de este derecho implicaría un costo adicional de 15 millones de euros para la seguridad social.
Según una encuesta Ifop realizada en septiembre, cerca de un 70% de los franceses están a favor de que todas las mujeres gocen de este derecho. Sin embargo, a inicios de octubre, más de 70.000 personas manifestaron en París en contra de la ampliación del derecho a la reproducción asistida, siete años después de las movilizaciones en contra el matrimonio homosexual, que fue aprobado en 2013.
Una nueva jornada de movilización en todo el país está prevista a finales de noviembre.
Varios diputados de derecha han denunciado incansablemente en las últimas semanas un “efecto dominó” y temen que el próximo paso sea la aprobación de la gestación subrogada, pese a que el gobierno lo niega.
El gobierno francés espera que la ley de bioética sea aprobada antes del verano.
Con información de AFP y AP
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