El presidente Donald Trump declaró este sábado que está “solo como una isla” por haber decidido retirar las fuerzas estadounidenses que estaban en el noreste de Siria, una decisión defendida en su política de reducción de compromisos internacional.
Trump defendió su decisión en un cónclave partidario, en el que afirmó que “es hora” de traer de vuelta a los militares estadounidenses en vez de hacer que peleen “en guerras sin fin”.
Calificó al Medio Oriente como una región irremediablemente violenta, argumentando que es más insegura a pesar de la intervención militar norteamericana. “Ellos pelean, eso es lo que hacen. Pelean todo el tiempo”, declaró Trump.
La decisión de Trump ha sido criticado por políticos de todas las tendencias, a nivel nacional e internacional. Se le acusa a Trump de provocar inestabilidad y de dejar en peligro a los milicianos kurdos que habían ayudado a Estados Unidos a derrotar al grupo que se hace llamar Estado Islámico.
Turquía considera a esos mismos kurdos como terroristas y una amenaza contra su soberanía, y ha lanzado una ofensiva militar en su contra.
Trump ordenó el viernes a su equipo preparar sanciones “significativas” al Gobierno de Turquía por su ofensiva en Siria, mientras su Gobierno exigía que Ankara “no deje escapar ni a una sola persona del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés)" cautiva en la zona.
Aunque las sanciones no se activarán de inmediato, tienen el poder de “paralizar la economía turca”, aseguró el secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, al anunciar la decisión de Trump en una conferencia de prensa. “Estas son sanciones muy poderosas. Esperamos no tener que usarlas”, agregó Mnuchin.
Casi en simultáneo, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que Turquía “no suspenderá” su actual operación en Siria contra una milicia kurda apoyada por Occidente, y rechazó todas las “amenazas” al respecto.
Con información de AP
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