Representantes de Corea del Norte y Estados Unidos entablan este sábado en Estocolmo consultas “operacionales” sobre la cuestión nuclear norcoreana, tras meses de parálisis y pese a la nueva escalada de Pyongyang con las pruebas de misiles.
Los emisarios norcoreano Kim Myong Gil y estadounidense Stephen Biegun, enviado especial del presidente Donald Trump, forman parte de los equipos que participan en estos encuentros, impulsados por el diputado sueco Kent Härstedt.
Las dos delegaciones tenían que reunirse en una propiedad situada en una isla de la capital sueca, cuyo acceso estaba controlado por la policía, a unos cientos de metros de la embajada norcoreana, según un periodista de AFPTV. Los primeros vehículos oficiales llegaron al lugar poco después de las 09:00 (07:00 GMT).
Ya se celebraron en Estocolmo otras reuniones a este nivel sobre el desarme nuclear norcoreano en marzo de 2018 y enero de 2019.
En una etapa en Pekín antes de partir hacia Suecia, Kim Myong Gil dijo tener “grandes expectativas” en estas negociaciones y se declaró “optimista”.
El gobierno de Estados Unidos quería retomar cuanto antes el diálogo con Corea del Norte, en punto muerto desde el fracaso de la cumbre de Hanói, a finales de febrero, entre Donald Trump y el dirigente norcoreano Kim Jong-un.
Finalmente el martes, la diplomacia norcoreana anunció que se reanudaban las conversaciones este fin de semana, lo que Estados Unidos confirmó rápidamente.
Pero 24 horas después de este mensaje positivo, Corea del Norte lanzó un nuevo misil balístico mar-tierra, después de haber multiplicado las ensayos de misiles de corto alcance en estos últimos meses.
El jueves, la agencia oficial norcoreana explicó que este "nuevo tipo de misil balístico", presentado como un Pukguksong-3, fue lanzado desde un submarino "desde las aguas próximas a la bahía de Wonsan" y anunció una "nueva fase en la contención de la amenaza de las fuerzas exteriores".
El Pentágono estimó por su parte que este “misil balístico de corto a medio alcance” había sido lanzado desde una plataforma marina.
Consejo de Seguridad a puerta cerrada
Este último ensayo significa la provocación más fuerte de Pyongyang desde el inicio de la distensión con Estados Unidos en 2018. Washington reafirmó el jueves que estas pruebas “eran inútilmente provocadoras” y “no preparaban el terreno para la diplomacia”.
Pese a todo, Donald Trump, que busca obtener una victoria a nivel diplomático que haga olvidar una controvertida conversación con el presidente ucraniano, decidió responder de forma positiva a los norcoreanos. “Quieren negociar y nosotros queremos negociar con ellos próximamente”, afirmó el presidente de Estados Unidos.
Francia, Reino Unido y Alemania pidieron por su parte una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU, que tendría que celebrarse a principios de semana, para mantener la presión sobre Pyongyang después de lo que ellos consideran una "violación grave" de las resoluciones de la ONU.
Corea del Norte está sometida a tres tipos de sanciones económicas adoptadas por la ONU en 2017, para obligarla a cesar sus programas de armamento nuclear y balístico. Estas medidas conciernen principalmente las limitaciones de importaciones de petróleo y las prohibiciones relacionadas con las exportaciones norcoreanas de carbón, pesca o textil.
(Por Tom Little - AFP)
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