El desafío de los 400.000 británicos que viven en España y quieren evitar el Brexit

Mientras se acerca una nueva etapa de definición en el plan de salida del Reino Unido, también se define el futuro miles de personas que viven fuera de las islas. La mirada de una experta en extranjería y tres ciudadanos británicos que, al revés de muchos de sus compatriotas y del Primer Ministro Boris Johnson, no quieren dejar de pertenecer a la UE

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Boris Johnson prometió una salida de la Unión Europea rápida (AFP)
Boris Johnson prometió una salida de la Unión Europea rápida (AFP)

Desde Barcelona, España. Han sido muy breves los lapsos de tiempo en los que la situación en el Reino Unido estuvo calma después del Referéndum celebrado el 23 de junio de 2016. Aquel día, el 51,9 % de los votantes resolvió abandonar la Unión Europea (UE), frente a un 48,1 % partidario de permanecer. Con el Brexit consumado se abrieron diferentes frentes de tormenta. Primero desde la política, con la renuncia de David Cameron, el Primer Ministro que impulsó la votación soñando con un resultado que le resultó adverso. Durante el mismo 2016 fue sucedido por Theresa May, quien durante tres años piloteó la salida con un plan típico del boxeo: caminar el ring y esperar a que su rival tire golpes hasta cansarse y así coronarse antes de la última campanada. Aunque al final, la que terminó exhausta fue ella.

“He hecho todo lo que he podido para convencer a los miembros del Parlamento para que apoyen el acuerdo de retirada de la Unión Europea... Desafortunadamente, no lo he logrado. Lo intenté tres veces. Creo que era correcto perseverar incluso cuando las probabilidades de éxito eran bajas, pero ahora creo que está claro que lo mejor para el país es que un nuevo primer ministro dirija ese esfuerzo”, fueron las palabras de May el 7 de junio pasado, cuando anunció que dejaría de cumplir sus funciones en la residencia de Downing Street 10 y como líder del Partido Conservador. A Theresa la sucedió Boris Johnson, un excéntrico ex periodista que fue su secretario de Estado para Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad, pero sobre todo un ferviente estandarte del Brexit más duro.

En la actualidad, la península ibérica es el destino más elegido por los británicos que residen fuera del Reino Unido y suman casi 400 mil personas.

Johnson no se anduvo con rodeos y ni bien tomó el poder dispuso, como primera medida, cerrar el Parlamento. ¿Su objetivo? Ganar tiempo en su propuesta de salir de la UE sin acuerdo. Con la llegada de Johnson se intensificaron las diferencias entre los dos bandos. Por un lado, los londinenses, que se sienten representados por él y donde se concentró el mayor caudal de votos a favor de la salida de la Unión Europea. Y, por el otro, el resto de Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte y Gibraltar, esa estrecha península de 6 kilómetros de largo y 1,2 kilómetros de ancho al sur de España. ¿La otra grieta? Mientras se estima que entre los más jóvenes (entre 18 y 24 años) el 64% votó por quedarse en la UE, a medida que la edad sube se da vuelta el resultado y el 58% de los adultos mayores de 65 años votó por irse.

Mientras el proceso de retirada del Reino Unido de la Unión Europea entra en fase de descuento -estipulada en principio para el próximo 31 de octubre - los británicos que no apoyan la salida de Gran Bretaña buscan la manera de mantenerse en la UE. España parece, por diferentes motivos, ser la llave que les permitirá quedarse del otro lado del muro que supone la oficialización del Brexit.

Lo que buscan los ingleses: Buen clima y mejor sistema de salud

En la actualidad, la península ibérica es el destino más elegido por los británicos que residen fuera del Reino Unido y suman casi 400 mil personas. Carolina Quintana es abogada en España y especialista en Extranjería al frente de Quintana Asociados, por su experiencia con clientes ingleses, puede deducir las razones de este fenómeno y los números le dan la razón. “Tienen buen tiempo, están cerca, bien comunicados, sobre todo en lo que es Baleares y Costa del Sol. En las Islas Baleares hay barrios que son colonias, todo está destinado para ellos. Los británicos se sienten cómodos en España. La idiosincrasia también. La sanidad pública española también los atrae, porque es buena y eficaz en comparación con la de Reino Unido”.

Quintana afirma que, a partir del Referéndum, las consultas han aumentado en su despacho: “Desde el 2017 los británicos se han puesto en marcha y quieren saber cuál va a ser su situación aquí si se da el Brexit duro. A ellos los afecta en todo, incluso en cuestiones diarias como la del carnet de conducir, que deberían hacer un canje. Al dejar de ser residentes europeos sería algo diferente al régimen general de extranjería, de hecho, el trámite es diferente”. La abogada estima que hay 90 mil españoles trabajando en Gibraltar, y unos 9 mil británicos que son de Gibraltar y trabajan en España. “A esas personas se les plantea hacer una autorización de trabajo. Al resto aún no, hay un limbo legal para las empresas españolas que quieran contratar a un empleado inglés no residente”, explica.

Desde el 2017 los británicos se han puesto en marcha y quieren saber cuál va a ser su situación aquí si se da el Brexit duro. A ellos los afecta en todo, incluso en cuestiones diarias como la del carnet de conducir, que deberían hacer un canje.

De manera espontánea y en busca de una mejor calidad de vida, los británicos ya se han ido acercando a España en los últimos años. Algunos de vacaciones y muchos otros como residentes. El aspecto legal de estas personas no es un tema menor, y así lo explica Quintana: “Por el momento los ingleses siguen siendo parte de la Unión Europea, por lo cual tienen libre circulación por todo el territorio europeo. Hay dos escenarios posibles: un Brexit sin acuerdo, lo cual sería desastroso para el Reino Unido, o un Brexit con acuerdo. Viendo ambos escenarios, sobre todo con el nuevo Primer Ministro, van de un polo al otro y pareciera que quieren patear el tablero, los países europeos se están preparando para lo que llaman un Brexit duro, que es un Brexit sin acuerdo. Teniendo en cuenta que más allá de las relaciones comerciales, que en principio es lo que más importa, nos encontramos con el problema de cuál es la situación en la que quedan los británicos que residen fuera de Reino Unido en algún país europeo”.

Dentro de la UE, cualquier ciudadano con pasaporte de alguno de los países integrantes puede residir de manera legal. Si Gran Bretaña se separa, los británicos con vistas a quedarse en España deberían revisar sus papeles… y en eso están. “En principio la ciudadanía española se puede solicitar por descendencia, o sea por ser hijos de españoles. En ese caso se presenta la prueba de vínculo y se solicita desde fuera de España. Eso es para los españoles de origen. Acá nos encontramos con la problemática del idioma, ya que uno de los requisitos para obtenerla es el de tener un nivel de castellano B2, por eso hay tantos ingleses estudiando el idioma. El Instituto Cervantes compartió unas estadísticas en las que por primera vez se habían superado los 4 mil matriculados en Inglaterra”. El boom de los cursos de español ahora tiene una explicación.

“Hay mucha incertidumbre, pero hasta que no se sepa si el Brexit es con acuerdo o sin, no sabremos qué medidas van a tomar con la reciprocidad”

En su estudio, la especialista confirma que las consultas a partir del Brexit han aumentado y que ve este movimiento desde 2017, ya que los británicos (sobre los que ya residen en España) necesitan saber cuál va a ser su situación. “Con respecto a si va a haber un amparo legal para los británicos, creo que precisamente España en ese plan de contingencia detalla que todos aquellos que tengan su residencia aquí antes de un Brexit sin acuerdo, pasan al régimen general de extranjería con un mero trámite. Entonces, al final, el trámite para la residencia en ese caso será una formalidad, esto les interesa a los británicos, definitivamente. Por eso se multiplicaron los casos de los británicos tramitando su residencia española, para después de un cierto tiempo poder pedir la nacionalidad y mantenerse en la UE”, detalla Quintana.

La abogada cree que, por su lado y desde la península ibérica, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Gobierno de España Josep Borrell, plantea un escenario “atado a la reciprocidad” y que es esa la única complicación que pueda llegar a surgir. “Hay mucha incertidumbre, pero hasta que no se sepa si el Brexit es con acuerdo o sin, no sabremos qué medidas van a tomar con la reciprocidad. Tienen tiempo hasta finales del 2020 para cambiar la residencia. A partir de ahí es un misterio”, adelanta Quintana.

Británicos de nacimiento, españoles por adopción

“Hice un intercambio escolar aquí en 2010. Después de terminar mis estudios, decidí volver a Barcelona porque me había gustado vivir aquí”, explica Garry, un escocés proveniente de Dundee, que se mudó a España hace seis años. Para mantenerse, el joven dio clases de inglés y desde hace unos años, trabaja como especialista en contenido web en inglés. El idioma no es un problema para él: “Hablo español con fluidez porque estudié cine y estudios de español en la universidad y ahora tengo más de 12 años aprendiendo y hablando español, ¡todavía no he aprendido catalán, pero estoy tratando de comenzar a aprender!”.

El Brexit no es un fantasma para él, pero tiene claro que quiere quedarse en España: “No soy fanático del resultado de Brexit. No creo que debamos poner más fronteras de las que ya hay, así que siempre pensé que era una mala idea, desde el principio. Creo que mucha gente se mostró complaciente con el voto sin pensar qué sucedería y lo que eso implicaría. Pero no creo que nadie haya anticipado que se convertiría en este desastre, donde nadie sabe cuál será el resultado, y creo que mucha gente desea que simplemente desaparezca”.

En el último año se multiplicaron los casos de los británicos tramitando su residencia española, para después de un cierto tiempo poder pedir la nacionalidad y mantenerse en la UE

Garry espera poder permanecer en Barcelona, aun con un Brexit duro mediante, trabaja en esta ciudad la considera su hogar. “Tampoco soy fanático de Johnson, creo que tiene la intención ciega de perseguir un Brexit a toda costa, y me temo que la actitud de llegar a un acuerdo como sea, tal como lo hizo Theresa May antes que él, podría llevar al desastre. Sí, espero poder quedarme en España, ya que espero seguir viviendo y trabajando aquí durante muchos años”, remarca.

Lily viajó de Londres a Barcelona hace ya tres años y medio y se quedó. Ella es británica, pero su familia es de Grecia. “Haré todo lo posible para seguir siendo ciudadano de la UE, pero también tengo un pasaporte griego, así que no estoy demasiado preocupada”, aclara, aunque está en la vereda de enfrente de Johnson y teme por sus compatriotas británicos. Lily, que también trabajó dando clases de inglés especula: “Creo que podremos quedarnos, pero tal vez no tengamos el mismo acceso que los ciudadanos de la UE a la seguridad social, o tal vez necesitemos demostrar su solvencia laboral, financiera, etcétera”. La británica, que votó en contra del Brexit en este caso, se la juega y va más allá: “Ciertamente no apoyo un brexit duro, pero podría apoyar un brexit socialista. Johnson es un bufón que me hace sentir avergonzada del Reino Unido”.

En esto de ir y venir, Trish tiene experiencia. Ella nació en Zambia, pero sus padres se mudaron al Reino Unido cuando tenía 3 años. Británica por adopción, cuando cumplió la mayoría de edad decidió buscar un nuevo destino y así fue como viajó a España y se quedó en Barcelona, donde vive desde casi tres décadas. “Me enamoré de la arquitectura y el tamaño de la ciudad. Ya había dejado el Reino Unido, pasé dos años en París y estaba buscando una nueva aventura”, cuenta entusiasmada.

Trish habla castellano y catalán, los idiomas no son una traba para ella. Cuando se le menciona el Brexit, su definición es tajante: “Es una idea terrible y un desastre si sucede”. En su caso, ella es residente permanente y en caso de que sea necesario tiene pensado solicitar la nacionalidad española. Al igual que Lily, Trish tiene una opinión formada sobre el nuevo primer ministro británico. “Es un peligroso hombre blanco de mediana edad, un bufón y está absolutamente fuera de contacto con el pueblo británico”, dispara, sin lugar para las medias tintas.

Con Brexit o sin Brexit, dentro de la Unión Europea o fuera de ella, el pulso de la migración está marcado por tantos factores como seres humanos habitan este mundo. De los dirigentes depende leer estos nuevos mapas cuyas fronteras están más movedizas que nunca.

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