Rusia mantiene su apoyo a las dictaduras de Venezuela y Cuba en América Latina. Como parte de este respaldo, este jueves el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, inició una gira de dos días en La Habana. Tras un encuentro con Miguel Díaz-Canel, denunció que Estados Unidos intenta someter a Cuba a “un bloqueo energético” con el recrudecimiento de sus sanciones contra los buques que transportan combustible a la isla.
“En los últimos meses Estados Unidos ha endurecido de manera significativa el bloqueo económico contra Cuba. Es evidente su deseo de crear una atmósfera tóxica alrededor de la cooperación con la isla, de asustar a inversionistas y de crear una manera de bloqueo energético”, manifestó Medvedev.
Tras reunirse con Miguel Díaz-Canel, el segundo hombre más poderoso de Rusia destacó que Moscú “se opone categóricamente al bloqueo” que Washington aplica contra la isla desde 1962 y que “respalda completamente la demanda de cesarlo”.
Cualquier “intento de mantener una presión de fuerza no tiene ningún futuro”, indicó.
La visita de Medvedev se produce en momentos en que la isla enfrenta una importante escasez de combustible debido al recrudecimiento del bloqueo estadounidense con sanciones contra bancos y compañías navieras que transportan petróleo a Cuba.
En las últimas semanas, se han formado largas filas frente a las gasolineras, mientras que la frecuencia de autobuses y trenes se redujo, el aire acondicionado se raciona en compañías estatales y a muchos funcionarios se les ha pedido trabajar desde sus casas.
Medvedev explicó que con Díaz-Canel acordó “reforzar (la) asociación estratégica” y “continuar apoyando activamente proyectos conjuntos en los ámbitos de transporte, agricultura, energía y alta tecnología”.
“Cuba es un importante socio económico de Rusia en América Latina”, y La Habana “siempre puede contar con el apoyo de Rusia”, indicó el primer ministro ruso.
Moscú ha renovado en años recientes sus lazos comerciales, militares y políticos con Cuba, como parte de una estrategia más amplia para expandir su presencia en América Latina, y contrarrestar el peso de China y Estados Unidos.
Rusia respalda a sus aliados como Cuba, Venezuela y Nicaragua, países que la administración Trump describe como la “troika de la tiranía” en la región.
Con un comercio bilateral desplomado tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, los nexos entre Rusia y Cuba tuvieron un impulso una vez más en 2014 cuando Moscú perdonó el 90 por ciento de la deuda de la era soviética que era de 35.000 millones de dólares y comenzó a proporcionar financiamiento a compañías rusas para vender a la isla con problemas de liquidez.
Las exportaciones rusas a Cuba se duplicaron en 2017 hasta 414 millones de dólares y aumentaron ligeramente el pasado año a 440 millones, según datos oficiales.
Importaciones de cientos de automóviles y buses de Rusia, así como decenas de locomotoras han ayudado en parte a Cuba a enfrentar una crisis de transporte público.
Previo a su encuentro con Díaz-Canel, Medvedev depositó una corona de flores en el monumento al héroe de la independencia, José Martí, en la Plaza de la Revolución de La Habana.
Con información de AFP y Reuters
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