Corría el año 1984. Donald Robinson y su mujer se encontraban en una desesperada búsqueda por ser padres. John Edward Robinson, hermano de Donald, le prometió que le encontraría un hijo. Así fue como conoció a Lisa Stasi, una joven de 19 años, mamá de Tiffany, de apenas cuatro meses. Al conocerse, el hombre, que se identificó como John Osborne, le dijo a la adolescente que era un filántropo que solía ayudar a madres solteras.
Un día después, Lisa y su hija -que vivían en Kansas- desaparecieron. La última vez que fueron vistas estaban en viaje hacia Chicago en compañía de un hombre. Esa noche, Stasi fue asesinada por Robinson.
El hombre, luego de desechar los restos de la víctima, se llevó a la pequeña Tiffany. Falsificó documentos de adopción y se la vendió a su hermano Donald y a su cuñada, a quienes les dijo que la bebé no tenía padres. La pareja adoptó a la pequeña y la llamó Heather.
John era un padre de familia, con cuatro hijos. Durante 15 años logró escabullirse de la policía, mientras continuaba asesinando a sangre fría a mujeres en Kansas y Missouri. En total sus víctimas fueron ocho, incluida la madre de Heather.
La joven, por su parte, nunca fue consciente de quién era en verdad el tío John.
Pero todo cambió en el año 2000, cuando John fue arrestado en su casa en Olathe, Kansas, por robo y agresión sexual. La noticia fue desconcertante, y a la vez impactante, para la familia.
Al ser detenido, la policía allanó una propiedad que tenía John en La Cygne, también en Kansas. Allí el caso tomó un giro inesperado. Dentro de dos barriles encontraron dos cuerpos de mujeres. Dos días después, hallaron otros tres cuerpos en una unidad de almacenamiento que había sido alquilada por el propio Robinson en Raymore, Missouri.
Para ese entonces, el mundo se vino abajo para la familia Robinson. Pero lo peor todavía no había llegado.
Tras el hallazgo de los cuerpos, John fue condenado a muerte por un jurado de Kansas por el asesinato de tres mujeres. También se declaró culpable en Missouri por los crímenes de otras cinco, lo que le valió cinco cadenas perpetuas sin libertad condicional. Al salir a la luz sus macabros crímenes, la familia se enteró que entre las víctimas se encontraba Lisa Stasi, la madre biológica de Heather.
Sin embargo, el de Stasi fue uno de los dos cuerpos que hasta el día de hoy no fueron encontrados. Pese a la insistencia de la policía, Robinson nunca accedió a aportar información de su paradero.
De acuerdo a los informes policiales, ambos se conocieron antes de la Navidad de 1984. Ella se había separado de su esposo recientemente. Al conocerla, le dijo que podía llevarla a un programa de capacitación laboral en Texas. La joven, intrigada por la propuesta, acordó encontrarse con él días después. La familia de la víctima indicó que se fue el 10 de enero de 1985 con su bebé, y nunca más regresó. El 11 de enero, la cuñada de Stasi denunció su desaparición y la de Tiffany.
Como Robinson había sido la última persona vista con ella, la policía lo interrogó. El hombre declaró que la joven había llevado a su pequeña hija para escapar con un nuevo novio a Colorado. Al no encontrar evidencias en su contra, lo liberaron.
En documentos presentados ante la corte del condado de DuPage, los fiscales del caso señalaron que el asesino le dijo a su hermano que la madre de la bebé se había suicidado en un refugio para mujeres, por lo que la adopción era legítima. Por ese motivo, los investigadores siempre creyeron que los padres adoptivos de Heather nunca supieron de la verdadera vida de John, ni de cómo Heather llegó a sus manos.
El abogado Brian Grady fue quien representó a la niña y a su familia adoptiva cuando el caso salió a la luz en el 2000. En ese entonces, reveló que cuando un agente del FBI llamó a Donald Robinson, en julio de ese año, éste quedó “conmocionado” cuando le comentaron las teorías que manejaban los investigadores.
“La familia [adoptiva] siente que fue víctima de John Robinson, como todas las otras familias que han sido víctimas en el transcurso de los años”, manifestó hace ya 19 años Grady.
Desde entonces, tanto Heather como la familia Robinson intentaron mantener un perfil bajo, alejados de los medios. Hasta este viernes 4 de octubre, cuando la cadena local ABC emitirá una entrevista especial, realizada por la presentadora Amy Robach, a Heather Robinson y su familia.
Días antes del esperado lanzamiento, y en diálogo con People, la periodista manifestó sus sensaciones tras el reportaje. “Heather no se sorprendió al escuchar los crímenes de John Robinson. Ella dice que siempre tuvo un sentimiento incómodo de él cuando era niña”.
Ese sentimiento puede estar ligado a las constantes detenciones que sufrió Robinson durante los años ochenta y noventa. De acuerdo al Chicago Tribune, el hombre fue acusado varias veces de robo y malversación de fondos. Eso lo llevó a entrar y salir en varias oportunidades de las prisiones de Kansas y Missouri. Pero las denuncias más fuertes recién llegaron en el 2000, cuando Heather tenía 15 años.
La emisión especial del programa 20/20 también contará con la participación de Donald Robinson y de Roberto Ramos, esposo de Heather, quien acompañará a su mujer a su lugar de nacimiento para investigar el pasado de su madre biológica y conocer a su abuela, Sara Elledge. Según lo adelantado por la producción, la historia podría tener un nuevo giro en relación a los restos de Lisa y a una carta firmada por ella.
John Robinson, quien se encuentra en el corredor de la muerte a la espera de ser ejecutado por sus brutales crímenes, intentó apelar la sentencia sin éxito.