MacKenzie Tuttle, la ex esposa de Jeff Bezos -el fundador de Amazon y el hombre más rico del mundo en la actualidad-, lleva una vida misteriosa. Después de los primeros años de Amazon hizo un esfuerzo por permanecer anónima y no ha concedido entrevistas a ningún medio desde enero, cuando su separación de su esposo se hizo pública.
La pareja finalizó su divorcio en julio, con MacKenzie obteniendo el 25% de sus acciones de Amazon. Esos activos actualmente valen USD 36,1 mil millones, suficiente para ponerla en el puesto 15 de la lista Forbes 400 de este año.
Aunque la cifra es exorbitante, algunos inversores que estuvieron presentes en los primeros días del gigante de comercio electrónico afirman que merecía una participación mayor. “Ella debería haber obtenido el 50% de la compañía”, dijo Nick Hanauer, uno de los primeros inversores de Amazon. “MacKenzie era un socio igualitario de Jeff en los primeros días”.
A principios de 1996, MacKenzie compartía su oficina con otro empleado en un espacio que también se usaba como cocina de la compañía. Durante 12 horas al día, mientras los trabajadores se apretujaban para usar el microondas, ella se encargaba de la contabilidad. Por la noche se dirigía al depósito para empacar los pedidos.
“Fue una gran contribuyente”, afirmó Mike Hanlon, el séptimo empleado de Amazon. “Ella realmente es una persona talentosa de una manera que creo que se pierde cuando eres la esposa del multimillonario”.
En consonancia con su valoración de la privacidad, recopilar un perfil de Mackenzie no es una tarea sencilla. Una aproximación a su persona la describiría como una mujer intensamente privada pero talentosa que, discretamente, ha sobresalido en cada etapa de su vida, según el relato de más de 100 amigos y ex compañeros de clase y de trabajo contactados por Forbes.
MacKenzie, una hija del medio con dos hermanos, se crió en San Francisco. A los 6 años, escribió un libro de 142 páginas titulado The Book Worm (El ratón de biblioteca). Sus padres, una ama de casa y un asesor financiero, la enviaron a Hotchkiss, un internado en el estado de Connecticut, donde se graduó un año antes. Estudió en Cambridge y luego en Princeton, donde se especializó en inglés. Su directora de tesis fue Toni Morrison, la novelista ganadora del Premio Nobel. “En general, era una persona muy equilibrada, tranquila y brillante”, dijo Jeff Nunokawa, uno de sus profesores de inglés.
Después de graduarse aceptó un trabajo en D.E. Shaw, un fondo de cobertura de Nueva York donde Bezos, un informático empírico, se había convertido en vicepresidente sénior. La pareja se casó en 1993 y se mudó a Seattle en 1994, el mismo año en que Amazon fue registrada.
Desde el principio, MacKenzie estuvo muy involucrada en el proyecto. “Nadie tenía títulos de trabajo... . así que ella hacía casi todo”, dijo Tod Nelson, otro de los primeros empleados.
Su rol en la empresa comenzó a disminuir en la época en que Amazon se hizo pública, en 1997, para centrarse en sus ambiciones literarias. Mantuvo un bajo perfil hasta 2005, cuando HarperCollins publicó su primera novela, The Testing of Luther Albright. En general recibió una buena acogida de la crítica, y Morrison la describió como “una rareza”. En 2013 publicó Traps, su segunda novela.
Los capítulos más recientes de su vida son en gran medida desconocidos. En 2018 ella y Jeff donaron USD 2.000 millones para luchar contra la indigencia y apoyar a los centros preescolares sin fines de lucro. En mayo, a medida que su divorcio se acercaba a su fin, firmó La Promesa de Dar, prometiendo donar al menos la mitad de su riqueza.
Fiel a su estilo, no ha dicho ni una palabra sobre adónde irán esos miles de millones.
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