Los ofensivos textos de una policía condenada por matar a sangre fría a un joven afroamericano: “No odio a los negros, pero...”

Amber Guyger fue encontrada culpable por el crimen de Botham Jean. Juró que no se trató de un crimen de odio, sin embargo, sus antecedentes fueron concluyentes

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Amber Guyger era agente en el Departamento de Policía de Dallas. Ahora podría ser condenada de por vida (Reuters)
Amber Guyger era agente en el Departamento de Policía de Dallas. Ahora podría ser condenada de por vida (Reuters)

Amber Guyger tiene 31 años. Es policía en Dallas, Texas. O lo era. Fue apartada luego de que el 6 de septiembre de 2018 asesinara en el living de su departamento a Botham Jean, de 26 años. Y condenada este martes. “No es por odio, es por estar asustada”, intentó defenderse la oficial cuando se sentó el pasado viernes frente a un juez y ayer escuchó que continuaría sus días tras las rejas. Sus palabras no fueron suficientes para conmover al jurado, aunque llorara.

Fue luego de que los fiscales introdujeran en el debate los mensajes de texto que Guyger había enviado días antes de cometer el crimen. En ellos la mujer policía hacía bromas respecto a las personas afroamericanas, se burlaba de la muerte de un símbolo de los derechos civiles como Martin Luther King y del resto de sus compañeros de color. Las pruebas parecían ser contundentes y daban por tierra con el argumento que pretendió presentar la agente.

Está bien, soy igual”, dijo en relación con el perro de una amiga que según ella era “racista”. “Odio a todos y a todos”, concluía el texto. ¿Cómo creer que esa noche en su casa actuó solo por “miedo”? La fiscalía de Dallas aún no informó cuántos años pretende que se apliquen contra Guyger. Sin embargo, buscan que la sentencia -que se conocerá en las próximas semanas- incluya la motivación del “odio”. La joven oficial podría recibir entre cinco años y pasar el resto de su vida en la cárcel por el homicidio de Jean.

Amber Guyger llega al edificio de la Corte Frank Crowley donde fue imputada por el homicidio de Botham Jean (Reuters)
Amber Guyger llega al edificio de la Corte Frank Crowley donde fue imputada por el homicidio de Botham Jean (Reuters)
Amber Guyger, de espaldas, espera que se inicie el proceso en su contra (Reuters)
Amber Guyger, de espaldas, espera que se inicie el proceso en su contra (Reuters)

La noche del asesinato, Guyger ingresó al departamento de la víctima y le disparó. La defensa de la policía intentó argumentar que se trató de una confusión. De acuerdo con los registros, sus abogados dijeron que la oficial estaba cansada y “confundió” el piso e ingresó en la vivienda de Jean sin darse cuenta. “Había trabajado 14 horas”, insistieron, según publicó The Washington Post.

Otros mensajes de texto de la agente también fueron contundentes. Un intercambio con Martin Rivera, compañero del Departamento de Policía de Dallas dejaba en claro su racismo. Rivera le había contado que había tenido que cumplir un turno “¡¡con cinco oficiales negros!!”. “No soy racista, pero tienen otra forma de trabajar y se nota”, respondió Guyger mediante su teléfono celular.

El año pasado, durante un desfile y un homenaje a Martin Luther King, volvió a mostrar su verdadero rostro. “Cuándo terminará esto... LOL. Cuando MLK esté muerto... a ver, espera...”. En sus perfiles de redes sociales la mujer de 31 años también mostraba signos de violencia. Se mostraba con armas y con leyendas inquietantes. En una de ellas, por caso, se mostraba orgullosa de no haber matado a alguien, pero reprochaba que nadie se lo agradecía.

La gente es tan desagradecida. Nunca nadie me agradeció por tener la paciencia de no matarla”, escribió en una oportunidad en su cuenta de Pinterest. Todo acompañado por un meme. “Me visto toda de negro para recordarte que no juegues conmigo porque ya estoy vestida lista para tu funeral”. Todos los mensajes mostraban cierto grado de desacople con la línea de conducta esperable para un oficial de policía.

La declaración frente al tribunal de la madre de Jean, Allison, conmovió a todos. “Mi vida no ha sido la misma (desde su asesinato). Ha sido como una montaña rusa. No puedo dormir; no puedo comer. Ha sido el momento más terrible para mí. Casi no puedo trabajar, pero trato de ocuparme solo para ver si se me va de la cabeza. Pero ha sido muy, muy, muy difícil", manifestó entre lágrimas la mujer.

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