Fue el segundo presidente de Francia con más años en el cargo, se enfrentó y dijo no a un Estados Unidos que buscaba aliados para su controversial campaña en Irak de 2003 y dio un giro a la política de la memoria de su país al reconocer la responsabilidad del estado francés en el Holocausto, mientras transitaba los turbulentos años del fin de la Guerra Fría y la reconfiguración de un nuevo mundo.
El “Bulldozer” Jacques Chirac, fallecido este jueves a los 86 años, es uno de los ex mandatarios más recordados de la historia reciente francesa a pesar de que los últimos años de su muy extensa carrera estuvieron empañados por un caso de corrupción y su popularidad en retroceso.
Chirac nació en París en 1932 en una familia de clase media y, motivado por su admiración por el héroe de guerra y luego presidente Charles de Gaulle, estudió en el Instituto de Estudios Políticos de de París (conocido como Sciences Po) con el objetivo de acceder a una carrera en la función público, coqueteando también con el Partido Comunista.
Tras un corto intercambio en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, donde se involucró con una joven de Carolina del Sur cuya familia se oponía a la relación, como reconstruye el periódico Le Monde, retornó a Francia y se casó con Bernadette Chodron de Courcel, su esposa hasta el final.
Luego, en 1957, entró en la prestigiosa Escuela Nacional de Administración.
1- El rápido ascenso
Chirac ingresó en la función pública en 1959 con un puesto en el Tribunal de Cuentas, pero su primer gran salto tuvo lugar en 1962, cuando con apenas 30 años se convirtió en jefe de gabinete del primer ministro Georges Pompidou, un peso pesado de la derecha moderada francesa que se convertiría luego en presidente.
Pompidou fue el padrino político de Chirac y le puso el apodo “Bulldozer" (por su capacidad para hacer que las cosas se hagan). También los instó a competir y ganar una banca en la Asamblea Nacional, que obtuvo en 1967 y le posibilitó convertirse en Ministro de Asuntos Sociales durante la presidencia del mismísimo De Gaulle.
En ese cargo Chirac vivió las protestas que se conocerían como el “mayo francés” y ganó fama de buen negociador.
En los años siguientes fue ministro de Relaciones Parlamentarias, Agricultura e Interior y en 1974, anclado en una imagen de juventud y modernidad, se convirtió en Primer Ministro de Francia bajo la presidencia de Valéry Giscard d’Estaing. Volvería a ocupar el cargo en 1986 y durante el gobierno de François Mitterrand.
2- La Alcaldía de París
Tras entrar en conflicto con Giscard d’Estaing, Chirac renunció a su primera experiencia como Primer Ministro en 1976 y decidió competir para la influyente alcaldía de París, capital de Francia, un cargo recién creado por el presidente.
Ganó las elecciones y utilizó a la ciudad como base para el crecimiento de su poder e influencia en la política francesa, con un paquete de políticas progresistas orientadas a la protección de los mayores, las personas con discapacidad, al mismo tiempo estableciendo incentivos para evitar que las empresas abandonaran la ciudad ante el aumento de costos.
3- La responsabilidad francesa en el Holocausto
Chirac ganó las elecciones presidenciales en 1995 cuando aún era alcalde de París y como líder de su propio partido, Rassemblement pour la République (Agrupación por la República), una fuerza de centroderecha que seguía abrevando el modelo de De Gaulle. Su plataforma de centro buscaba oponerse a las corrientes neoliberales de la época.
Una de las medidas más recordadas de su primer mandato ocurrió precisamente en 1995, cuando Chirac reconoció públicamente la responsabilidad del estado francés en la discriminación y separación de judíos franceses, previo a su deportación a los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Hasta ese momento Francia había cargado las culpas sobre el régimen de Vichy, gobierno colaboracionista dirigido por el mariscal Philippe Pétain y formado con la venia de Alemania tras la derrota francesa de 1940, que disolvió a las autoridades previas.
Pero Chirac atribuyó los terribles hechos al estado francés en un discurso en Vel’ d’Hiv, donde 13.000 judíos fueron detenidos en 1942 previo a su deportación. “Francia, aquel día, cometió lo irreparable, aquellas horas oscuras son un insulto para nuestro pasado y tradiciones. Aquellos responsables por las detenciones eran 4500 policías y gendarmes franceses bajo la autoridad de sus líderes, que obedecieron las demandas nazis. Los actos criminales de los invasores fueron secundados por el estado francés”, expresó, de acuerdo al New York Times.
4- La invasión de Irak en 2003
Ya en su segundo mandato, al que accedió mediante una aplastante victoria en segunda vuelta contra el líder ultraderechista Jean-Marie Le Pen, y un año después del atentado terrorista contra las Torres Gemelas en Nueva York, Estados Unidos, que dejó casi 3.000 muertos, Chirac se enfrentó a la campaña de Estados Unidos y el Reino Unido por obtener apoyo internacional para una invasión de Irak.
El objetivo enunciado por el presidente estadounidense George W. Bush y el primer ministro británico Tony Blair era derrocar el gobierno del dictador Saddam Hussein, acusado por décadas de ejercer una represión brutal a su propia población y albergar armas de destrucción masiva.
Pero Chirac fue una de las principales voces, junto al canciller alemán Gerhard Schröder, el presidente ruso Vladimir Putin y el mandatario chino Hu Jintao, en oponerse a la invasión. “Irak no representa una amenaza inmediata que justifique la guerra”, dijo Chirac. “Pido a mis amigos estadounidenses que tengan cuidado y lo piensen seriamente antes de actuar de una manera que puede ser peligrosa”, agregó, de acuerdo al Washington Post.
Estados Unidos, el Reino Unido y otros países finalmente llevarían adelante la controversial invasión en marzo de 2003, que se hizo sin el apoyo de la comunidad internacional y tuvo amplias repercusiones negativas en todo el Medio Oriente, además de extenderse por casi una década, generando enormes cantidades de muertos y heridos.
5- Las primeras grandes protestas
Chirac sufrió dos grandes olas de protestas durante su segundo y último mandato.
Las primeras comenzaron en octubre de 2005 en París e involucraron en su mayoría a franceses de ascendencia africana, afectados por altos niveles de desempleo, pobres condiciones de vida en los barrios más pobres y la violencia policial.
Iniciadas luego de la muerte de dos jóvenes que sufrieron un accidente eléctrico escapando de la policía, las protestas crecieron en intensidad y violencia, y las imágenes de autos quemados y edificios públicos dañados dieron la vuelta al mundo.
Un año después, una segunda ola de protestas comenzó en diferentes ciudades, protagonizada por los jóvenes franceses en oposición a la desregulación del mercado laboral. También en esta ocasión hubo numerosos choques con la policía, en un adelanto del fenómeno de los “Chalecos Amarillos” que afecta al país en la actualidad.
6- La sombra de la corrupción
Aún durante su mandato presidencial Chirac estaba siendo investigado por posible corrupción durante su largo período a cargo de la Alcaldía de París, pero su cargo público le ofrecía inmunidad.
Pero, afectado por las protestas, una fuerte caída en su popularidad y el rápido deterioro de su salud, Chirac optó por no buscar un tercer período en el Palacio del Elíseo y entregó la presidencia en 2007 tras 12 años, un extenso período sólo superado por Mitterrand. Casi inmediatamente después, las investigaciones formales por corrupción comenzaron.
El ex presidente fue llevado a juicio en 2009 y en 2011 fue declarado culpable por malversación de fondos públicos, abuso de poder y conflicto de interés durante su período como alcalde. Por primera vez en la historia francesa, un ex presidente sufría una condena, aunque quedó en suspenso por su edad y estado de salud.
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