La líder demócrata Nancy Pelosi anunció el martes el inicio de una investigación formal de juicio político contra Donald Trump en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, el primer paso de un proceso que podría conducir a la destitución del presidente de los Estados Unidos.
“Nadie está por encima de la ley”, afirmó Pelosi, y agregó: “Las acciones de la presidencia de Trump revelaron hechos deshonrosos de traición del presidente a su juramento, traición a nuestra seguridad nacional y traición de la integridad de nuestras elecciones”, dijo.
El pedido llega pese al anuncio de Trump de que el miércoles divulgaría la “transcripción completa” y “desclasificada” de la llamada con su homólogo ucraniano, Vladimir Zelenski, por la que muchos demócratas denuncian “presiones” ejercidas por el estadounidense para investigar al ex vicepresidente y precandidato demócrata para las elecciones presidenciales del año próximo, Joseph Biden.
“Verán que fue una llamada muy amistosa y totalmente apropiada”, agregó Trump en su cuenta de Twitter.
Pero, ¿qué hay detrás de dicha investigación sobre el primer mandatario?
En los últimos días se han ido conociendo detalles a cuentagotas sobre la conversación telefónica mantenida con Zelenski a finales de julio, a raíz de que se presentara una queja interna por parte de un miembro de la inteligencia estadounidense acerca del intercambio de Trump con un dirigente extranjero.
El pasado viernes el periódico The Wall Street Journal publicó que Trump llegó a pedir hasta ocho veces a Zelenski que trabajara con su abogado personal, Rudy Giuliani, para investigar a Hunter Biden, hijo de Joseph Biden, al que acusa de corrupción en Ucrania.
Posteriormente, el lunes, The Washington Post publicó que Trump ordenó a su jefe de Gabinete, Mick Mulvaney, bloquear pagos de casi 400 millones de dólares a Ucrania antes de hablar con Zelenski.
Hunter Biden trabajó de 2014 a 2019 para el grupo ucraniano Burisma, gran productor de gas que pertenece a un oligarca prorruso. Este grupo fue objeto de una investigación dirigida por un fiscal ucraniano del que Joe Biden, gran promotor de las reformas en Ucrania durante su estadía en la Casa Blanca, exigió la destitución, aduciendo mediocres resultados en materia de corrupción.
El caso Ucrania-Biden bien podría, entonces, crearle problemas políticos a Trump. El asunto es parte de una denuncia oficial que la Casa Blanca se ha negado a divulgar al Congreso alegando el privilegio ejecutivo.
El representante Adam Schiff, presidente de la Comisión de Inteligencia de la cámara baja que hasta ahora ha sido renuente a iniciar una impugnación, declaró que este caso "podría haber cruzado el Rubicón”.
Los fondos en cuestión, una partida de 250 millones de dólares del Pentágono para armamento y otra de 141 millones de dólares para seguridad marítima, ambas aprobadas por el Congreso, fueron finalmente transferidos a Ucrania el pasado 11 de septiembre.
Trump y su campaña llevan meses tratando de sembrar dudas sobre Biden y su hijo, a sabiendas de que el ex vicepresidente sería un potente candidato rival en las elecciones, dado el apoyo que Biden tiene entre los votantes de clase obrera que abandonaron a los demócratas y votaron por Trump en el 2016. Giuliani, su abogado personal, ha admitido públicamente que le pidió a dirigentes ucranianos investigar a la familia Biden.
La acusación ahora es que Trump deliberadamente presionó al presidente de Ucrania para que ayude ese trabajo. El pedido se habría realizado durante una llamada telefónica el 25 de julio, al día siguiente de que el testimonio del fiscal especial Robert Mueller en el Congreso efectivamente frustró las ambiciones demócratas de enjuiciar a Trump por la intromisión rusa en las elecciones del 2016.
A pesar de lo divulgado por la investigación de Mueller, los demócratas argumentan que evidentemente Trump no tenía reparo en pedir ayuda a un gobierno extranjero para sus fines electorales. Hace pocos meses en una entrevista con el canal ABC, Trump admitió que si un gobierno extranjero le diera información sobre un rival, no tenía problema alguno en aceptarla.
Los demócratas aseveran que las más reciente revelaciones sobre Trump revelan una conducta profundamente anti-democrática.
“No es cuestión de si me hace llorar o reír”, declaró Pete Buttigieg, alcalde de South Bend, Indiana y uno de los aspirantes a la candidatura presidencial demócrata. "Es una traición a Estados Unidos”.
Por su parte, Kamala Harris, senadora por California y otra precandidata demócrata, dijo a la AP que la conducta de Trump es “inexcusable, es un acto en contra del pueblo estadounidense”.
Trump admitió haberse referido a Biden durante la conversación con Zelenski, pero sostuvo que no hizo nada malo y que tenía “todo el derecho” de referirse al ex vicepresidente, porque “no queremos darle masivas ayudas a un país para corromper nuestro sistema”.
Sin embargo, la investigación del Washington Post -corroborado más tarde por el New York Times- siembra la duda sobre ese razonamiento y plantea preocupaciones sobre un acuerdo de intercambio: que Ucrania investigue a Biden a cambio de dinero.
La colusión con Rusia, el informe de Robert Mueller y el naufragio del impeachment anterior
Tras dos años de investigación sobre el tema, en marzo pasado el fiscal Robert Mueller presentó el informe en el que aseguró que “no encontró que la campaña de Trump o ninguna persona relacionada a ella conspirara o coordinara con Rusia en sus esfuerzos por influir en la elección presidencial de los EEUU de 2016”.
No obstante, Mueller sí dio por probado que agentes rusos hackearon correos electrónicos de dirigentes del Comité Nacional Demócrata y que tuvieron una activa participación en redes sociales durante la campaña electoral para perjudicar la candidatura de Hillary Clinton y beneficiar a la de Trump. También registró múltiples contactos entre el Kremlin y personas del entorno del entonces candidato.
“Completa y total exoneración”, tuiteó entonces el mandatario tras enterarse de la buena noticia. “Fue un intento ilegal de derrocamiento que falló”.
Sin embargo, la negativa del gobierno a difundir el informe del fiscal completo y sin censura sembró dudas en la oposición, sumadas a las revelaciones del fiscal general William Barr que probarían que Trump sí cometió obstrucción de la justicia.
Con todo, el informe de Mueller echó por tierra las esperanzas dentro de un sector del Partido Demócrata de iniciar un juicio político contra Donald Trump, que ahora, a la vista del nuevo caso que involucra a las autoridades ucranianas, podría prosperar. La primera señal de esto es que Nancy Pelosi, líder de la bancada, representante del ala moderada y una de quienes se opusieron a la iniciativa en el momento de la investigación sobre la trama rusa, hoy está dispuesta a avanzar.
Con información de AFP, EFE y AP
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