Shawn Pleasants "era un niño genio". El originario de San Antonio, Texas, siempre sobresalió en la escuela y a pesar de sus dificultades físicas se graduó de la Universidad de Yale, tuvo experiencia bancaria en Wall Street y hasta emprendió una pequeña empresa hasta que un giro del destino y una depresión lo arrastraron a la debacle que ahora lo tiene viviendo en las calles de Los Ángeles, en Estados Unidos.
"Soy responsable de mis propias elecciones. Soy dueño de todas mis decisiones", declaró el hombre de 52 años que vive debajo de una lona en la sección Koreatown de Los Ángeles a CNN.
Shawn era un niño brillante que creció en un entorno familiar amoroso y estable. Su madre fue maestra y su padre trabajó en la Fuerza Aérea.
"Siempre fue un niño pequeño desarmando cosas y volviéndolas a armar. Era un niño genio", relató al mismo medio Michael Pleasants, hermano de Shawn.
El niño prodigio también enfrentó algunas discapacidades físicas, como una deficiencia en su pie y el uso de aparatos ortopédicos, lo que no frenó su desenvolvimiento en los deportes porque durante su juventud corrió varias carreras y maratones.
CNN confirmó que el ahora indigente cursó se especializó en Economía en la Universidad de Yale, donde recibió varias becas académicas para cubrir su matrícula. Después trabajó en Wall Street y Morgan Stanley, pero decidió abandonar todo para abrir una agencia de cine que se popularizó cuando incursionó en la industria del cine para adultos.
Shawn Pleasants ganó mucho dinero con este negocio y pudo comprarse una casa grande en el vecindario de Silver Lake en Los Ángeles, la cual perdió tras una dura batalla legal contra sus socios.
"Para cuando todo se resolvió, ya no había negocio", agregó el hombre que buscó emprender hace 10 años.
Shawn Pleasants perdió su patrimonio y también a su madre, quien murió de cáncer. Ambos acontecimientos lo hundieron en una crisis emocional y física, así como en una profunda depresión, lo que lo llevó a vagar de un lugar a otro hasta que perdió todas sus pertenencias.
"Creo que tiene depresión episódica. Puede pasar por períodos de depresión extrema en los que se automedica, pero luego puede pasar por períodos de ser igualmente optimista, resistente y enérgico", señaló su hermano.
La decadencia del hombre de 52 años llegó acompañada del consumo de metanfetaminas varias veces a la semana para mantenerse despierto en las calles de Los Ángeles.
"Cada vez que duermes, es cuando pierdes y cuando la gente viene y toma tus cosas. Tengo el sueño pesado. Pierdo mucho", explicó el hombre sin hogar que vive en las calles al lado de su pareja, con quien ha formado un equipo desde antes de perder toda su fortuna.
"Comenzó con analgésicos, y luego, cuando eran demasiado caros o no accesibles, se medicaba con otras cosas", añadió su hermano menor.
Shawn Pleasants se niega a pisar un refugio para indigentes, en cambio sí acude a las iglesias por una comida caliente y consuelo.
"Hay ciertas iglesias (que proporcionan comidas), ciertas despensas de alimentos: uno aprende esos horarios", explicó.
Su familia le han propuesto en varias ocasiones un techo, pero él se niega porque no quiere perjudicar a ninguno de sus seres queridos.
"No estoy tratando de hacer caer a otro miembro de la familia. Yo caí. Tengo que salir", explicó Pleasants que aseguró que volverá a emprender un nuevo negocio pronto.
Shawn dijo que no es necesario obligar a los indigentes a ingresar a alguna instalación especial, pero sí abrir espacios para cubrir sus necesidades de higiene.
"La idea de obligar a las personas a ingresar a una instalación que probablemente esté ubicada en un área muy remota no es una solución. Eso no conectará a las personas con empleos, viviendas, servicios (como) salud mental y tratamiento de adicciones", señaló.
"Necesitamos lugares para ducharnos, si no quieres que tengamos problemas de higiene. Y para conseguir un trabajo, necesitamos ropa limpia. ¿Dónde plancho?", sentenció.