El impulsor de una de los centros de terapia de reorientación sexual más grandes de EEUU, lugares donde convencen y culpan a los "pacientes" por tener una preferencia supuestamente incorrecta, se declaró homosexual, con un discurso de claro arrepentimiento.
McKrae Game fue uno de los fundadores de Hope for Wholeness, una red basada en Carolina del Sur que promete "recursos para descubrir una forma de salir de la homosexualidad" e ir hacia "el diseño de Dios". Con métodos muy criticados y denunciados, las terapias son ahora prohibidas en 18 de los 50 estados. Pero en ese entonces, él estaba convencido de que hacía lo correcto, luchar contra las identidades LGBTQ.
"Era un fanático religioso que hirió a la gente. Hay algunos que intentaron suicidarse por mí y por las cosas que dije. Gente que conozco está en terapia ahora por mí", admitió esta semana al periódico Post and Courier.
Además de admitir el daño causado, Game, de 51 años, aceptó además otra realidad: es homosexual. Dos años después de haber sido despedido por la organización, explicó que decidió revelar su orientación sexual porque tenía miedo de que alguien más que él opte por contar su "secreto", por lo que prefería controlar su propia historia. Poco a poco, comenzó a revelar a través de Facebook que se sentía atraído por los hombres.
El ex líder homofóbico, casado y con dos hijos, aseguró que su esposa ha sido muy comprensiva con el proceso, pero algunos miembros de la comunidad cristiana, así como activistas LGBTQ, le expresaron su repudio.
"Puedo ver cómo he manipulado y estoy muy apenado por ello. No puedo contar todas las veces que hice el mal, pero estoy tratando", añadió en un video publicado en su cuenta.
"Todo quedó en mi pasado, pero todavía hay mucha gente que cree que hay algo malo con ellos y con la gente que decide vivir su vida honestamente como gay, lesbiana, trans…", escribió. Por ello, dijo que el "ciclo dañino de vergüenza y condena", que él mismo ayudó a cimentar, "debe terminar".
En ese sentido, consideró que todos los centros de conversión deberían ser cerrados o, en última instancia, convertirse en grupos de apoyo para aquellos que creen que ser homosexual es contradictorio con la fe cristiana.
No se trata del primer caso en que un prominente miembro de la comunidad de "terapias" cambia de opinión y decide repudiar este tipo de actividades. En el 2014, nueve ex líderes de grupos similares firmaron una carta abierta en la que denuncian los tratamientos como "dañinos y no efectivos".
No obstante, la mayoría de veces estas renuncias se realizan en privado, por temor a ser excluidos de sus círculos conservadores y religiosos con los que han compartido gran parte de su vida. "A veces uno pierde a su familia. A veces uno pierde todo", indicó Alan Chambers, ex presidente de Exodus International, al Washington Post. que llegó a ser el grupo de conversión más grande del mundo antes de su cierre en 2013, decidido por el propio Chambers. Actualmente, se define como "un hombre gay casado con una mujer heterosexual".
(Con información de AP/Washington Post)