El crecimiento de la economía de EEUU se desaceleró por la baja en las exportaciones durante el segundo trimestre de 2019

Una nueva evaluación corrigió a la baja de los datos publicados el mes pasado, para establecerlo un 2,0%

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La economía estadounidense creció un 2 % el segundo trimestre de 2019. (Bloomberg/Andrew Harrer)
La economía estadounidense creció un 2 % el segundo trimestre de 2019. (Bloomberg/Andrew Harrer)

La economía de Estados Unidos se desaceleró un poco más de lo informado inicialmente en el segundo trimestre, ya que el sólido desempeño del gasto del consumidor fue contrarrestado por una baja en las exportaciones y menores acumulaciones de inventarios.

El Producto Interno Bruto creció a una tasa anualizada de 2,0%, informó el jueves el Departamento de Comercio en la segunda lectura correspondiente al segundo trimestre.

La cifra fue revisada a la baja desde el 2,1% estimado el mes pasado. La economía creció a una tasa de 3,1% en trimestre comprendido entre enero y marzo. En promedio, la expansión en el primer semestre fue un de 2,6%.

La revisión estuvo en línea con las expectativas de analistas consultados por Reuters. Sin embargo, el dato confirma la ralentización de la economía, aunque mantiene una tasa saludable.

El gasto de los consumidores, que en Estados Unidos supone dos tercios de la actividad económica, aumentó en el segundo trimestre de este año un 4,7 %, frente al 4,3 % del cálculo previo. Por su parte, la inversión fija empresarial se redujo un 1,1 %, más del 0,8 % de retroceso anticipado previamente.

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Los consumidores fueron claves: el gasto de consumidor fue lo que ayudó a la economía estadounidense a crecer, a pesar de la baja en exportaciones. (Shutterstock)

La cifra de crecimiento se da a conocer días antes de que la Reserva Federal (Fed) celebre su próxima reunión de política monetaria, los días 17 y 18 de septiembre, tras la decisión en su encuentro de comienzos de verano de rebajar los tipos de interés al rango de entre un 2 y un 2,25 %.

La economía estadounidense ha dado señales dispares sobre su estado.

Por un lado, el mercado laboral mantiene su solidez, con un índice de desempleo por debajo del 4 %, en niveles no vistos en medio siglo. Sin embargo la inflación sigue contenida y por debajo de la meta anual del 2 % marcada por la Fed.

El presidente estadounidense, Donald Trump ha puesto a la Fed en la diana al renovar sus críticas al banco central estadounidense para que baje los tipos y adopte medidas monetarias para impulsar la actividad económica.

Incertidumbre económica 

La noticia sale en medio de incertidumbre el los mercados por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, además de la ralentización de la economía de Alemania.

La guerra comercial desatada con China por el proteccionismo comercial de Trump ha aumentado la preocupación entre los empresarios, con multimillonarios aranceles tanto a la exportación como a la importación.

El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, hace gestos mientras conversa con el viceprimer ministro chino Liu He y el secretario del Tesoro Steven Mnuchin. La guerra comercial ha seriamente afectado a las economías de ambos países. (Reuters)
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, hace gestos mientras conversa con el viceprimer ministro chino Liu He y el secretario del Tesoro Steven Mnuchin. La guerra comercial ha seriamente afectado a las economías de ambos países. (Reuters)

La semana pasada, Wall Street reportó bajas por esta escalada arancelaria entre el Presidente Donald Trump y China un día antes que comenzara la cumbre del G7. La disputa entre las dos economías mas grandes del mundo no parece apaciguarse, a pesar de las declaraciones del Secretarío de Economía chino, quien dijo que su país se encontraba reacio a continuar la suba de aranceles.

Por otra parte, la economía alemana, la mayor de Europa, se contrajo en el segundo trimestre por la debilidad de las exportaciones, exponiendo así su talón de Aquiles: fabricantes dependientes de las exportaciones que en general sufren de una débil demanda externa.

Ambos factores contribuyeron a una inestabilidad financiera frente a una posible recesión o contracción de la economía estadounidense, que ya lleva 11 años de crecimiento.

(Con información de EFE y Reuters)

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