Cada año, un festival en medio del desierto de Nevada congrega a más de 70.000 personas. Se trata de Burning Man, un evento que dura exactamente una semana y que en esencia es un punto de encuentro, de difusión y de construcción artística.
Es "una ciudad en el desierto. Una cultura de posibilidad. Una red de soñadores hacedores"; más que un festival, es descrito como una comunidad que radica en una ciudad temporal llamada Black Rock City, con un monumento "sagrado" denominado The Man, el cual es un hombre de madera gigante al que se le prende fuego al final de cada encuentro.
Es un festival que no acepta comercios ni marcas, pues desde sus inicios se ha asociado con el movimiento hippie. En Burning Man tienen cabida todas las formas de expresión artística, y aunque nunca se haya admitido públicamente, también de numerosas sustancias ilícitas. Lo que está prohibido es el intercambio de dinero, pues uno de los principales objetivos es compartir.
Los participantes deben llevar consigo todo lo que necesiten para subsistir durante esa semana y también aquello que quieran regalar a otros asistentes. Es inútil llevar celular o computadora porque no hay ningún tipo de cobertura. Asilados del mundo, los participantes esperan la procesión con tintes paganos que se realiza el sábado y que acaba con la quema del hombre de madera que llega a tener más de 12 metros de altura.
El evento original inició en 1986 en una playa de San Francisco, donde un grupo de amigos celebró el solsticio de verano quemando una figura de madera un más de dos metros de altura. A principios de los 90 el festival cobró tanta fama que trasladaron el evento al desierto de Nevada, donde permanece hasta ahora.
Su creador, Larry Harvey, murió el 28 de abril de 2018, a los 70 años. Junto a sus socios Harley Dubois, Marian Goodell, Michael Mikel, Will Roger Peterson y Crimson Rose llevaron adelante el encuentro cada año. Y en 2013, se convirtió en una organización sin fines de lucro.
Pese a que el festival se fundamenta en diez principios, entre los que se incluye el esfuerzo comunal y la responsabilidad cívica, en los últimos años estos se han visto trastocados debido a la llegada de los multimillonarios.
Así es que este oasis de la contracultura ahora congrega a algunas de las personas más ricas del mundo. Los fundadores de Google, el presidente ejecutivo de Amazon, el dueño de Tesla Motors, el fundador de Facebook y hasta ejecutivos de fondos de inversión. Todos ellos han llegado para alterar radicalmente el espíritu original de Burning Man.
Así es que los nuevos magnates de Silicon Valley que acuden al encuentro ahora pelean por ver quién gasta más dinero; levantan lujosos campamentos temporales en el desierto y fijan toda clase de comodidades para sus invitados.
Las tiendas de campaña y los sacos de dormir han sido sustituidos por enormes carpas con camas, aire acondicionado y baños portátiles como los que se usan en los rodajes de películas. Estos millonarios y sus invitados se trasladan al festival en aviones privados y comen toda la semana platillos preparados por los mejores cocineros del mundo.
El propio New York Times aseguró en cierta ocasión que los campamentos en los que se hospedan los millonarios de Silicon Valley se construyen de tal forma que nadie pueda acceder a ellos sin autorización. Esto ha provocado que incluso el propio sitio ofreciera hace tres años el servicio para instalar campamentos temporales con electricidad, internet, cocineros y servicio de buffet.
El giro que ha dado el evento ha provocado que los asistentes más veteranos sientan trastocado el espíritu original del evento. Hoy en día la entrada al evento cuesta USD 400, y los boletos suelen agotarse a los pocos minutos de ponerse a la venta.
Festival 2019
El evento de este año será del 25 de agosto al 2 de septiembre, y la temática girará en torno a la "metamorfosis". Entre los artistas invitados estarán Thom White y Producciones Piece of Cake con una escultura denominada Happy Birthday.
También participará Michael Tsaturyan con la pieza #Slonik, la cual parece estar inflada con aire. La obra tardó siete días en ser ensamblada.