El director de la cárcel de alta seguridad en Nueva York donde aparentemente se suicidó el multimillonario Jeffrey Epstein, preso mientras esperaba un juicio por acusaciones de tráfico sexual, ha sido reasignado y dos guardias fueron suspendidos, dijeron el martes autoridades estadounidenses.
Epstein, de 66 años, fue hallado sin vida en su celda el sábado por la mañana, y las autoridades estadounidenses se comprometieron a realizar una investigación completa de su muerte, que ha sido clasificada como un aparente suicidio.
"Hoy (martes), el fiscal general ordenó a la Oficina de Prisiones que asigne temporalmente al director del Centro Correccional Metropolitano de Nueva York a la Unidad Regional del Nordeste de la Oficina, en espera del resultado de las investigaciones del FBI y la Oficina del Inspector General sobre el aparente suicidio de Jeffrey Epstein", dijo la portavoz del Departamento de Justicia, Kerri Kupec.
"La Oficina de Prisiones también puso en licencia administrativa a dos empleados asignados a la unidad del señor Epstein en espera del resultado de las investigaciones", añadió en un comunicado.
Kupec dijo que podrían tomarse medidas adicionales "si las circunstancias lo justifican".
Epstein, vinculado con numerosos políticos y celebridades, aguardaba un juicio por cargos federales de que traficaba mujeres menores de edad con fines sexuales.
El multimillonario había sido arrestado el 6 de julio e inculpado en Nueva York de organizar, al menos desde 2002 hasta 2005, una red de decenas de chicas, algunas estudiantes de secundaria, con las que mantenía relaciones sexuales en sus muchas propiedades, entre ellas en Manhattan y Florida.
El fiscal general de Estados Unidos, Bill Barr, prometió el lunes perseguir a los cómplices de Epstein, diciendo que hubo "graves irregularidades" en la cárcel donde el financista murió de un aparente suicidio.
La cárcel donde murió Jeffrey Epstein y que "el Chapo" jamás olvidará
Hace un par de meses, todavía en espera de su condena, el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera pidió al juez mejorar su calidad de vida en esa cárcel, donde estuvo desde 2017, pues no tenía derecho ni al aire ni al sol.
La abogada Mariel Colón dijo en mayo pasado que la situación había provocado problemas psicológicos al Chapo. Ante la peligrosidad del capo, en esa prisión optaron por mantener su celda con la luz encendida todo el tiempo, la calefacción y aire acondicionado de manera irregular, así como una deficiente provisión de sábanas limpias y comida.
La defensa del narcotraficante solicitó tapones para las orejas, con los que se esperaba aliviar el dolor de oídos que padecía desde hace meses y que le impidió seguir su proceso judicial con un traductor electrónico; también buscaron la posibilidad de adquirir al menos seis botellas de agua a la semana, ya que el grifo que estaba en su celda se encontraba completamente lleno de moho, el cual podía "saborear" y pudo haber sido perjudicial para la salud.
Sin embargo, un juez federal de Nueva York denegó las peticiones de horas al aire libre, agua embotellada y tapones para los oídos.
"El único aire que tengo en mi celda sale por el respiradero", y el ruido es tan fuerte que "tengo que taparme los oídos con papel higiénico", dijo El Chapo, según lo informado por la cadena NBC.
El Chapo ahora permanece en la prisión federal estadounidense ADX Florence en Colorado, considerada la más segura del país y la única con la etiqueta "Supermax", de la que nadie ha escapado desde su apertura en 1994. También le llaman el "Alcatraz de las Montañas Rocosas".