Con el objetivo de desempeñar el papel tradicional de sanador durante una tragedia nacional, el presidente Donald Trump visitó el miércoles dos ciudades que viven las secuelas de tiroteos que dejaron 31 muertos y decenas de heridos.
El presidente y la primera dama Melania Trump viajaron a El Paso, Texas, por la tarde luego de visitar un hospital de Dayton, Ohio, donde muchas de las víctimas del ataque del domingo eran atendidas.
El mandatario estuvo fuera de la vista de los reporteros que viajaron con él, pero la secretaria de prensa de la Casa Blanca Stephanie Grisham señaló que la pareja presidencial se reunió con personal del hospital y socorristas, además de pasar tiempo con los sobrevivientes que resultaron heridos y sus familias.
Trump les comentó que estaba "con ellos", de acuerdo con Grisham. "Todos lo recibieron cordialmente. Todos estaban muy, muy emocionados de verlo".
Antes de subir al avión, el mandatario norteamericano propuso hoy fortalecer la verificación de antecedentes penales para quienes compran armas y aseguró que en el Congreso hay un "fuerte apetito" político para aprobar una ley en ese sentido. "Creo que tanto republicanos como demócratas se están acercando a una ley que haría algo con el control de antecedentes", dijo Trump.
En febrero, la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, aprobó una ley que establecería que el Gobierno federal debe hacer un control de antecedentes penales para todos aquellos que quieran comprar un arma, incluidos los que las adquieren en internet o en festivales de armas.
Sin embargo, el Senado, controlado por los republicanos, ha bloqueado esa propuesta al negarse a someterla a voto. Trump explicó que en los últimos días ha tenido "muchas conversaciones" con miembros del Legislativo y ha detectado "un apetito muy fuerte" por medidas para el control de antecedentes.
Trump, sin embargo, dijo que, "en este momento", "no hay apetito político" para restringir los fusiles de asalto, armas de gran potencia que fueron usadas en los tiroteos de El Paso y Dayton. "Los controles de antecedentes penales son importantes. No quiero armas en manos de gente inestable, de gente con rabia o con odio, gente enferma", aseveró.
Actualmente, 21 de los 50 estados del país han aprobado legislación estatal para revisar los antecedentes de quienes compran algunos tipos de armas. Sin embargo, a nivel federal, los vendedores que hacen su negocio en internet o en festivales de armas no están obligados a hacer esos controles.
El presidente de los EEUU visitó primero a Dayton (Ohio), donde un hombre asesinó a nueve personas la madrugada del domingo antes de ser abatido por policías. Por la tarde, llegó a El Paso, donde un ataque dejó 22 asesinados el sábado en un supermercado de esta ciudad fronteriza de Texas.
Las autoridades consideran que el tirador, que fue detenido, es el autor de un manifiesto en el que advierte de una "invasión hispana en Texas" y en general se hace eco del discurso contrario a la inmigración de Trump.
Instantes antes de partir, el mandatario también desestimó las acusaciones de sus detractores, que dicen que su retórica sobre la raza y los inmigrantes ha alimentado el extremismo violento. "Mis críticos son políticos. En muchos casos se presentan a la presidencia", dijo a los periodistas de la Casa Blanca. "Creo que mi retórica une a la gente", dijo minutos antes de partir.
El alcalde de El Paso, el republicano Dee Margo, declaró, como Whaley, que recibiría a Trump en su condición de autoridad, aunque lo invitó a no repetir sus comentarios pasados sobre la ciudad. Trump mantiene una tensa relación con El Paso desde que en enero aludió a esta ciudad fronteriza con Ciudad Juárez (México) durante su discurso sobre el Estado de la Unión.
El presidente afirmó entonces que, antes de la construcción del muro entre las dos ciudades entre 2008 y 2009, El Paso se consideraba "una de las más peligrosas del país" por sus tasas de violencia "extremadamente altas", una afirmación que se demostró falsa y que generó gran controversia.
Varios dirigentes demócratas han urgido a Trump que no viaje a El Paso al culpar a su discurso sobre la inmigración del ataque. Pero para el presidente del Partido Republicano en el condado de El Paso, Adolpho Telles, los demócratas están utilizando la visita de Trump "para su propio beneficio político".
La agenda del mandatario en Dayton y El Paso fue similar a la de visitas anteriores a sitios afectados por desastres naturales o tiroteos, donde se ha reunido con víctimas, policías y unidades de emergencias. "Ha querido ir allá desde que supo de estas tragedias", aseguran desde la Casa Blanca.
Con información de AP
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